Hoy se celebra el Día del Juez en Venezuela, cargo que en mi inicio profesional aspiraba a desempeñar hasta que un día en el año 2007, luego de apreciar la asquerosa corrupción ideológica que vivían los tribunales en los cuales trabajaba, decidí que nada tenía que hacer allí, lo que me llevó al camino del sector privado del derecho, donde todavía me desenvuelvo.

Sin embargo, el hecho de actuar desde el lado de los “privados” no te hace ajeno a la corrupción del Poder Judicial, ya que todo gira en torno al dinero o al partido de gobierno, más o menos así: en los civiles gana el que tiene más dinero, los penales se mueven solo si pagas (dinero otra vez) y el contencioso administrativo o tributario solo puedes ganar si el caso es absolutamente irrelevante para el partido de gobierno. El resto de las áreas (laboral, menores, agrario, etc.) actúan en torno a los mismos parámetros.

Pero desde el año 2016 tenemos un TSJ legítimo, al cual he apoyado a pesar de lo complicado que es sostener su eficacia en el mundo jurídico, sin embargo, algunos de sus integrantes parecieran estar moviéndose también en torno a sus propios intereses de poder político, lo cual, lleva a pensar si será mucho pedir tener un Poder Judicial que actúe con base en el principio de supremacía constitucional y brinde simple y llanamente tutela de derechos a los venezolanos.

Por eso decidí hoy, en el Día del Juez, publicar en vez de una columna, un “intento de silva” que escribí en 2011 justo después de ser parte de uno de los procesos judiciales más corruptos que he tenido que enfrentar en mi carrera.

Como los jueces no trabajan hoy, espero lo lean:

Intento de silva al Poder Judicial

@alejogallotti


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