En el mundo, lo único seguro es la incertidumbre. Ante este panorama, se han creado una multiplicidad de teorías para explicar la realidad, entre estas, la de Nicholas Nassim Taleb, un filósofo libanés nacionalizado estadounidense autor del bestseller El Cisne Negro. En su obra él sostiene que existe una cualidad que nos ayuda a sacar beneficio del caos y que resulta ser la mejor arma contra la incertidumbre: la antifragilidad. No se trata de ser robusto y aguantar los golpes, sino de ser «antifrágil» y fortalecerse ante los embates de la vida.

“La antifragilidad va más allá de la resiliencia o la robustez. El resiliente resiste choques y permanece igual; el antifrágil mejora”. Lo antifrágil va más allá de lo resiliente. Este último sobrevive, lo antifrágil permanece y se fortalece ante las adversidades. Taleb asegura que esta cualidad ha estado detrás de la evolución, cultura, revoluciones, sistemas políticos, innovación tecnológica, los sistemas legales, la evolución de las ciudades e incluso detrás de la evolución de las especies. Yo agregaría que también se ha reflejado en los liderazgos políticos a través de la historia.

Hemos visto numerosos personajes que han cambiado el curso de la historia en un entorno adverso a sus propósitos, enfrentando grandes dificultades y que se consideraban investidos por alguna divinidad cuando lograban el triunfo salvando obstáculos de una manera prodigiosa que pareciera estar más allá de los límites de un ser humano. Taleb lo aproxima de otra manera a través de una teoría producto de su aprendizaje y es en ella que me propongo tratar de explicar el ascenso de María Corina Machado como la persona que a través de una lucha, teniendo en contra todas las adversidades creadas por un régimen autoritario, perverso, violador de las leyes y de las libertades fundamentales de los venezolanos, ha logrado consagrarse como el único referente del país para enfrentar la dictadura que se instaló con el engaño y estafa a la población y que pretende perpetuarse en el poder.

Durante este año, para tener un marco temporal, en el proceso de las primaria hemos visto una sucesión de ataques y ensañamientos a la candidata que podemos resumir en la constantes mentiras, amenazas y agravios verbales y burlas  a través de los medios de comunicación del régimen, amenazas a la violencia física de autoridades civiles y militares, hostigamiento y persecución durante sus actos de campaña, el irrito, burdo y bufo acto de inhabilitación política, la persecución judicial al Comando Nacional de Primaria que organizó el proceso y que todo esto culmina con el desconocimiento absurdo a través de una sentencia del TSJ del contundente triunfo, prácticamente una aclamación popular.

Lo que ha sucedido en el período es digno de admiración de esa cualidad en la candidata que Taleb describe como la antifragilidad. A cada ataque se hizo más fuerte el apoyo, ante cada escollo ha demostrado la grandeza y el espíritu de la superación, frente a las burlas en un esperpéntico programa televisivo ha sobresalido la gallardía y el aplomo que ha conquistado voluntades que antes eran indecisas o contrarias y que ahora se decidieron por MCM a pesar, o gracias a, tener la maquinaria del poder en su contra.

Por supuesto que esta lucha entra en otra fase en donde el fortalecimiento de la candidata lo está impulsando ahora de manera fundamental la comunidad internacional democrática que se ha comprometido con firmeza. El eslogan “Hasta el final” tiene ahora más sentido que nunca y ya lo reconoce el adversario con el temor evidenciado en el cúmulo de errores políticos que ha venido cometiendo y que seguirá haciendo con toda seguridad, aunque con el único resultado del engrandecimiento de la candidatura.

Asuntos como el fulano referéndum, con fines diferentes a lo que proponen, no va a distraer al venezolano del objetivo principal que es la recuperación de la democracia y la libertad en nuestro país y para eso tiene claro que eso solo es posible con el apoyo a María Corina.

La antifragilidad de Taleb encontró su mejor exponente en nuestro país.

¡Hasta el final!

 


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