Después de las declaraciones del Ministerio de la Defensa de Colombia ya no hay posible sombra de duda sobre lo que representa para la región un régimen que tiene acuerdos con grupos subversivos ligados muy estrechamente con el narcotráfico.

Y lo que es peor, de acuerdo con lo que publica El Tiempo de Colombia, el ministro de Defensa de ese país tiene suficiente información para afirmar que el régimen chavomadurista pone a las fuerzas armadas venezolanas a desempeñar un papel tan delicado como la defensa de esos grupos de irregulares y traficantes de drogas.

Hace muchísimos años (más de 20) se afirmaba que Venezuela era parte de la ruta de las drogas hacia los grandes mercados. Siempre se dijo que era el “puente” casi obligado para sacar los estupefacientes hacia Europa o Estados Unidos. Se estudiaron rutas y mapas y los organismos internacionales y nacionales sabían que uno de los principales objetivos para la lucha antidrogas era acabar con las pistas clandestinas, detener los envíos y aumentar la vigilancia.

Pero todo eso acabó con la llegada del chavismo. Ya Venezuela no es solamente un puente, sino que es el origen. Ya hay hasta indicios de que grandes carteles como el mexicano de Sinaloa funciona en territorio venezolano y lo que ocurre en Apure, como bien lo denuncia Colombia, es una lucha sin cuartel para asegurar el control de la zona en mano de los amigos de los que ahora ocupan Miraflores.

Lo publicado por el periódico colombiano es muy grave, pero no puede sorprender a muchos. A partir de lo que declara el ministro de la Defensa, Diego Molano, el objetivo del operativo son tres aliados, el Ejército de Liberación Nacional (subversivos colombianos), la llamada “Narcotalia” y los militares venezolanos tratando de sacar del negocio al grupo disidente de un tal “Iván Martillo”.

Lo más triste del asunto es que las operaciones que se les ordenan a los uniformados venezolanos son “selectivas” porque es obvio que los que mandan no quieren fuego cruzado. Y decimos que es triste porque para eso quedaron los militares, para pelear y defender a narcotraficantes. Sea engañados o a sabiendas, debería por lo menos darles vergüenza, porque pasarán a la historia como vinculados a los más horrendos delitos.

Y lo que es peor, si pierden la vida, como la han perdido ya algunos, en estos enfrentamientos entre delincuentes poco será el honor con el que serán recordados. Ojalá esto resuene en los militares de bien, que hay muchos, porque Venezuela realmente hace tiempo que necesita quien la defienda.


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