El interés primario y absolutamente inaplazable es salir de Maduro y el modelo socialista. En eso convergimos 90% del país, quienes aspiramos a convertirnos en una fuerza nacionalista inderrotable e irreversiblemente creciente, por cierto ya cuantificada por las principales encuestadoras del país.

Si bien estamos claros en ese punto, no debemos subestimar a quienes ejercen el poder. Existe la posibilidad de que adelanten las elecciones y vayan la presidencial, regionales y municipales juntas para dirimir los cargos ejecutivos, lo que podría ser aún más traumático si se adicionara lo concerniente a los espacios legislativos, es decir, la Asamblea Nacional, consejos legislativos y cámaras municipales.

El que este escenario lo impongan, de manera intempestiva e inconsulta, traería consigo un cambio obligado de estrategia político electoral ante la implosión indetenible de las regiones contra la imposición y el centralismo.

Ya en todo el país se comienzan a gestar acercamientos entre la dirigencia política de base y sectores de la sociedad civil organizada que obligatoriamente deben prepararse para este escenario que generará una abusiva y radical acción de los cogollos para imponer candidatos a los diferentes cargos de representación en estados y municipios que deben acompañar la candidatura unitaria de la oposición a la Presidencia de la República.

Los sectores independientes igualmente construyen puentes y manejan alternativas para que no les sean vulnerados y desconocidos sus derechos y esfuerzos ante la coyuntura y la incertidumbre reinante. Los independientes comienzan a entender que para materializar su voto y poder cuantificarse debe ser a través de los partidos políticos, instancias que en su mayoría son hoy antros parasitarios que se alimentan y sostienen por la ignorancia y el descontrol de una sociedad degradada, sometida y mal direccionada siempre a merced de los políticos indolentes y amantes de la buena vida.

Los venezolanos debemos mantenernos dentro de los parámetros que hemos asumido de independencia y emancipación, no podemos perder la perspectiva. El peso que la sociedad democrática venezolana tiene capitalizado al deslastrarse de la partidocracia tradicional, no puede dilapidarse aceptando ser llevados como borregos al matadero electoral para favorecer el centralismo sectario y manipulador que se arroga permanentemente un liderazgo inexistente que sigue obstaculizando y desdibujando la ruta del cambio, negando silente y premeditadamente la participación protagónica del liderazgo real y emergente.

El régimen hace y deshace con las oposiciones en este mutilado y desmembrado país. La mayoría de la dirigencia o grupos políticos tienen su numero en el circo de Maduro nadie se niega a formar parte de este espectáculo vergonzoso, cargado de inmoralidad y crueldad.  La humildad, la sinceridad, el reconocimiento, la integración, el respeto y consideración que debieran mostrar quienes pretenden conducir la nación, no son elementos que estén presentes y visibles para diseminarlos como ejemplo para alcanzar la unificación de los venezolanos. Los independientes que son casi el 80% del país en este momento son obligados bajo el chantaje permanente a convertirse en dependientes, cuando representan cuatro veces lo que reúnen absolutamente todos los partidos políticos juntos, sumando todas las tendencias.

La disciplina y cumplimiento de una estrategia no puede ser confundida con la subordinación que se busca nuevamente implementar para favorecer grupúsculos de ungidos circunstanciales donde son privilegiados familiares, sectores pudientes, empresarios, viva la pepas y políticos vivianes. La sociedad civil debe y tiene que tener una representación proporcional en el proceso de cambio y transformación. Dividir y repartir en partes o cuotas de partidos los despojos que la revolución va a dejar en este país, es darle continuidad al desastre que vivimos.

La revolución como lo he dicho hasta el cansancio está en grandes y extremas dificultades y utilizara todas las herramientas que tiene en sus manos para implosionar la ya infiltrada y atomizada oposición partidista. Por lógica si se atiende al sector votante mayoritario en este momento que son los independientes se estaría minimizando los efectos que pudieran causar en un proceso electoral las grandes inversiones que se hacen los oficialistas en los partidos y dirigentes de sectores de oposición.

Invito a todos quienes quieren diferenciarse de este marasmo político a construir una cruzada democrática rebelde y antagónica al tradicionalismo. Tengamos claro que, con este impredecible régimen dominante, pero gracias a Dios decadente, nada esta escrito y menos definido. Ellos están por el sendero oscuro de la derrota, luchemos por la causa libertaria y démosle el valor que tienen y la representación que merece la fuerza moral mayoritaria y decidida en el país “Los Independientes”

Cualquier escenario que nos construya el régimen para dirimir quien asume la conducción del país en un proceso electoral, les expreso que estamos abiertamente con una gran ventaja.el único riesgo que corremos es el injerencismo e imposición extrema de los partidos, la segregación y el sectarismo de los equipos políticos que se destaquen para conformar las ofertas electorales regionales y municipales de ser el caso. Salir airosos de las estrategias mal sanas del régimen dependerá de la capacidad de asociación y maniobra de los líderes más reconocidos y conscientes de que están al servicio del rescate de la democracia.


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