Foto Voluntad Popular

Nada justifica el secuestro que sufrieron ni las medidas a las que ahora deberán someterse los jóvenes Luis Martínez, Carlos Maneiro, Jholbert Godoy y Argelia Rovaina, que fueron detenidos hace tres días en Chacao. Mucho menos que hayan sido recluidos en la sede de la Dirección de Contrainteligencia Militar. Fueron muchas horas sin saber de su paradero y solo la presión de la sociedad hizo que aparecieran, aunque acusados de instigación al odio y asociación para delinquir. Una película de violación de derechos humanos que se repite y que solo busca amedrentar.

Luis, Carlos, Jholbert y Argelia sencillamente quisieron recordar el sacrificio de Neomar Lander por su país. Hace cinco años ya de su cruel asesinato, pero duele como si hubiera sido ayer. Un adolescente que se armó de valor y salió a protestar en contra de un gobierno que le estaba robando su futuro y que al final le quitó la vida. ¿Por qué la Dgcim no ha sido tan diligente para poner tras las rejas al militar que disparó la bomba lacrimógena que lo mató?

«Diligente» fue el entonces ministro del Interior cuando dijo que Neomar Lander había muerto víctima de la explosión de un mortero casero que estaba manipulando en la entrada de la avenida Libertador. Si no hubiera sido por los videos de testigos que captaron el momento justo en que le pegaron el bombazo, hubieran insistido con su mentira. ¿Cómo no recordar que se cumplieron cinco años de su muerte y de la de tantos otros jóvenes ese nefasto 2017? Recientemente la mamá de Neomar estuvo en la Corte Penal Internacional con los familiares de otras víctimas para respaldar la investigación que sigue la Fiscalía.

Esa es la importancia de este caso que con la acción de Luis, Carlos Jholbert y Argelia vuelve a estar en todos los medios internacionales, porque ellos solo querían rendirle un homenaje, salvar su memoria, recordar su sacrificio. ¿Tiene algo que ver que además sean activistas del partido Voluntad Popular? Es posible, pero si el gobierno chavista quiere evitar que se le señale como violador de los derechos humanos lo disimula muy bien. Recientemente el propio fiscal general aseguró que la CPI no tiene nada que investigar porque ellos hacen justicia. ¿Desaparecer a unos muchachos por más de 40 horas, sin que sus familiares sepan en dónde están detenidos es seguir el debido proceso? ¿Llevarlos a un centro de detención militar siendo civiles es asegurarles un juicio justo? ¿Coartarles su derecho de protestar y manifestar su opinión por tan horrendo asesinato es respetar sus derechos? ¿Liberarlos con medidas cautelares como si fueran delincuentes es justicia?

Desde Miraflores siguen actuando en contra de todos los venezolanos, creyéndose omnipotentes, como si fueran intocables. Aunque los pongan presos, los ciudadanos no van a olvidar que el gobierno chavista ha sido el autor intelectual de todas estas muertes de personas inocentes, de todos los presos políticos, de todos los torturados. Aunque no dejen que se honre su memoria en las calles, nada borrará de la mente de la gente lo sangrientos que han sido estos años de revolución.

Luis, Carlos, Jholbert y Argelia deben gozar de plena libertad, así como todos los presos políticos que mantienen en las cárceles del gobierno. Y aunque ahora se crean inalcanzables, la justicia llegará para que los violadores de derechos humanos paguen sus delitos. Recuerden que no prescriben.


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