Fotos: Patricia Salazar B.

Muchas veces nos quejamos de nuestra existencia, de nuestro círculo íntimo o de la sociedad en la que nos toca convivir. A su vez, sentimos que las personas que tienen responsabilidades políticas, no se empeñan lo suficiente para facilitar el buen funcionamiento de las instituciones, que deben y tienen el compromiso, de prestarles a sus ciudadanos, una mejor calidad de vida, enfrentando las diferentes dificultades que surgen en toda comunidad.

Sin embargo, hay situaciones, momentos y eventos, desarrollados por determinadas organizaciones, que brindan a aquellos que participan, ánimos, refrescamiento y una nueva perspectiva de la realidad que les toca enfrentar, en pocas palabras, es recargar baterías, para de esta manera ampliar el campo visual de tolerancia, comprensión y paz, que, a la larga, por efecto dominó, se extiende al resto de los seres humanos.

En mi caso, nunca fui muy devoto religiosamente hablando, la última vez que fui a misa, todavía el sacerdote realizaba la eucaristía a espaldas de los fieles y en latín. Por ende, estaba desligado o más bien, ignoraba la esencia de la religión católica, sus ritos, su cadencia, su importancia.

Sin embargo, en los últimos años, me he involucrado un poco más, influenciado por Patricia Alejandra, quien es, más que mi compañera de vida, que me ha convencido, por ejemplo, en recorrer los siete templos en Semana Santa, identificar el Santísimo en una iglesia, el trabajo humanitario que realiza Cáritas y la importancia de la labor pastoral de la iglesia católica.

Es justo también afirmar, que otras religiones, tales como el judaísmo, el budismo, el hinduismo y el islamismo, sólo para nombrar las más importantes, realizan labores encomiables, en pro de los jóvenes y los más necesitados. Cada quien, a su manera, cada quien, con su concepto de su cosmología, cada quien con sus ritos, ceremonias y lugares de culto.

El preámbulo anterior, es para dar mi opinión sobre un acontecimiento en el cual participé, digamos por giros que da la vida, como son la Jornada Mundial de la Juventud, evento llevado a cabo en la ciudad de Lisboa, Portugal, del 1 al 6 de agosto de 2023.

Pero para entender la esencia de las jornadas, hay que recurrir a la historia. El evento antes mencionado tuvo sus inicios durante el pontificado de San Juan Pablo II, realizando la primera Jornada Mundial de la Juventud en 1986 en Roma (Italia). La inspiración para su institución comenzó dos años antes, en la clausura del Año Santo de la Redención en 1984.

La Jornada Mundial de la Juventud, tiene entre sus objetivos, brindar a todos los participantes una experiencia de iglesia universal, propiciando un encuentro personal con Jesucristo y María en el cual el Papa tiene una importante participación.

Pero volviendo a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), se destaca que es un evento internacional organizado por la Iglesia Católica, que reúne a jóvenes de todo el mundo para celebrar su fe. La JMJ se celebra cada tres años en una ciudad diferente, y cuenta con una serie de actividades, como misas, vigilias, catequesis, conciertos y encuentros con el Santo Padre. Por cierto, hay que acotar que participan personas de muchas tendencias religiosas, porque lo más importante del evento, es destacar la solidaridad, la convivencia, el ecumenismo en la fe y la tolerancia de todas las religiones, expresada a través de la pasión de los jóvenes.

De lo anterior, hay que resaltar que la JMJ tiene varios objetivos, entre ellos:

  • Fomentar el encuentro personal con Jesucristo y el crecimiento en la fe.
  • Promover la unidad entre los jóvenes de todo el mundo.
  • Inspirar a los jóvenes a ser agentes de cambio en la sociedad.
  • Dejar un legado positivo en la ciudad anfitriona.

Las JMJ han tenido un impacto positivo en la vida de muchos jóvenes. Ha sido una oportunidad para que se conecten con otros que compartan o no sus creencias, aprendan sobre la fe y crezcan en su relación con Dios, en sus diferentes conceptos. Las JMJ también ha sido una oportunidad, para que los muchachos se comprometan en ser más proactivos socialmente, para originar cambios positivos en su entorno y abrir camino para las próximas generaciones. De mi parte, que me considero un joven de seis décadas, puedo hablar de primera mano, porque estuve allí, puedo afirmar, más allá de mi concepto de la religión, que fue una experiencia increíble, que cambia la vida de muchos que participan. Pude apreciar cómo los participantes aprenden sobre la fe y a su vez, conectar con jóvenes de otras partes del mundo, sin importar la religión que profesan, en pocas palabras, el idioma y la cultura nunca es una frontera para manifestar la fe.

También hay que destacar, manteniendo mi postura de analista de los eventos sociales, que la JMJ inspira a los jóvenes que participan, en ser protagonistas de sus vidas. Aprecié como testigo ocular, cómo los muchachos de todo el mundo estaban trabajando juntos para hacer del planeta un lugar mejor, adquirir conciencia en cómo y porqué se debe ayudar a los necesitados y a su vez, ser respetuosos y comprensivos con aquellos que profesan otras religiones.

Habiendo estado allí, puedo asegurar que uno se contagia de la energía que generan estos eventos, pero manteniendo una postura objetiva, ante este acontecimiento puedo inferir que los beneficios que los jóvenes pueden obtener de las JMJ son los siguientes:

  • Una mayor fe en Jesucristo, en la Virgen María y en la Iglesia Católica.
  • Una mayor esperanza en el futuro.
  • Una mayor caridad hacia los demás.
  • Una mayor unidad con otros jóvenes católicos y de otras religiones de todo el mundo.
  • Una mayor comprensión de la cultura y la historia de diferentes países.
  • Una mayor conciencia de los problemas sociales y ambientales del mundo.
  • Una mayor motivación para hacer del planeta un lugar mejor.

Otros eventos que se llevan a cabo durante la Jornada Mundial de la Juventud son los siguientes:

  • Catequesis: se ofrecen sesiones de enseñanza y reflexión sobre la fe católica y temas relacionados. Estas catequesis son dirigidas por líderes religiosos y expertos en teología.
  • Vigilias nocturnas: los participantes suelen pasar una noche al aire libre en una vigilia junto con el Papa, durante la cual se realizan oraciones, adoración al Santísimo, se comparten testimonios y se crea un ambiente de comunión y espiritualidad.
  • Actos de servicio y voluntariado: los jóvenes a menudo participan en proyectos de servicio comunitario en la ciudad anfitriona, lo que les brinda la oportunidad de contribuir positivamente a la comunidad local y vivir la fe a través de acciones concretas.
  • Actividades culturales: se organizan eventos que destacan la diversidad de las culturas y tradiciones de los participantes. Estos pueden incluir espectáculos de danza, música y arte.
  • Eventos deportivos: en algunas JMJ, se llevan a cabo competencias deportivas entre los participantes, fomentando el espíritu y la camaradería.
  • Conciertos y festivales: se organizan conciertos y festivales musicales con bandas y artistas religiosos y seculares, para celebrar la alegría y la unidad de la juventud católica.
  • Adoración Eucarística: la adoración del Santísimo Sacramento es una parte importante de la JMJ, donde los jóvenes tienen la oportunidad de adorar y reflexionar sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía.
  • Encuentros con jóvenes de otras culturas: la JMJ es una oportunidad para que los jóvenes se encuentren y establezcan amistades con personas de diferentes países, culturas y religiones, promoviendo la comprensión intercultural y la unidad global.
  • Eventos formativos y talleres: se ofrecen talleres y sesiones de formación sobre una variedad de temas, que van desde cuestiones éticas hasta asuntos sociales y políticos, para ayudar a los jóvenes a crecer en su fe y conciencia social.

Estos son solo algunos ejemplos de los eventos y actividades que se pueden llevar a cabo durante una Jornada Mundial de la Juventud. La variedad de actividades y experiencias enriquecedoras, pueden variar según la edición y la ciudad anfitriona.

El evento culmina con una gran misa presidida por el Papa y suele incluir predicaciones, actos culturales, conciertos, procesiones y momentos de oración y reflexión. La Jornada Mundial de la Juventud, ha atraído a millones de jóvenes de todas partes del mundo y ha tenido un impacto significativo en la vida de muchos de ellos.

Uno de los momentos más destacados de la JMJ es la «Vigilia y Adoración Eucarística», que precede a la misa final y ofrece a los jóvenes la oportunidad de pasar la noche orando y reflexionando sobre su fe junto con el Papa.

Es importante mencionar que la Jornada Mundial de la Juventud no se celebra todos los años, sino que su frecuencia varía, y su organización y sede son decididas por el Papa y el Vaticano. Cada JMJ tiene un tema específico, que guía sus actividades y mensajes, y ha sido un evento importante para el Santo Padre y la Iglesia Católica, en su relación con la juventud católica de todo el mundo.

La próxima JMJ se llevará a cabo en el año 2027, en la ciudad de Seúl, Corea del Sur. Un reto importante, ya que, en los países asiáticos, la religión católica es minoría, sin embargo, lo importante de realizarla en Asia, es destacar la trascendencia de las culturas, las sociedades y las religiones, sin importar cual profesan, sino el papel que desempeñan en la vida de las personas, que les proporciona un marco para la moralidad, la espiritualidad, la comunidad y la comprensión del mundo y del significado de la vida. Sin embargo, no todas las personas tienen creencias religiosas, y la fe puede tomar muchas formas diferentes, tanto dentro como fuera del contexto religioso.

Es importante recordar que la fe y la religión son asuntos personales y pueden variar significativamente de una persona a otra. La libertad religiosa y la tolerancia son valores importantes en muchas sociedades, para respetar las creencias y prácticas individuales.

Para concluir, la creencia en Dios puede proporcionar significado, propósito y orientación en la vida de las personas. Puede influir en sus valores, comportamientos y decisiones, así en cómo se relacionan con los demás y con el mundo que les rodea. Para algunas personas, la creencia en Dios es una parte fundamental de su identidad y les brinda consuelo, esperanza y sentido de comunidad.


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