Desde hace 3 años estoy trabajando para la oposición venezolana y el conjunto de movimientos sociales y religiosos en el desarrollo de una serie de documentos con los conceptos, instrucciones y recomendaciones adecuadas para lograr la salida del chavismo y favorecer una transición que dé paso de la dictadura a la democracia en Venezuela, en lo que he llamado la hoja de ruta para la democracia. Estos trabajos han sido consensuados con prácticamente todos los grupos que formaron parte de las conversaciones, materializándose los primeros documentos en los meses de septiembre y octubre del año pasado.

La realidad es que en este punto el actual gobierno chavista puede ser definido como un Estado fallido en el que se vive bajo una dictadura cruel que ha sumido a Venezuela en la peor de las depresiones económicas, sociales y políticas.

La hoja de ruta hacia la democracia contiene 25 puntos que inician con la descripción de la situación actual, describen la forma de darle salida al chavismo y formar un gobierno de transición hasta concluir con la celebración de unas elecciones libres y democráticas y el asentamiento de un próspero y moderno Estado democrático, que ahora los sintetizo en un decálogo:

  1. Una dictadura criminal y corrupta. El régimen político venezolano ha ido transformándose desde una supuesta democracia, para acabar siendo una dictadura que comete crímenes de lesa humanidad con sus ciudadanos y con unos niveles de corrupción brutales, enraizados en todo el sistema y con los agravantes de tener una situación económica desastrosa y unos niveles de delincuencia e inseguridad ciudadana que son de los peores del mundo. La grave situación del país ha llevado a tener más de 4 millones en la diáspora.
  2. Un sistema sin salida donde cada día que pasa todo es peor. El gobierno, conocedor y causante de estos hechos, solo busca su supervivencia en el poder y se mantiene en la mentira y falsedades continuas tanto ante la ciudadanía como a nivel internacional, aunque ya nadie les cree. Apela a la existencia un falso diálogo con el único objetivo de ganar tiempo, aunque sepa que no tiene salida y que, antes o después, caerá.
  3. Elecciones manipuladas y falsas. El régimen de Maduro ha montado un sistema electoral absolutamente fraudulento de manera que se inventan completamente el número de votantes y los resultados. Utilizan diversas artimañas para amañar las elecciones a su favor, que van desde la compra de votos hasta la alteración de los votos en el momento del conteo. Por lo que, con este escenario, no es viable la celebración de nuevas elecciones con el chavismo en el poder que supongan seguir con el fraude y engaño al pueblo venezolano.
  4. Cese de la usurpación y gobierno de transición. Es necesario el cese definitivo de la usurpación y la constitución inmediata de un gobierno de transición formado por una mayoría de la oposición; se debería pensar en que fueran 8 miembros de la oposición y 4 del chavismo. El presidente también debe ser de la oposición o independiente, pero en línea con los partidos de la oposición. El gobierno de transición debe actuar como un órgano colegiado, esto es, las decisiones han de tomarse por unanimidad o por la mayoría de sus componentes. Ni su presidente ni ninguno de los miembros de ese gobierno podrán presentarse a ningún cargo ni ser elegidos en los siguientes 5 años desde su nombramiento en el gobierno de transición.
  5. Cierre de la asamblea constituyente y recuperación de la Asamblea Nacional. Desde la firma del acuerdo de transición ha de quedar disuelta la ilegítima e ilegal asamblea constituyente y la Asamblea Nacional recuperará su capacidad de representación, legislación y las atribuciones estipuladas en la vigente Constitución.
  6. Amnistía condicional. Se concederá una amnistía en la que unos 40 cargos chavistas, los más importantes, serán trasladados a un país de acogida donde estarán controlados y del que no podrán salir; el resto será amnistiado quedándose en Venezuela. Pero siempre, para unos y otros, con el embargo de todos los bienes mal habidos; todos aquellos que no puedan justificar un patrimonio neto superior al medio millón de dólares el origen de sus fondos deberá ser embargado por una ley especial que faculte para ello. La amnistía tiene carácter condicional, ninguno de ellos puede reincidir, y los 40 que salgan del país deben cumplir las normas que se les imponga en el país asignado y no salgan del país o intenten hacerlo.
  7. Elecciones democráticas. El gobierno de transición debe convocar elecciones en un plazo mínimo de 9 meses y máximo de 12 meses (desde su nombramiento). En el caso de que las elecciones no sean convocadas por la Presidencia de la República, se convocarán automáticamente el primer domingo pasados los 12 meses desde la formación del gobierno.
  8. El ejército de la democracia. Transformación del Ejército para pasar de ser un instrumento opresor de un régimen totalitario a ser una institución democrática al servicio del pueblo, de las libertades, de la democracia y de la Constitución.
  9. Reforma constitucional parcial y exprés. La Asamblea Nacional debe hacer una reforma parcial y exprés de la Constitución, solo de algunos de sus elementos vitales. Aprendiendo de la experiencia vivida durante el chavismo, se debería cambiar el sistema electoral, estableciendo que el período máximo en el cargo de presidente de la República sea de cinco años, sin reelección y propiciar para la elección del presidente de la República una doble vuelta si el primer candidato no ha conseguido más de 50% de los votos o una diferencia de al menos 20 puntos sobre el segundo puesto.
  10. Sistema semipresidencial participativo. Los sistemas presidencialistas puros acumulan en una sola persona demasiado poder, sería conveniente hacer un esfuerzo buscando una mezcla de un sistema presidencialista y uno más parlamentario, pudiera tomarse como ejemplo el sistema francés en el que el presidente de la República es el jefe de las Fuerzas Armadas, controla la política exterior y nombra al presidente del gobierno en función del peso de los distintos partidos en la Asamblea de diputados y negociándolo con ellos.

La aplicación de este decálogo cambiará en función de si el cese del chavismo se hace . Si la salida del chavismo es por las buenas se aplicará lo recogido aquí, así como todo lo incluido en los 7 documentos preparados y consensuados con la oposición; pero si esa salida es por las malas, algunos de los puntos expuestos cambiarán, por ejemplo, será un gobierno íntegro de la oposición y no habrá amnistía, a excepción de las personas que hayan colaborado en el cambio, los demás puntos quedarán igual. Hay que preparar, mediante la transición, a toda la sociedad, a las estructuras políticas, sociales y económicas para unas elecciones libres y democráticas.

Es fundamental en el período de transición adecuar al ejército a la nueva situación democrática. La idea será la , para que esté al servicio del país, defendiendo los valores constitucionales de una Venezuela democrática.

La oposición democrática venezolana ha sido ejemplar en todo el proceso. No se conoce en la historia, en ningún país, una unidad tan importante que haga que todos los partidos, grupos políticos, sociales, económicos, corporaciones y asociaciones civiles apoyen de forma tan potente y continuada un propósito.

Lo que sí es cierto es que hace falta una mayor organización para mantener esa unidad opositora y para tener una mayor fuerza se hace necesario la Sería recomendable transformar la figura y lo que representa el presidente encargado, Juan Guaidó, en una especie de presidencia encargada, la cual cuente con la colaboración y apoyo de importantes dirigentes de la oposición que están en estos momentos infrautilizados y que se puedan dividirlas funciones entre distintas personas para una mejor y más eficiente organización, que es precisamente lo que está fallando; podría hablarse de una especie de gobierno encargado con división de responsabilidades. Este gobierno encargado debería ser elegido por la Asamblea Nacional y podría estar compuesto por 2 vicepresidentes y 6 u 8 ministros encargados.

Así, a lo largo de la hoja de ruta para la democracia, habría que distinguir entre el presidente encargado, Juan Guaidó, el presidente de la transición, que se elegirá en su día, y el presidente de la República, que será elegido en las elecciones libres.

Con el final del chavismo y de la cruel dictadura vendrá la , será un gran cambio no solo para el país, sino para toda la zona limítrofe y para los países fuertemente presionados por la diáspora. Con la recuperación de la democracia y las libertades políticas y sociales de todos los ciudadanos vendrá el comienzo de una nueva época económica en rápida evolución hacia el progreso.

Venezuela recuperará la inmensidad y belleza de su país, la riqueza y el potencial de su agricultura, sus reservas de petróleo, la preparación cultural y educativa de sus ciudadanos, su historia de funcionamiento democrático y la capacidad emprendedora de sus empresarios. El hecho es que de este lado del puente tenemos el infierno y del otro el paraíso, lo que tenemos que hacer es cruzarlo, para ello todos, políticos, ciudadanos, la clase económica, todos debemos trabajar duro para conseguirlo, hace falta un gran esfuerzo, pero lo que hay al otro lado del puente vale la pena.

En todas las encuestas bien hechas, porque también hay manipulación en algunas de ellas, 90% de la población apoya la salida del chavismo, la dictadura de Maduro apenas tiene apoyo popular.

Todos los documentos que se mencionan en este artículo se pueden consultar en mi página web.

Inicio | Carlos Malo de Molina


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