¿A quién cree la dictadura venezolana que está engañando con el nuevo diálogo? Esta es una pregunta válida después de más de 12 diálogos con resultados infructuosos que solo han servido para alargar la permanencia de la banda de ladrones que dirigen los destinos de Venezuela, cuyo único interés es hacerse cada vez más ricos a costa del sufrimiento del pueblo venezolano. ¿Cuál es la agenda real que hay detrás de las nuevas posiciones adoptadas por varios gobiernos en América y Europa? ¿Será que existe un doble discurso, uno para nosotros los ingenuos y otro detrás de bastidores?

La asistencia del dictador venezolano a la COP27 no fue para hablar del cambio climático pero sí para tratar de legitimarse internacionalmente. Todos nos preguntamos -por ingenuidad- ¿los encuentros con diferentes representantes de gobiernos extranjeros fueron por casualidad? Por supuesto que no, existe un interés de algunos gobiernos europeos, quizás por la falta de fuentes energéticas ante la inminente llegada del invierno, en buscar el suministro de petróleo y gas que Rusia, en su sangrienta ofensiva contra Ucrania, les ha cortado a los países europeos aliados del país invadido.

Todo pareciera indicar que Macron organizó una estrategia en paralelo con el Foro de París por la Paz. Ninguna situación por dolorosa que sea la falta de energía para los pueblos justifica que ahora, de manera apresurada, gobiernos europeos que han declarado que en Venezuela existe una dictadura ahora también le estén estrechando la mano al usurpador que está siendo investigado en la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad.

El inquilino que está en mora en Miraflores -porque ha debido irse desde hace varios años- en realidad no tenía algún interés por el daño climático que existe en el mundo, pues si en realidad le preocupara: ¿por qué no habló en la COP27 sobre el grave daño ecológico ambiental que existe en la Amazonia venezolana y en el Arco Minero?, donde bandas de la peor calaña hacen y deshacen todo lo que les da la gana, con asesinatos, sometimiento a la población indígena de Amazonas y Bolívar, con tratos crueles de todo tipo solo para extraer oro, de manera ilegal. La respuesta es obvia: no les interesa para nada el cambio climático, solo necesita un escenario para legitimarse a nivel internacional. Pero aun es más grave quienes formaron parte de este complot acomodaticio de la dictadura, ante los ojos incrédulos de las millares de víctimas que han sufrido en carne propia la violación sistemática de sus derechos humanos.

Pero también Portugal y Estados Unidos participaron en el show montado en Egipto. El usurpador venezolano sostuvo otro encuentro “presuntamente casual” con el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, quien parecía desesperado, desbordando simpatía a cambio quizás de petróleo o quién sabe qué más. Pero lo más incoherente fue el estrechón de manos entre el benefactor de La Habana -residenciado en Miraflores- y el representante de Estados Unidos, John Kerry, aunque breve el encuentro fue suficiente para echar por tierra todo el discurso de la administración Biden de que al único que reconocen es al gobierno interino. Además, recordemos que Juan González se ha vuelto un asiduo visitante de Miraflores. ¿Forma parte todo esto de la agenda del mal?, pues pareciera que sí. Y para colmo, cómo olvidar que soltaron a los narcosobrinos y ¿que pasó con los 15 millones de dólares ofrecidos a quien dé información que conlleve al arresto del paisa de Miraflores?

Continuando con las travesuras, el presidente Macron, en el escenario del Foro de París por la Paz, organizó un encuentro entre la representación oficial del régimen y el representante de la Plataforma Unitaria, Gerardo Blyde. Como dijo el cardenal Baltasar Porras, para buscar solución a la grave situación de Venezuela hay que exigir y no “solo para la foto”. Y como si fueran unos niños de Dios, la representación chavista, encarnada en Petro, propuso  en la reunión en París un borrón y cuenta nueva o lo que es lo mismo, “amnistía general”. Si no fuera tan grave, creeríamos que lo dijo a manera de chiste. La comparsa de los aliados de la dictadura fue completada con el presidente argentino, Alberto Fernández, quien le dijo a estos señores que pueden dictar las reglas de la agenda para chantajear a los venezolanos en la búsqueda de una solución para alcanzar la libertad y la democracia de una vez por todas en Venezuela. Gracias a Dios que por lo menos Gerardo Blyde aclaró que “no es pactable” que los violadores de derechos humanos del régimen sean exonerados. Lo que más preocupa es que quizás esta agenda del mal pudiera incluir que el inquilino de Miraflores, cuando se celebren las elecciones que aún están sin garantías, se vaya feliz sin rendir cuentas a la justicia, como si no hubiera ocurrido nada.

“Debes tener el control de tu tiempo, y no podrás tenerlo a menos que digas ‘no’ a menudo. No puedes dejar que las personas tomen el control de la agenda de tu vida”.  Warren Buffett.


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