Por Compañía Nacional de Teatro y Equipo Editorial 

Una docente e investigadora de Nueva Esparta recibe una honorable condecoración que ha sido posible gracias a la intermediación del Ministerio del Poder Popular para la Cultura ante la postulación de la Compañía Nacional de Teatro con motivo de la celebración del Día Nacional del Teatro, en el que deseamos exaltar su entrega en pro de la cultura venezolana y en pro del arte en general como valor de nuestro país.

La Compañía Nacional de Teatro ha reconocido la amplia y ejemplar trayectoria en el mundo teatral como escritora de guiones, investigadora, crítica y docente de la profesora Sor Elena Salazar. Para celebrar su ahínco y entrega, se decidió conferir la Orden Andrés Bello en su Segunda Clase, y cuyo reconocimiento no es más que un espaldarazo a una vida dedicada a las artes escénicas desde la pluma y el papel, no solo investigando profusamente, sino también generando textos dramatúrgicos de una gran profundidad.

Todo empezó desde temprano, en la adolescencia, cuando Sor Elena pasaba horas y horas en la biblioteca del Liceo Dr. Francisco Antonio Rísquez leyendo «Fuente Ovejuna» y «Hamlet». Esa iniciación con los clásicos de la literatura marcó su camino y más adelante la llevó a apuntar sus ojos a la capital venezolana para forjarse en letras y estudiar más a fondo este universo.

Años después, llegada a Caracas, fue aceptada en la Facultad de Letras de la UCV. Haber cursado estudios allí le permitió conocer más prolijamente el teatro, lo que le hizo desarrollar el hábito de visitarlo, y, de manera inevitable, vivirlo. Este amor pudo verse reflejado claramente en la escogencia de sus posteriores oficios y su desempeño en los mismos.

Con el tiempo, y luego de su graduación, Sor Elena Salazar trabajó 11 años ininterrumpidos —entre 1984 y 1995— como profesora de Historia Social del Teatro y Lengua y Comunicación en la Escuela de Artes Escénicas César Rengifo —de la cual fue miembro fundador—. Dicha institución se encontraba —y persiste— en la esquina del Cuño, Caracas, y pertenecía al Conac.

En las paredes de este recinto, a la par que ejercía su labor docente, la profesora ahondó en los manuscritos de Rómulo Gallegos y del epónimo —Rengifo—, y se volvió una apasionada de sus obras. Este accionar terminó repercutiendo hondamente —sin que ella buscase— en su producción literaria próxima.

En conjunto con Salazar, fueron doce los profesores fundadores de aquel icónico espacio educativo enfocado al universo de las tablas. Allí, la profesora compartió con figuras de la talla del actor Luis Pardi (+) —quien fungió como director en su momento—, Elías Martinelli —del grupo Rajatabla—, Orlando Rodríguez, Nelson Chacón, Perán Erminy —crítico de arte—, Lola Ferrer, Rocío Rovira, Alexis Echenagucia, entre otros grandes.

Su pasión se hizo tan densa que la tesis de maestría de la profesora Sor Elena en la USB versó sobre las tablas, y a este trabajo lo tituló “Las máscaras de lo universal en Gallegos y Ayala Michelena”. El texto resultó de tal valía que, pasado un tiempo, Monte Ávila Editores tomó la acertada y necesaria decisión de publicarlo.

La docencia como forma de vida se impuso y en 1995 fundó la Unidad Educativa «Nueva Cádiz», en La Asunción, de la cual han egresado cientos de jóvenes y en la actualidad es una referencia educativa en la isla.

Las fiebres propias del arte de Lope de Vega no cesaron con ese primer trabajo de grado, y esto se refleja en la tesis doctoral de Salazar, la cual también tuvo como eje central al teatro. En este caso se trajo a la palestra a un controversial personaje, al que el mismo Simón Bolívar consideró el precursor del proceso independentista neoespartano; el texto se tituló: “Lope de Aguirre: de la crónica a la dramaturgia en Lope de Aguirre Traidor”. Esta obra, como era de esperarse, también resultó de gran valor investigativo, al punto de que la Universidad de Oviedo, España, mostró su interés en ella y decidió publicarla en 2012.

Resumiendo, desde hace muchos años en el ejercicio de la docencia y la investigación y de Pensar Educativo conocemos a la profesora Sor Elena Salazar, una mujer íntegra, con altos principios y valores humanos. Historiadora, escritora y lingüista e investigadora de ciencias sociales y doctorado en España. Trascendente profesora de la Universidad de Oriente y como se dijo, fundadora del Colegio «Nueva Cádiz», razón por la cual nos quedamos cortos en emprender la descripción y narrativa de su extensa hoja de vida, pero nos basta con señalar la más importante: Ejemplo para todos y digna mujer para la historia de la docencia en Nueva Esparta. Estamos de beneplácito. Honor a una insigne margariteña: Sor Elena Salazar.


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