El doctor José María Vargas es uno de los venezolanos más importantes del siglo XIX, cuya vida recorre diversos escenarios en la historia de la nación.

En primer lugar, hay que decir que hace poco se presentó una duda sobre la fecha exacta de su nacimiento (10 de marzo de 1786) ya que su partida de nacimiento quedó destruida de acuerdo con otro documento del año 1861 escrito por Juan José Rodríguez (discípulo de Vargas), en el que refiere el estado del mismo y además expresa que Vargas había nacido el 2 de marzo.

Sin embargo, gracias al magnífico trabajo biográfico sobre Vargas realizado por Laureano Vallenilla (médico y político venezolano quien fue rector de la UCV y presidente encargado de Venezuela en 1878), pudimos revisar la transcripción del acta original, la cual ratifica que realmente sí nació el 10 de marzo de 1786.

Jo sé María Vargas tuvo la oportunidad de tener acceso a la mejor educación en sus tiempos, pues ingresó al Seminario Tridentino de Caracas y entre los años de 1798 y 1808 obtuvo los títulos de bachiller en Filosofía, maestro en Artes y médico. Al concluir sus estudios de medicina viaja a la provincia de la Nueva Andalucía y en la ciudad de Cumaná ejerce su profesión por un tiempo corto ya que durante el inicio de la Guerra de Independencia es hecho preso y enviado a La Guaira, y en el año 1813 con la entrada triunfal de Bolívar a Caracas es excarcelado.

Luego de su liberación, parte a Europa y permanece allá hasta el año de 1825; perfecciona sus estudios médicos en Edimburgo, Londres y París y se gradúa en el Colegio de Cirujanos de Londres, Cirujano Oculista en la Institución de las Enfermedades de los Ojos y también concluye estudios de Cirugía Dental.

Su pasantía por la Universidad de Edimburgo le dio la oportunidad de tener acceso al conocimiento médico más moderno de la época, ya que esa institución no sólo era una de las mejores de Europa, sino que también era de las más modernas en los avances de la medicina.

En el año 1825 regresa a Venezuela donde se encuentra que existe un movimiento al que yo le llamo “Sociedad del debate de las ideas”; en la que no sólo se estaba discutiendo sobre el rumbo político que estaba llevando el país, sino que también se hacía un cuestionamiento al extremismo de la religión católica y que debía existir una tolerancia a los diferentes cultos.

En ese instante circula en Caracas un folleto conocido como La Serpiente de Moisés de Francisco Margallo, que prácticamente era una especie de inquisición literaria en contra de la tolerancia y la libertad de culto. Vargas al leer esto, decidió escribir un artículo en el que de una forma muy respetuosa y con argumentos de la misma doctrina católica refuta lo dicho por Margallo. Y no podíamos esperar menos ya que debemos recordar que él fue educado en un seminario. Con este artículo Vargas adquiere mucha popularidad y es colocado en la mira de esa “Sociedad de debate de las ideas”.

Pero nuestro personaje sigue avanzando dentro de la sociedad civil y comienza a luchar por una reestructuración de la Universidad de Caracas siendo electo ector de la misma el 20 de enero de 1827 y hace una magnífica gestión pagando todas las deudas pendientes y haciendo modificaciones académicas como por ejemplo la carrera de medicina la lleva de 4 a 6 años e incluye importantes materias.

Su amistad con Bolívar lo lleva a ser escogido como diputado al llamado Congreso Admirable en 1829, al cual no puede asistir por enfermedad y también participa como diputado en el Congreso de Valencia de 1830 donde forma parte de su directiva junto a Francisco Javier Yánez, Miguel Peña y el general Carlos Soublette. En ese congreso realiza una férrea defensa de Bolívar y a la no separación de Venezuela de la República de Colombia.

Una vez creada la República de Venezuela en 1830 y concluido el período presidencial del generalJosé Antonio Páez, esa sociedad del debate de las ideas impulsa la candidatura de Vargas para la Presidencia, la cual debió someterse a cuatro elecciones en el Congreso para conseguir el porcentaje legal requerido para ello.

Cuando resulta ganador Vargas, quienes auparon esta candidatura van a su casa a informarle y él rechaza tal nominación, pero luego de múltiples intercambios de ideas decide aceptar.

Lamentablemente su pasantía por la presidencia fue muy corta ya que, en primer lugar, renuncia a los 21 días por una discrepancia con el congreso y la misma es rechazada. Luego, estalla la Revolución de las Reformas que lo saca del poder y es enviado al exilio lo cual obliga al general Páez a tomar las armas de nuevo para reestablecer el orden constitucional venciendo a los alzados y regresando a Vargas a la presidencia. Y, por último, Vargas vuelve a renunciar por desacuerdos con Páez en cuanto al destino que debían tener los conspiradores.

Vargas regresó a la vida civil y siguió siendo un hombre muy respetado al punto de que estuvo a cargo de la Dirección General de Instrucción Pública desde 1839 hasta 1852 y en ese lapso fue comisionado para ir a Colombia en 1842 para dirigir el proceso de repatriación de los restos del Libertador Simón Bolívar sobre el cual hay que recordar que Vargas era uno de los albaceas del testamento del Padre de la Patria.

En 1852 viaja a Philadelphia y luego se muda a Nueva York donde enferma y muere en 1854 a la edad de 68 años, siendo sus restos repatriados en 1877 y es enterrado con honores en el Panteón Nacional.

El doctor José María Vargas es sin duda alguna un venezolano universal digno de nuestro mayor respeto y admiración sobre quien podemos concluir lo siguiente:

1.       Fue uno de los médicos venezolanos más adelantados en su tiempo dada a su magnífica preparación profesional.

2.      Además de su profesión se interesó por participar en la vida pública y el quehacer de la sociedad.

3.      Como pocos en su tiempo, comprendió que la educación es una pieza fundamental en el desarrollo de las naciones.

4.     Nunca fue una persona apegada al poder.

5.      Con su salida de la presidencia concluyó el proyecto civilista de Venezuela.

 

 


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