Por María Margarita Galindo

La acción social explicada desde la visión sociológica de una teoría permite identificar el significado que se le atribuye a la actuación del docente-investigador.

Estudiar la formación del docente-investigador implica revisar las teorías que explican la acción social, pues es indiscutiblemente un actor, un sujeto que interacciona con la sociedad.

Partiendo de esta premisa, antes de revisar algunas teorías es preciso tener claro qué entendemos por acción social. De acuerdo con el diccionario electrónico (2018) el término “acción social” tiene su origen etimológico en el latín. Así, en primer lugar, acción es fruto de la suma del vocablo actus, que puede traducirse como “llevado a cabo”, y del sufijo –ción, que es equivalente a “acción y efecto”. En segundo lugar, la palabra social proviene del concepto latino socius que ejerce como sinónimo de “compañero”.

El concepto de acción social pertenece al universo de la sociología, que es la ciencia que se dedica al estudio de los grupos sociales. En su significado más amplio, una acción social es aquella que afecta la conducta de otros.

Así, la acción social puede resumirse como el acto capaz de generar efecto en otro. Visto desde la perspectiva de unificación del sujeto docente-investigador, la acción social se sitúa como aquella actuación que toma en cuenta las expectativas del otro, mi acción debe generar una conducta en otra persona, y esa conducta es la que inspira la acción. La acción en este caso siempre será considerada social porque se refiere a la actuación de individuos que conllevan una intención o sentido dentro de un sistema social donde cohabitan con otros individuos.

El sociólogo Max Weber encabeza la lista de las personas que estudiaron la temática. Es pertinente señalar que con todos los aportes que hizo este autor en la materia, la historia de la sociología comprensiva le adjudica como el precursor del concepto. Para Weber la acción social tiene un sentido que revela el fundamento de la acción.

En este sentido, Max Weber (1864-1920) puede ser considerado, ciertamente, como el primer sociólogo que sitúa a la acción social en el centro de su teoría. El contexto histórico de desarrollo de este concepto, en el marco de la teoría sociológica comprensiva puede aportarnos algunos elementos para entender la importancia que Weber dio a la acción social.

Dentro de este orden, cabe estudiar qué concepto adjudica Weber (1922) a la acción social: or acción debe entenderse una conducta humana (bien consista en un hacer externo o interno, ya en un omitir o permitir) siempre que el sujeto o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. La acción social, por tanto, es una acción en donde el sentido orientado por su sujeto o sujetos está referido con la conducta de otros, y por ende, ésta en su desarrollo ¿Qué implica entonces lo citado?, lo expuesto evidencia que para Weber, la acción social representa el proceder humano motivado por las acciones de los demás, representa la intencionalidad del sujeto actuante, es la creación mental de la respuesta esperada en el otro. El sentido se encuentra a lo interno del sujeto y es aquí donde está contenida la principal característica de la acción social para Weber, la acción social proviene de los sentidos del sujeto, de lo interno por tanto es un proceder subjetivo.

Desde este criterio, la acción del sujeto actuante es capaz de impulsar la ocurrencia de una conducta, previamente mentada, en otro individuo y es precisamente aquí donde encontramos una relación social la cual está representada en las acciones sociales mutuamente referidas. Para una mejor comprensión imaginemos el siguiente ejemplo: tenemos un actor social Nº 1 que subjetivamente espera ocurra la acción social por parte del actor Nº2 entonces, un docente imparte clase ¿qué acción espera de parte de sus estudiantes? Espera receptividad, atención, que capten sus palabras, sus explicaciones, que puedan aprender de la clase, el docente actúa con un sentido mentado esperando la respuesta en el comportamiento de sus estudiantes, en ese accionar es precisamente donde está contenida la “acción social” a la cual Max Weber se refiere. Un sujeto actúa esperando la receptividad en el otro y aunque no siempre ocurra la conducta esperada es igualmente una acción social porque lleva una intención previamente pensada.

En este sentido,  esperamos por parte de los estudiantes del sector universitario una acción social dirigida a la investigación, a la innovación, a la creatividad, a la crítica, a la reflexión, entre otros, necesitamos un actor social formado (docentes-investigadores) que desde su propio hacer, saber y ser; puedan incentivar a ese comportamiento en sus estudiantes; por eso, Weber habla de que la acción social la determina el otro pero desde la experiencia y empuje según sus objetivos.

Los estudiantes y docentes están unidos por un sentido subjetivo “enseñar-aprender”, por ello es posible predecir la acción social de sus actores desde una óptica subjetiva pero desde lo empírico, aun cuando la realidad muestra que si no se tiene un docente-investigador formado no se puede esperar ocurra una acción social vinculada a la creación y producción del conocimiento (investigación) pues el actor social no tendría la formación necesaria para dar sentido específico a la acción social que desea ocurra.

Estudiar la actuación de un sujeto significa no sólo buscar adentrarse en sus estructuras internas, también implica considerar su contexto para comprender su ocurrencia, su forma, y su estilo, pues tanto lo interno como lo externo al actor condicionan su evolución y actuación en una determinada realidad, es por ello que esta investigación considera no solo estudiar la acción social, determinada a lo interno del sujeto, sino que también considera el abordaje del hecho social como la visión sociológica-teórica capaz de explicar cómo los elementos de un contexto influyen o determinan la realidad social de un individuo actuante, en este caso el docente-investigador.

Reflexionar el hecho social es algo necesario porque aborda lo externo al sujeto, la necesidad de encontrar el sentido de respuesta ante las necesidades de cada sociedad y las causas y consecuencias de cada entorno humano.

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