El esfuerzo supremo por doblegar la soberanía de Cabo Verde para que libere a Alex Saab resulta revelador del creciente temor del régimen de Nicolás Maduro: la posibilidad de que se corra el velo de la información que atesora el testaferro parece cada vez más próxima.

La justicia en el pequeño archipiélago frente a la costa noreste de África ha hecho saber que el Comité de Derechos Humanos de la ONU carece de competencia para imponer la suspensión de un proceso judicial en curso en esa nación -la extradición de Saab a Estados Unidos- y el presidente Jorge Carlos Fonseca subrayó que solo el Tribunal Constitucional tiene jurisdicción autónoma para decidir.

La Cancillería madurista había intentado anticiparse con un llamado a Cabo Verde a cumplir la decisión del organismo de la ONU el 8 de junio sobre garantías de los derechos humanos de Saab, que incluyen la «suspensión de su extradición». Pero la nación insular le respondió con una formulación muy simple: «Sobre la justicia no hay nadie».

Y mientras la máxima instancia judicial caboverdiana decide acerca de la apelación del costoso equipo legal de Saab ante el veredicto de extradición formulado por el Tribunal Supremo de Justicia en marzo, Estados Unidos recuerda que tiene un caso «bastante fuerte» contra el empresario colombiano «y él debe ser extraditado». La Casa Blanca, que dice confiar en la justicia de Cabo Verde, espera una decisión en las próximas semanas.

Estados Unidos acusa a Saab de participar en el blanqueo de 350 millones de dólares defraudados a través del control cambiario en Venezuela. En ese país también saben que el barranquillero y tres hijastros de Maduro se lucraron con “cientos de millones de dólares” con el sobreprecio de los productos para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, CLAP.

Hay razones para conjeturar que Saab puede ayudar a Washington a desenredar la red económica de apoyo a Maduro y a presentar cargos contra aliados del régimen. Es probable que contribuya a conocer más a fondo la conexión Turquía-Rusia-Irán para recibir oro venezolano que Teherán convierte luego en divisas para burlar las sanciones estadounidenses. Es posible asimismo que enseñe la ruta del dinero de Maduro y Cilia Flores que Estados Unidos ha jurado encontrar porque “es el dinero que ellos robaron”.

La firmeza de la justicia en Cabo Verde, que no se rindió a los pies de un “diplomático” de dudosas credenciales, y la determinación de Estados Unidos, que se ha negado a anular la orden de fugitivo, dejan suponer que las extradición del testaferro de Maduro está cerca.

La situación acosa a los jerarcas del chavismo y los persigue el temor de que los traicione el encargado de lavar el dinero sucio de la corrupción y el narcotráfico, campo en el que la especialización del régimen permite suponerlo.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!