“e la gallina, / tornata in su la via, / che ripete il suo verso”[1] (Giacomo Leopardi)

Desde que era niño me enseñaron a disculparme cada vez que me equivocaba. En mi casa, en la escuela y con mis amigos todos asumíamos que pedir perdón era lo correcto si uno había actuado mal; y me refiero a hacer algo moralmente reprobable como reírse de un compañero, hacer trampa en el juego o, por descontado, mentir. Esta última era una de las faltas más graves. Decir una mentira significaba perder la credibilidad, aunque suene obvio. Uno necesita saber en quién confiar. Nosotros fuimos educados para ser personas de palabra, fiables.

Un evento reciente grabado en video revela la comparecencia en directo de un concejal valenciano ante una comisión europea para competir por la Capitalidad Europea de la Innovación. El representante de Compromís[2], Carlos Galiana, defiende la candidatura de Valencia con la mascarilla puesta. Curiosamente no habla en valenciano ni en español, sino en inglés. Lo hace tan bien que sorprende a quienes le conocen. El dominio y la fluidez del lenguaje es notable, así como el acento y la entonación. Acompaña el discurso -bien estructurado- con gestos y movimientos de cabeza. Lee (o parece leer) un folio sobre la mesa y mide sus palabras. Se ve que lo ha ensayado más de tres o cuatro veces.

Decía que sorprende su discurso a quienes le conocen porque este edil sabe un poco de inglés y su voz no es la que se oye en la comparecencia. O sea, que no es él quien habla, sino un profesor de inglés o un nativo. Resulta además, que Galiana es actor profesional. En fin, el político aprovechó la sesión para exhibir sus grandes dotes teatrales y el tapabocas de rigor por la covid-19 fue de gran ayuda para no dejar al descubierto el truco, mejor dicho, el engaño.

Cuando se desveló la trama, uno piensa en el buen rato que debieron de pasar Carlos Galiana y su compinche mientras prepararon la actuación. Uno piensa que los políticos como él sobran, no son de fiar. Este edil valenciano debería renunciar a la política o ser inhabilitado. Como actor, a mí me parece bueno. (“Un edil de Valencia usa la mascarilla para simular que habla inglés mientras otro pone la voz”, Dani Valero. El Español, 24.09.2020). La prensa informa que el concejal valenciano posteriormente pidió disculpas por los hechos. Con todo, uno no pide perdón después de haber preparado a conciencia el enredo ni se pide perdón cuando no se siente.

No he podido evitar recordar en el otro extremo a un futbolista profesional que se atrevió a hablar con un reportero, creo que de la RAI, en italiano sin tener ni idea del idioma. El jugador había fichado por la Fiorentina (Florencia, Italia) y apenas sabía decir cuatro cosas. Joaquín Sánchez, centrocampista del Real Betis Balompié, reconocía más tarde en los medios de comunicación españoles que sabía un par de palabras: piu (más) y otra más que no recuerdo. Inocentemente, confesó que suponía que iba a entenderse con el periodista a lo largo de la entrevista. Encajó alguna palabra como squadra por equipo, supo inventarse vocablos de la lengua de Dante sobre la marcha añadiendo una -e- al final cuando era posible rigore por rigor -aquí acierta-, poniendo acento medio argentino, casi cantando hasta que nos perdimos todos, incluido el reportero. Y el fichaje de la Fiorentina siguió hablando solo en un idioma que nadie habla mezclando palabras en español, italiano y una lengua inventada.

 

[1] “la gallina / ha tornado al camino / y vuelve a cacarear” (Giacomo Leopardi)

[2] (coalición política de izquierdas de corte nacionalista)


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