CNE
Foto Archivo

Cuesta comprender cómo en asuntos en los que, de indubitable modo, se ponen de manifiesto los verdaderos propósitos de los jerarcas del régimen, y en los que asimismo se puede distinguir con absoluta claridad lo legítimo de lo ilegítimo, además de lo conveniente de lo inconveniente, figuras públicas destacadas, con una sólida formación académica y con amplia experiencia en el análisis político no sean capaces de ver más allá de la falaz imagen que sus propios deseos forjan sobre aquellos.

En el caso de la írrita designación de rectores para un Consejo Nacional Electoral que, de aceptarse, seguirá siendo otro instrumento al servicio del régimen, indistintamente de que varios de esos «árbitros» sean, al parecer, bienintencionados opositores —y yo sí les doy el beneficio de la duda—, cuesta aún más entender la facilidad con la que algunas de esas destacadas figuras pierden de vista lo fundamental, a saber, que el órgano en cuestión es producto de las decisiones de una ilegal e ilegítima asamblea.

La ecuación es en verdad simple y diáfana la jugada de los opresores de la nación, ya que de aceptarse tal instancia «arbitral», implícitamente se aceptarían, a su vez, unas competencias legislativas que la segunda no posee, y con semejante despropósito se liquidarían el legítimo parlamento que hoy preside Juan Guaidó y la propia figura del presidente interino.

En un segundo, por la ingenuidad que se confunde con ecuanimidad y pragmatismo, se echaría por tierra un trabajo que ha supuesto inconmensurables sacrificios y que le ha permitido a la sociedad venezolana contar con un representante al que respaldan los principales líderes del concierto de las naciones democráticas, y ello es, sencillamente, inadmisible.

No se trata esto de una crítica a aquel insufrible proceder de quienes se empeñan en ser siempre más papistas que el papa en contra del sentido común y de la conveniencia, sino de un oportuno llamado de atención en una encrucijada en la que, por unas quimeras derivadas de lo que ellos y algunos más toman por sensatez, se corre el riesgo de seguir el camino que llevaría a ignorar los auténticos principios democráticos y, sobre todo, los más elementales aspectos de la ética relacionados con la defensa de la santidad de la vida, porque, sí, lo que se juega en la toma de las principales decisiones en la Venezuela tiranizada por el chavismo no es otra cosa que la vida de millones… Y miles, si no también millones, ya la han perdido a causa de un pasmoso cúmulo de evitables errores.

Mirar las acciones de tales opresores a través del prisma de los propios valores, en vez de considerarlas en el marco de su perversidad e insania, no hace que las cosas sean distintas de lo que en realidad son, y orientar esfuerzos hacia lo que se estima acertado en función de aquello que se quiere creer, no de lo que es, solo contribuirá a alejar todavía más a la nación de su anhelada emancipación.

¿Tan difícil es comprenderlo?

@MiguelCardozoM


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!