El 19 de abril de 2023 se cumplen 10 años del inicio oficial del primer gobierno de Nicolás Maduro, luego de un interinato establecido el 8 de marzo de 2013 por la muerte de Hugo Chávez y de celebrarse el 14 de abril de ese año las elecciones presidenciales más cuestionadas del presente siglo XXI, cuya sombra de sus resultados ha estigmatizado la gestión del inefable mandatario hasta el presente.

Debo confesar que calificar esta década de gestión me abrumó de dudas, en cuanto a encontrar el calificativo más apropiado a tomar de esa fuente interminable que contiene el idioma español, para intentar acertar en la definición más cercana a la desgracia nacional, que ha llevado a un país a la agonía institucional y a la degradación política, social y económica.

Entonces recurrí igualmente a la historia universal contemporánea para hurgar en aquellos capítulos cruciales vividos por diferentes naciones, que han debido por vergüenza esconder sus trapos sucios por la deshonra y la ignominia ocasionada a sus gentilicios. Me refiero a la Alemania nazi causante de la catástrofe planetaria que derivó en mas de 50 millones de muertos, reflejando cicatrices subsanadas hasta finales del siglo XX con la unificación de Alemania, para así borrar de su historia al fascismo y al estalinismo al pulverizar el Muro de Berlín.

Así también señalo a la Argentina de 1976, humillada por la dictadura de Videla y Galtieri, que marcó uno de los capítulos más sangrientos de los golpes de Estado de los gorilas del Cono Sur, cuyos muertos, desaparecidos, niños secuestrados, son el rostro del horror que mantiene sus secuelas hasta el presente.

En ese orden lo sufrido por los pueblos de España tras la Guerra Civil, por lo acaecido en el lapso de 1939-1975 bajo el dictador Francisco Franco, quien implantó un régimen del terror luego del conflicto que contabilizó más de 1 millón de muertos y el retroceso del país al Medioevo. En efecto España regresó al siglo XX a partir de 1978 con una Constitución acorde a los tiempos de la globalización y de integración a la Unión Europea.

En fin, son numerosos los episodios trágicos sufridos por los pueblos a nivel global y en específico de América Latina, observados en Venezuela durante el siglo XXI y específicamente en la década infame de Nicolás Maduro, la peor tragedia que hayamos conocido en nuestro continente. Quien no esté convencido puede analizar las siguientes datos.

En esta gestión gubernamental 2013-2022 la economía nacional se ha encogido 80%, de acuerdo con las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la actividad económica de la República Bolivariana de Venezuela se contrajo por octavo año consecutivo en 2021 (3,0%), y si bien esta ha sido la menor caída desde 2013, se estima que la economía del país se ha contraído cerca de 75% entre ese año y 2021.

Este es el reflejo de las causas de por qué Venezuela se volvió pobre, la corrupción política, la escasez crónica de alimentos y medicinas, el cierre de empresas, las expropiaciones ilegales, el desempleo, el deterioro de la productividad, el autoritarismo y el abuso de poder, las violaciones de los derechos humanos, la mala gestión económica y la alta dependencia del petróleo también han contribuido al empeoramiento de la crisis.

Las cifras en materia de derechos humanos durante el período observado y presentadas por Provea son lapidarias: 9.465 asesinatos por la represión de cuerpos policiales y más de 40.000 detenciones arbitrarias, así también la detención de 150 sindicalistas cuyo delito ha sido exigir salarios justos y la discusión de los contratos colectivos. Es de destacar el asesinato de más de un centenar de jóvenes en las protestas de 2014, 2017, 2019 y la continua persecución a los disidentes políticos.

La cifra más impactante de esta década de la ignominia ha sido la diáspora de más de 8 millones de venezolanos, quienes partieron de un país hundido, en la ruina y a la deriva, secuestrado por una tiranía indiferente a los centenares de emigrantes venezolanos muertos en las carreteras y ciudades del continente, víctimas de todo género de atrocidades.

El más emblemático de los indicadores es la relación entre salario y poder adquisitivo. El salario mínimo para 2013 estaba fijado alrededor de los 180 dólares mensuales para identificarse en 2023 alrededor de los 5 dólares al mes, lo que determina en la pobreza generalizada cercana al 80% de la población.

Por tanto, lanzar pitos, flautas y cohetes en nombre de una década de gestión que ha secuestrado los bienes obtenidos por varias generaciones de venezolanos, de empleadores y trabajadores, quienes labraron su riqueza a partir del trabajo honesto hoy pulverizado, es un pecado capital que condena a esta gestión de Nicolás Maduro, como la Década Infame digna del basurero de la historia y de la vergüenza nacional.


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