En los últimos años son innumerables los «aumentos» de salarios que se han anunciado. Ahora bien, ¿verdaderamente se puede decir que han habido aumentos de salarios?,¿aumentan los salarios en Venezuela?

En economías estables los salarios se aumentan como incentivo al buen trabajo desempeñado, o por un ascenso dentro de una compañía o como estímulo a un trabajador. Estos aumentos van acompañados por un aumento en la productividad de la empresa, lo cual hace posible el aumento de salarios. En estos países la inflación es de 2% a 8%, de forma tal que el sistema garantiza y preserva los salarios.

En economías distorsionadas como la venezolana, los «aumentos» se decretan con base en el capricho del gobierno nacional. Este aumento obedece principalmente a la variable: inflación. En realidad lo que se busca es medio mantener el nivel de los salarios, para que la inflación no los impacte, cosa que nunca se logra y que resulta imposible, principalmente por dos razones: la primera es que la inflación sube todos los días y los salarios pocas veces al año. La segunda es que el aumento de los salarios nunca llega al nivel verdadero de la inflación, de forma tal que lo que ha habido es la pérdida del poder adquisitivo y la pulverización del salario.

La realidad en Venezuela es que un trabajador tiene el salario más bajo posiblemente de todo el planeta. Un salario que no llega a 5 dólares al mes no puede considerarse justo, ni suficiente para nadie. Cuando un ser humano trabaja de sol a sol durante al menos cinco días a la semana y su salario no le alcanza ni para comer, el problema no es él; el problema está en un sistema inhumano y obligatoriamente hay que cambiarlo porque si no la situación nunca mejorará. No podemos ser indiferentes a esta tragedia. Realmente duele esta situación.

Durante algún tiempo el venezolano pudo sobrevivir con salarios miserables gracias a un espejismo dado por la cantidad de subsidios que el Estado asumía. La gasolina, los servicios públicos, los alimentos, las medicinas, prácticamente todo era subsidiado por Papá Estado, que durante la época de las vacas gordas lejos de invertir en infraestructura, en servicios básicos, en salud, en educación, despilfarró los recursos en lo que llamaron «inversión social», que no era otra cosa que el financiamiento de un proyecto político que dependía de niveles astronómicos de gasto público.

En la actualidad ese Papá Estado que podía pagar por gran parte de la vida de sus ciudadanos desapareció. Ya ni siquiera puede pagar por la parte que en cualquier país al Estado le corresponde. Esto trae como consecuencia un cambio de paradigma que muchos no entienden todavía.

Durante muchos años el venezolano vivió con la gasolina, con servicios como la luz, el agua, el teléfono, el aseo y el gas prácticamente regalados. No es que esos servicios eran baratos, es que el Papá Estado pagaba una parte importante de esa factura. Ya no la puede pagar y entonces la situación se pone fea para un ciudadano que se da cuenta de que ya no puede afrontar el verdadero costo de las cosas.

En este punto muchos podrían preguntar ¿por qué no se suben los salarios y le damos la posibilidad a cada ciudadano de vivir mejor? No es tan fácil como suena y para responder esa pregunta tenemos que responder primero: ¿en Venezuela se está generando más riqueza? ¿Hay mayor producción? Todos los indicadores dicen que no. Tanto en el sector público como en el privado han decrecido en cuanto a su productividad y rentas en los últimos años dramáticamente.

Entonces, ¿cómo se puede aumentar el salario de tal forma, si las empresas están luchando por sobrevivir, por ser apenas rentables? La realidad es que ni hay más producción, ni hay mayores ventas y ahora con la pandemia la situación empeora mucho más.

Por otro lado, ¿puede el principal empleador del país, que es el Estado, asumir un verdadero aumento de salarios como el que merecen los trabajadores venezolanos? ¿Pdvsa está produciendo más petróleo? No, de hecho está en mínimos históricos. ¿Las demás empresas estatales producen más? ¿La recaudación fiscal ha aumentado? A medida que los ingresos del sector privado bajan, la recaudación fiscal del Estado también baja. Es decir, ¿de dónde va a sacar el Estado el dinero? La respuesta es: no tienen el dinero, no pueden mantener el mismo nivel de gasto.

Por esa razón se cumple la máxima de Churchill cuando afirmaba que el socialismo es la distribución equitativa de la miseria. Un país con ingresos miserables solo puede repartir pobreza a través de salarios que no alcanzan, salarios miserables.

¿Es posible salir del caos económico que hemos descrito? Absolutamente sí. Para salir del caos económico se debe destrabar el conflicto político. Se debe generar estabilidad, Paz y confianza para que el sector privado nacional y extranjero pueda invertir y generar riqueza. Si al sector privado le va bien, al sector público le irá mejor. La única forma de salir de la pobreza es generando riqueza y la mejor forma de distribuir la riqueza es la creación de puestos de trabajos bien remunerados.


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