El presidente del Partido Popular de España, Pablo Casado, abogó en diciembre porque el viejo continente aumente las sanciones “al régimen narcoterrorista de Nicolás Maduro”, porque, señaló, “lo que están haciendo después de arruinar a la población venezolana y explotar todos los recursos es llevarse la riqueza a Europa”.

“Están comprando edificios enteros en Madrid, están llevando a sus hijos a las universidades más caras y están llevando todo el dinero de esta cleptocracia chavista a comprar activos inmobiliarios y sociedades opacas”, denunció Casado ─que realizaba una gira por Latinoamérica─ en una entrevista en Buenos Aires con el diario La Nación.

No es desde luego la primera vez que se expone la situación de una Venezuela que sufre mientras las mafias que secuestraron las instituciones para traficar con drogas y robar siguen llenándose los bolsillos con el dinero sucio de la corrupción.

La mayor paradoja, sin embargo, sigue siendo la actitud rayana en la complicidad que caracteriza a quienes debieran ponerle coto a esa tragedia.

Ya lo advirtió Jorge Tuto Quiroga en 2020, cuando expresó sorpresa de que precisamente en Europa tengan “una lentitud pasmosa y casi una actitud cómplice con la aplicación de sanciones a gente que se roba el dinero en Venezuela y lo gasta en todo el mundo”.

Ese dinero, manifestó entonces el ex presidente boliviano, se está yendo a Europa, Estados Unidos y países de América Latina.

El embajador de Estados Unidos para Venezuela, James Story, pareció sugerir el mismo año la falta de voluntad política de España para escarbar en el origen del financiamiento que permite al entorno de Maduro mantener lujosamente a sus familias en Europa.

En entrevista con el diario ABC de Madrid en septiembre de 2020, el diplomático norteamericano subrayó que su país, las autoridades españolas y naciones latinoamericanas tienen la obligación de investigar el origen de ese dinero.

“Aún tenemos la responsabilidad de averiguar esas riquezas”, advirtió entonces. “Lo estamos haciendo en Estados Unidos”.

Ahora el joven político español Pablo Casado, consciente del drama de los venezolanos, también alza la voz para ir contra los ladrones. Y eso es auspicioso.

Solo que Estados Unidos y otras naciones de Europa y América Latina deberán, ahora sí, anular visas, incautar cuentas y congelar bienes para que los saqueadores y su entorno vivan en Venezuela la tragedia que causaron. Hay que emplear todos los medios posibles para desnudar los manejos de los ladrones. “Todos tenemos que usar las herramientas a nuestra disposición”, ha dicho Story.


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