«I am alone here in my own mind» (ANNE SEXTON)
Cuando uno descubre una mentira es agradable saber que el tramposo recibe su merecido. Por eso, cuando leemos titulares de prensa sobre casos de infidelidades en los que queda claro quién sale ganando, uno se siente satisfecho. Me refiero, por supuesto, si uno no es el que engaña, sino más bien el engañado. Pero vamos por partes. Ahí va un ejemplo: «Una mujer descubre la infidelidad de su pareja por Alexa, el asistente de Amazon» (El Periódico, 20.10.2022). *Jessica Lowman comprobó el historial de voz de ese artilugio omnipresente en algunos hogares modernos y pudo oír una voz que no era la suya, pero la voz de otra mujer. Lógicamente, Jessica ya desconfiaba de su pareja para llevar a cabo esta clase de pesquisas. Podemos deducir que el hombre no tuvo más remedio que reconocer su falta y acabar su relación, ya que visto lo visto -o mejor, oído lo oído- la suya no era una relación satisfactoria al cien por cien. El hombre que miente es culpable.
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Lamentablemente, los mentirosos abundan en este mundo. La mentira es el camino más fácil, más corto y más miserable de vencer cualquier dificultad para alcanzar una meta inmerecida. A veces las casualidades ayudan a las víctimas del engaño como le sucedió a una joven inglesa: «Repartidora descubre la infidelidad de su marido al llevar un pedido a la amante» Diario en positivo, 22.03.2024)**. Ella trabajaba de repartidora –rider– y le sorprende ver a su marido abriendo la puerta de un domicilio que no era el suyo. En teoría su marido se encontraba de viaje en Londres por razones de trabajo. El hombre no sabe dónde meterse. Para empeorar las cosas, se escucha una voz femenina en el interior del apartamento. El delito es tan flagrante que no parece real. La historia no termina bien para el hombre. Este es un ejemplo de que la justicia poética existe.
Hay muchas historias parecidas de deslealtades por parte del varón. Suele ocurrir que las amantes desconocen el estado civil de los hombres con los que inician esa relación en paralelo. Los hombres se encargan de ocultar su matrimonio. En caso contrario, es decir, cuando la amante sabe que esta pareja está comprometida con una mujer y sigue adelante, ella también es responsable de la infidelidad, obviamente.
No quiero cansarle, amable lector, con estas historias tristes, pero ha de saber que ellas, las mujeres, también engañan y mienten lo suyo. Fue curioso el caso de los papagayos delatores: «Descubre la infidelidad de su mujer gracias a unos papagayos: «Mi marido no está, puedes venir»» (La Vanguardia, 3.04.2024).
La infidelidad ya se ve venir desde lejos. Bueno, hay que abrir los ojos y no desatender las cosas pequeñas para saber si nos quieren o no nos quieren, si gustamos o no gustamos. No sé por qué razón siempre me pongo en el lugar de la víctima, empatizo con el engañado. En la columna de El Nacional de hoy trato sobre los hombres y las mujeres infieles, aunque también hay mujeres y hombres fieles. He estado leyendo en diversos medios acerca de cuáles podrían ser las señales que nos alertarían sobre la infidelidad de nuestra pareja, y entre otras alarmas, aparecen estas:
1.- inicia aficiones (gimnasio, ajedrez, interés por un deporte singular, se pone a hacer crucigramas de repente, elije un canal de televisión que nunca ponía).
2.- habla de manera diferente (observas en ella (o en él) el uso de coletillas «ya tú sabes», «eso mismo», «obvio», «te veo en 10″ -10 minutos-, «okay», «como veas, cielo»).
3.- le notas celosa (o celoso) de su smartphone y no lo descuida. Sale de la habitación para tener una conversación telefónica.
4.- abre otras redes sociales.
5.- le notas ilusionada (o ilusionado) con brillo en la mirada.
6.- se ausenta a menudo.
7.- la notas pensativa y callada (pensativo y callado).
8.- no te habla mucho.
9.- no te mira apenas.
10.- no te busca.
Si detecta alguna de estas señales, plantéese su relación y trate de aceptar lo que venga con dignidad para bien o para mal.
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*elperiodico.com//20221020/infidelidad-pareja-alexa/
**diarioenpositivo.com/repartidora/infidelidad/marido/
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