Roland Carreño, El Nacional
Roland Carreño. Foto: Archivo

Las declaraciones que dio a la prensa estadounidense el exdirectivo de Citgo José Pereira, pocos días después de quedar en libertad, evidenciaron las diferentes modalidades de tortura psicológica que aplican las fuerzas de seguridad del gobierno chavista a sus opositores. El caso de Roland Carreño es otro ejemplo, pero contra él se han ensañado y aplicado toda una cantidad de artilugios fuera de la ley para retenerlo indefinidamente. El periodista cumplió dos años preso y además acaban de anunciar que su “juicio” comenzará de cero.

Su abogado, Joel García, denunció que el juez de la causa pidió una baja médica, por lo que se ausentará más tiempo de lo permitido y eso anula todas las actuaciones que se han hecho ante su tribunal. El defensor explicó que solo faltaban las declaraciones de un experto y un testigo para dar por terminado el juicio que comenzó en mayo con todos los retardos, idas y venidas posibles. Justo al cumplir los dos años el juez pide permiso por cuestiones de salud y todo lo que se hizo en esos cinco meses ya no existe.

“No tenemos fecha cierta de cuándo vamos a reiniciar este juicio y hasta cuándo Roland va a estar detenido ilegítimamente en las mazmorras del Sebin”, indicó García, y entonces se entiende que se trata una vez más de una retaliación política. Lo mismo le han aplicado al director de la organización no gubernamental Fundaredes, Javier Tarazona.

Roland es peligroso para ellos, de eso no hay duda. Y no por las sandeces que inventaron en su contra, de que es el financista del partido Voluntad Popular o que trafica armas, porque los venezolanos saben que eso no es cierto. Esos fueron los motivos que inventaron para retenerlo en octubre de 2020, pero no hay pruebas. La acusación formal ante el tribunal es “financiamiento al terrorismo, conspiración contra la forma política y tráfico ilícito de armas de guerra”.

El peligro de Carreño libre es otro, es su profunda conexión con la gente, sobre todo del interior del país, especialmente en su adorado estado Lara. Roland era un incansable activista que se comunicaba con empatía con los más necesitados y trataba de solucionar problemas. Un verdadero comunicador que era capaz de transmitir a mucha gente palabras de sosiego y esperanza. Nada tiene que ver su vinculación con el partido Voluntad Popular, aunque está en todo su derecho de pertenecer a la organización política que le parezca.

Los derechos humanos de Roland Carreño han sido violados reiteradamente por el gobierno chavista que considera que tenerlo preso e incomunicado es para ellos una medida de supervivencia. Pero el periodista debe gozar de su libertad, pues no ha cometido ningún delito. Una vez más, hay que exigir que le pongan fin a un juicio que a todas luces es inventado.

Roland Carreño debe recobrar su libertad para poder seguir trabajando por los venezolanos que lo necesiten.

 


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