Hemos hecho referencia a través de estos artículos que el Estado debe estar en armonía con las nuevas corrientes de relacionamiento de lo público, que involucren al ciudadano en la gestión.

Propuesta que entiende los procesos políticos y sociales con sentido de continuidad, como planteaba Mario Briceño Iragorry. De hecho, desde finales del siglo pasado muchas voces académicas y políticas han alertado por un cambio en la dirección social. En el sentido, de que los gobiernos decidían las políticas y se administraban los servicios públicos, pero, no se incluía a la sociedad donde se actuaba.

En este sentido, plantea Aguilar Villanueva que fueron los alemanes F. Scharpf, R. Mayntz y Kauffman quienes, desde los años setenta del siglo pasado, por primera vez hablaron de la cuestión de la dirección, Steuerung en alemán y Steering en inglés, de la sociedad. Vislumbrando que la acción de gobernar guarda relación directa con la dirección de la sociedad (Steuerungs theories), por lo que comienzan a indagar sobre los sujetos, principios, condiciones, instrumentos, límites, alcances… Comprendiendo que la dirección de la sociedad va más allá de resolver los problemas económicos. Cobrando así importancia lo que llama Aguilar Villanueva la hechura del proceso directivo (policy, decisión, marking), sujetos, fases, operaciones, instrumentos, resultados, estilos o patrones. Este autor desarrolla la gobernanza como el actuar directivo del gobierno.

Concepto que me invitó a revisar las diferentes expresiones sociales de este siglo, como por ejemplo: 2010, Movimiento de los Indignados que desde España hasta Estados Unidos tuvo resonancia; 2011, la Primavera Árabe, desde Sahara Occidental, Túnez, Egipto… que cambió gobiernos; 2020, protestas en Chile… episodios dramáticos que evidencian una sociedad insatisfecha que no tiene otra forma de expresión que la calle y eso cuando surge un evento que la hace explotar.

Además, las grandes discusiones en los foros académicos en torno al Futuro de la democracia (Bobbio, 1984), La quiebra de la democracia (Juan J. Linz, 1987), El futuro de la democracia (Vallespín, 2003). “Invierno de la Democracia” (Hermet 2008), entre otros. Han surgido corrientes que pretenden ampliar el margen de maniobra de la Democracia Liberal Representativa como es la propuesta de Democracia Deliberativa desarrollada por Jürgen Habermas, en la intención de lograr pluralidad de formas de comunicación o la de Guillermo O’Donnell, de la Democracia Delegativa que sugiere restricciones a los poderes del mandato para que atienda a realidades en las relaciones de poder.

Y si revisamos cómo ha evolucionado la administración pública, desde cuando no existía en tiempos de monarquía; pasando por el modelo jerárquico burocrático diseñado por Max Weber, a comienzos del siglo XX; cuya flexibilización se pretendió con las herramientas de la nueva gestión pública “…Project Service en Francia, el Next Steps de Gran Bretaña o el Public Service de Canadá…”; y es en este siglo cuando la academia comienza hablar de la administración deliberativa (Brugé Quim), como una alternativa que incluye a la sociedad que pretende intervenir.

Quiere decir que por allí van los tiros, los cambios sociales, nuevas formas de comunicación, economía, movilización… exigen cambios en los sistemas políticos. Unos pocos deciden por muchos y eso deja a la gente impotente sin capacidad de maniobra y explota.

En efecto, señores, se sigue operando con las mismas estructuras políticas jerárquicas, burocráticas y cerradas, en lugar de ir hacia formas descentralizadas de administrar lo público que incluya a sociedad en su hechura, tomada la expresión de Aguilar Villanueva. Quiere decir, que la tendencia moderna es a incorporar a la ciudadanía en el inicio, desarrollo, ejecución y evaluación de las políticas públicas.

Poco a poco, se ha ido entendiendo que el arte de gobernar debe tomar una forma más descentralizada, horizontal, asociada con otros agentes de la sociedad, en lugar de la tradicional forma piramidal o vertical de gobernar.

Cambios que guardan relación con el espiritu de los tiempos (Zeitgeist) que nos orienta hacia la inclusión, diversidad, reconocimiento del otro… ese conjunto de ideas y opiniones de quienes han visto cómo la democracia representativa se ha desgastado en los cogollos generando insatisfacción en la sociedad y cómo urge transitar hacia espacios, y formas, de administrar lo público donde el gobierno sea un actor más del entramado social, como es la gobernanza. Corriente insdispensable en el marco de un Estado Ciudadano.

[email protected]

@carlotasalazar


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!