En la madrugada se apareció Henri Falcón en una populosa zona de Barquisimeto. Mientras sus adversarios todavía dormían, sobre finísimos almohadones, el gran líder larense llegó con respuestas contundentes para contrarrestar la problemática del sector.

La gente se aglomeró en las calles de La Carucieña para escuchar las propuestas en materia de escasez de agua. Fue un encuentro cálido con un hombre sembrado en el corazón del pueblo larense. Desde las 4:00 de la mañana lo aguardaban con sumo interés.

Llegó con la humildad de quien interpreta como nadie a los más desvalidos. Inmediatamente les planteó a los vecinos las soluciones a las distintas dificultades que confrontan. Con gran sencillez fue develándoles sus ideas para lograr mejores condiciones de vida.

Esto ocurre casi todas las madrugadas en algún sitio de Lara, en donde se aparece Henri Falcón, con una vitalidad increíble, para realizar múltiples actividades a diario. Ese paso arrollador tiene agotado a sus adversarios. No han calentado las pantuflas cuando el próximo gobernador de los larenses anda en el barrio acompañado de una muchedumbre.

Últimamente han tratado de imitarlo, pero casi nunca las malas copias guardan parentesco con la originalidad, y menos en la política. Lo vivido en cada zona de la entidad se refleja en las encuestas que le otorgan una enorme ventaja. Su trabajo desde las madrugadas no es una simple treta de campaña para conseguir adeptos, es un compromiso de vida con los más débiles, lo que le enseñó su padre Carlos Falcón, como ideario para sostenerse bajo los principios de Cristo. Su capacidad para consustanciarse con los sectores populares es increíble.

Existe una profunda identificación construida por una gestión de gobierno. Solo la mezquindad política puede negar una realidad, que se ratifica cada día en sus contactos en donde acude el pueblo esperanzado. Un líder que como gobernador se transformó en buen amigo de la gente, cercano a sus sueños y desvelos.

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@alecambero


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