Estadio La Rinconada
Foto: Instagram @estadio.simonbolivar

¿Por qué las medidas coercitivas unilaterales no afectan la construcción de obras faraónicas, pero sí a las pensiones de jubilados, maestros y profesores?

En un artículo titulado El mito de las sanciones”, publicado en diciembre de 2021, nos referimos al pobre desempeño de Pdvsa a partir de 2004, luego de superar los efectos del paro petrolero, al haber levantado la producción a 2.582.000 bp, con Alí Rodríguez Araque (2002 – octubre de 2004), quien entregó la presidencia a Rafael Ramírez, (noviembre de 2004 – septiembre de 2014) con un promedio de producción de 3 MM/bd; sin embargo, para la fecha del término de sus funciones la producción había caído a 2.336.000 b/d, lo cual representó una caída de 246.000 bd, equivalentes a 10,47%, sin aún haber sido la industria objetivo de sanciones.

En las líneas sucesorales en la presidencia de Pdvsa siguió el ingeniero Eulogio Del Pino, llegado a la industria en 2005. Estuvo 2 años y 11 meses al frente de la empresa (septiembre 2014 – agosto 2017); y, al igual que su antecesor, fue responsable de otra importante caída al concluir su estadía en la presidencia con 407.000 barriles menos (21%). Es durante la efímera administración del químico Nelson Martínez (agosto de 2017 – noviembre de 2017), uno de los presidentes académicamente mejor preparados, que se aplican las “sanciones unilaterales coercitivas” con la Ley 113-278, las primeras sanciones no-personales.

Para aquellos momentos, «la economía venezolana tenía 14 trimestres consecutivos de contracción económica; se encontraba ad portas del inicio de la hiperinflación; había perdido acceso efectivo a todos los mercados financieros internacionales; su producción petrolera experimentaba una prolongada tendencia declinante de más de 2 años de duración, y las importaciones de bienes humanitarios esenciales (alimentos y medicinas) habían colapsado aproximadamente 70% desde 2013. En este contexto colapsaron sus principales indicadores socioeconómicos, incluyendo niveles récord de pobreza territorial; aumento de la desnutrición y mortalidad infantil; graves restricciones de acceso a la alimentación y salud, y migración forzada de millones de habitantes. De hecho, para esa fecha, ya la situación del país era considerada una Emergencia Humanitaria Compleja». Manuel Salvador Quevedo Fernández como presidente de Pdvsa transita entre noviembre de 2017 – abril de 2020, con unas cifras igualmente escuálidas: recibe la industria con 1.997.000 b/d y la entrega con 527.000 b/d a Asdrúbal Chávez, quien al fin, aleluya, milagro, logra aumentar la producción de crudo de una media de 553.000 b/d en 2021 a 685.000 bd, lo cual representa un incremento de 23,8% en 2022, con respecto al año anterior; según se desprende del informe mensual de enero de la OPEP, pues ni la industria ni el Ministerio del Petróleo acostumbran a dar cifras oficiales.

De acuerdo con esta relación solo se puede atribuir a las sanciones estadounidenses 45,2% de la caída acumulada en la producción petrolera venezolana durante el lapso comprendido entre agosto de 2017 y diciembre de 2019. En otras palabras, de los 1,24 millones de b/d que se dejaron de producir durante ese lapso, 54,8% (680.000 b/d) se debió a factores ajenos a las sanciones norteamericanas.

En una reflexión más sobre las medidas coercitivas unilaterales es: ¿por qué esas medidas no afectan la construcción de un estadio de pelota?, una bofetada a los niños y pacientes con cáncer; ¿cómo hay tantas camionetas y vehículos de lujo en las calles de Caracas?; ¿por qué esas medidas no afectan esas nuevas construcciones a lo Manhattan en el este de Caracas y sí a la reparación del Metro o terminación del ferrocarril de Guarenas y el tren de Puerto Cabello?; ¿o es que solo afectan a los profesores y jubilados?

Para dejar claro el tema de las sanciones sus efectos reales sobre la nueva economía y nueva sociedad, el período que abarca entre 2004 y 2019 transcurre sin que existieran sanciones de tipo financiero sino personal e individual por violaciones de derechos humanos. La administración de Chávez y luego la de Maduro desviaron la misión de Pdvsa como es producir y su visión de estar entre la principales empresas petroleras, lo que tuvo como consecuencia la reducción de la producción en 2.260.000 bpd (33,47%) sin haber sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos. Entonces, las sanciones impuestas por Estados Unidos han sido un mito para justificar la poca capacidad gerencial y técnica de una industria que se “tuteaba” entre las cinco primeras del sector petrolero.

 


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