¿Hasta cuándo? Lo que va de 2023 ha sido un año cuesta arriba para el venezolano, un año de estrés y preocupaciones. De la quimera del “Venezuela se arregló”, la cual jamás realmente fue cierta para una gran mayoría del pueblo venezolano, solo quedaron los bodegones y concesionarios de autos lujosos, la vulgar fachada que negaba el drama de millones y a su lado, la incertidumbre de un pueblo que ha padecido continuamente por años el drama de la carencia de certezas y esperanzas.

Hoy en día la palabra sobrevivir se hace más cruda y real para nosotros, los que caminamos a diario intentando no ahogarnos. Es una realidad que cada jornada diaria parece una lucha por respirar, por aprovechar cada bocanada de aire como si se tratara de la última y mientras esta llega a nuestros pulmones, se vive con el temor de si habrá una próxima bocanada de vital oxígeno. ¿Es justo? ¿Es justo ver a tantas personas que amamos sumidas en situaciones que las sobrepasan y agobian a extremos radicales y casi insoportables? Sobre todo, a la luz de una realidad de un gobierno que nada hace, ni hará, por mejorar la situación, por el contrario, el inquilino de Miraflores ahora divaga, delira y alucina con seudoteorías económicas inventadas por él y vocifera una supuesta desdolarización de la economía venezolana… ¿sustentada en qué? ¿En el bolívar digital? La moneda se devaluó 28% más durante el primer trimestre de este año frente al dólar estadounidense, hundiéndose en el foso sin fondo por el cual comenzó a caer en el año 1999. ¿O nos anclamos en el petro? Un criptoactivo prácticamente inexistente, con presencia únicamente en el imaginario confuso e ilusorio del régimen, quienes raramente lo mencionan y le dan un uso solamente verbal porque, finalmente, es solo un fracaso más de esta revolución.

Mientras nos buscamos la vida, el régimen entrega esos chistes que suelen llamar bonos, suerte de migajas que vienen a ser bofetadas para un pueblo agotado de tanta pobreza y necesidad. A pesar de estos fulanos “bonos” que son entregados por el gobierno, en la práctica todos son ínfimos y alejados de la realidad económica del país.

El chiste se cuenta solo, en mayo se han entregado y se planificó dar los siguientes bonos con sus nombres hilarantes y vergonzosos: bono de “Guerra Económica”, una suerte de conflicto bélico imaginario; Hogares de la Patria, lo que más ha destruido el régimen; Economía Familiar, totalmente inexistente; 100% Escolaridad, en un país donde se imparten clases dos veces por semana; Dr. José Gregorio Hernández, figura religiosa en quien millones ponemos nuestra fe por el caos de sector salud; Lactancia Materna, la única leche que ven los niños con la hiperinflación y el costo de la leche en el país; Parto Humanizado, la mentira más grande con el estado de los hospitales en Venezuela; 100% Amor Mayor, una burla a los pensionados que deben vivir con 5 dólares al mes; Premios a tuiteros, un gran ironía con algunos usuarios de Twitter presos por expresar su opinión en redes; 1er. Bono Especial, lo único especial tiene es el nombre. Finalmente, todos arrojan un “gran total” de ¡47,42 dólares! ¿Es en serio? ¿Será que algún alto miembro del régimen vive con este monto? ¿Será que su familia subsiste a diario esperando estos bonos? Y no olvidemos que, además de miserables, estos bonos inconstitucionales son 100% sectarios al ser solamente percibidos por quienes posean una herramienta de control y dominación política llamada Carnet de la Patria.

Llevamos más de dos décadas de revolución criminal y el irrespeto al pueblo venezolano no deja de sorprender, por más que nos mentalicemos y estemos claros en que una autocracia jamás respeta a sus conciudadanos. En este tiempo hemos visto tantas demostraciones del talante criminal de cada uno de los personeros del régimen, pero, aun así, uno no termina de creer que en las venas de una persona no corra una gota de humanidad, que, en las mentes consumidas por el rencor, la avaricia, el resentimiento y el odio, no exista una pequeña chispa provocada por algún estímulo externo que genere esa combinación química necesaria para activar un impulso nervioso que llegue hasta la corteza cerebral de los hemisferios donde se elaboran los códigos neuronales de los cuales provienen los sentidos y generar algo llamado conciencia, esa palabra que hace rato fue erradicada de su diccionario personal y la cual, para ser sinceros, creo jamás estuvo presente en ellos. La maldad es de nacimiento y más en revolución.

Seguimos sobreviviendo.

Tw e IG @fmpinilla


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