Foto Yuri Cortez / AFP

José Gregorio, Siervo de Dios, bien sabes que los venezolanos padecen desde hace más de 22 años un infortunio, una situación de desastre que ha dispersado a sus familias y demolido sus salarios, jubilaciones, ahorros, prestaciones, seguros e, incluso, arruinado sus pocos bienes, lo que ha hecho de sus vidas una amarga experiencia. Todo por culpa de una camarilla militar chavista y una pequeña parcialidad política enajenada ideológicamente que se han empeñado en implantar en Venezuela un sistema político, económico y social de índole marxista y totalitario que vulnera el sistema democrático liberal al que Venezuela pertenece por razones históricas, económicas, políticas, culturales y geográficas. El socialismo,  así concebido, es una idea que no ha dejado de ser ilusoria, utópica, quimérica y sin asidero en la realidad social, como lo demuestra la historia de la humanidad. Por eso ha fracasado reiteradamente en todos los países donde se ha intentado imponer.

Por esas circunstancias, José Gregorio, tu pueblo sufre hoy una situación inicua, absolutamente injusta e inmerecida, impuesta por la fuerza de las armas que la República puso en manos de compatriotas tuyos que juraron ante Dios y la Patria respetar y hacer respetar la Constitución, las leyes y los fundamentos republicanos y democráticos de la nación. El incumplimiento flagrante de ese juramento, José Gregorio, constituye una gravísima traición a la patria.

El sistema socialista impuesto al país, que oprime y empobrece a todos por igual, no es apreciado por tu pueblo. Nunca fue consultado al respecto. Jamás se sometió a su consideración el fulano socialismo del siglo XXI ni la fulana revolución bolivariana. Chávez jamás presentó esas cuestiones como opciones por las que sus simpatizantes tenían que votar. Los votos con los que ganó todas las elecciones en las que se presentó como candidato presidencial, no incluían para nada la idea de una aprobación del socialismo ni de la revolución como alternativas a la democracia. Los votos de Chávez fueron exclusivamente personales, logrados por su liderazgo carismático y su vinculación anímica, populista y demagógica, con el pueblo venezolano. Esos votos no estaban condicionados a un cambio del sistema político y económico del país. Por tanto, ambos proyectos, el socialismo y la revolución, son absolutamente ilegítimos y no pueden ser invocados para nada en nombre de la nación ni del pueblo. Eso, José Gregorio, profundiza aún más la traición a la patria protagonizada por los militares venezolanos. Tómalo en cuenta.

La comunicación de Chávez con el pueblo venezolano, tu pueblo, fue siempre de carácter emotivo, no ideológico. No incluía, bajo ningún pretexto, el componente lógico y racional del socialismo y la revolución y todas sus perversidades responsables de la trágica situación que hoy vive el país, como tampoco el nazismo, el fascismo y el maoísmo incluían como oferta a los votantes sus proyectos plagados de horrores y crímenes cuando los alemanes, italianos y chinos votaban y aclamaban a sus idolatrados Hitler, Mussolini y Mao Tse-tung.

Los venezolanos, José Gregorio, han agotado todas las formas legales y pacíficas  de lucha contra el régimen político que se ha entronizado arbitrariamente en el país con apoyo de las armas que antaño fueron usadas a favor de la libertad de los pueblos. No ha sido posible evitar la destrucción del país. La misma ha avanzado a tal grado, que Venezuela hoy ante el mundo luce como un país pobre, sin legalidad, sin legitimidad, sin desarrollo económico, sin libertad sin democracia, sin esperanza y sin fe. Por eso, José Gregorio, el pueblo venezolano pide que hagas un milagro, uno tan grande que pase a la historia y refuerce para siempre la devoción y la confianza  que el pueblo venezolano pone en ti. ¡Líbranos de esta pesadilla a la mayor brevedad, en un lapso que no vaya más allá del año 2022!

 


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