Henry Danton

La presencia del primer bailarín británico Henry Danton en Caracas a principios de los años cincuenta del siglo pasado, trajo consigo un impulso decisivo en el desarrollo profesional del ballet venezolano.

El destacado intérprete del Sadlers Wells  Ballet de Londres y Capitán de la Artillería Real durante la Segunda Guerra Mundial, arribó al país para dictar clases en la Escuela Nacional de Ballet, dirigida por María Enriqueta Coronil Ravelo. A partir de ese momento, inició un estrecho vínculo con la danza académica nacional, que mantuvo hasta su fallecimiento ocurrido recientemente en Estados Unidos a la edad de casi 103 años.

Henry Danton (Henry David Boileau Down) tuvo destacada participación en la configuración de la escuela inglesa de ballet, dentro de la cual se formó y alcanzó notoriedad. Estudió inicialmente enla Royal Academy of Dancing. Fueron sus maestras fundamentales Vera Volkova y Olga Preobrajenska.

Como integrante de Sadlers Wells  Ballet actuó al lado de las primeras figuras Margot Fonteyn y Moira Shearer, siendo relevante intérprete de Las sílfides, El lago de los cisnes, La Bella Durmiente y Symphonic Variations, de Frederick Ashton.Extendió su influencia artística y docente por Europa, Australia, Estados Unidos –impartió clases en la Fokine School, Julliard School y la escuela de Martha Graham– y América del Sur.

Henry Danton

Henry Danton fue un factor decisivo en la formación de la generación inicial que hizo del arte del ballet en Venezuela una profesión posible, representada en los nombres de Vicente Nebreda, Irma Contreras y Graciela Henríquez. Su magisterio resultó vital en la creación y consolidación de los desencadenantesproyectos de la Academia Interamericana de Ballet y Ballet Nacional de Venezuela, entre otros espacios donde dejó huella.

Elías Pérez Borjas en su libro La danza en Venezuela (1968, Oficina Central de Información) recalcó la importancia de Danton en la evolución de la incipiente danza clásica del país: “Su llegada de provoca uno de los momentos más determinantes en la historia de nuestro ballet. Un hombre de su formación, conocedor de la más pura tradición clásica, da un impulso definitivo, transmitiendo sus conocimientos y su experiencia de trabajo”.

Fue un tiempo en el que Vicente Nebreda se vinculó con el bailarín inglés de temperamento flemático y exquisito humor negro. A su lado, vivió experiencias artísticas reveladoras, tales como los montajes de Giselle (segundo acto), El lago de los cisnes (pas de trois del primer acto) y Romeo y Julieta (escena del balcón) realizados por el Ballet Nena Coronil. También Danton fue intérprete de La valse (Ravel), obra creada por Nebreda en 1957 para el Ballet Nacional de Venezuela.

Henry Danton

El maestro británico rememoró al coreógrafo venezolano con gracia y cierta nostalgia. Lo recordaba como un muchacho de muy pocas palabras, que siempre supo lo que quería y a donde se dirigía. “Era de fuerte carácter y su voluntad se imponía en todo momento, pero esa fortaleza solo representaba un escudo protector. Mientras montaba La valse, se dirigía a nosotros (Danton, la bailarina canadiense Anna Istomina y la italiana María de Baroncelli), y nos increpaba: ¡Maestros, ustedes no saben hacer un pas de valse!” (Vicente Nebreda. Colección Biográfica Venezolana de El Nacional, 2010).

En Venezuela, Henry Danton formó bailarines, estimuló vocaciones y propició el camino hacia la profesionalización necesaria.


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