Termina otra cadena del usurpador, y nuevamente el socialismo brota de sus decisiones y abre aún más el foso en el cual está hundida la economía nacional, sumerge más el futuro de la nación y genera lo único que saben generar este tipo de regímenes: pobreza.

Nicolás Maduro anunció: 1. La ratificación de la inamovilidad laboral hasta el 31 de diciembre; 2. El pago de las nóminas se efectuará por el sistema Patria durante los siguientes seis meses, a partir del mes de abril; 3. Supresión del pago de alquileres de viviendas y locales comerciales por seis meses;  4. Prohibición del corte de los servicios de telecomunicaciones; y 5. Suspensión de los créditos bancarios.

Vamos punto por punto. En el primero, a pesar de la  inutilidad demostrada durante los años que lleva en vigencia, sobre la inmovilidad laboral, puede ser comprensible ante la coyuntura actual debido al aislamiento social que deben cumplir los ciudadanos trabajadores para protegerse a sí mismos, a sus familias y a los demás de la propagación del covid-19.

En el siguiente punto, el pago de las nóminas a través del sistema Patria podemos afirmar que es un mecanismo de control político y social de los venezolanos que Maduro implementa para reforzar su ilegítimo poder y presionar a los ciudadanos.

Esto es una clara violación de los derechos humanos de los venezolanos y una práctica excluyente, que pretende someter a la sociedad y ejercer presión entre los ciudadanos que rechazan el modelo socialista.

Tercero: Maduro, en una medida obviamente populista, decide suspender el pago de alquileres de viviendas y establecimientos comerciales. Si bien es cierto que la poca producción laboral afectará los ingresos de los inquilinos, también es cierto que muchos arrendadores necesitan del ingreso del alquiler de su inmueble para sobrevivir. Es quitarle a unos para dárselo a otros.

La acción afecta a los propietarios de casas, apartamentos y locales, les corta un ingreso que para muchos es vital para sobrevivir. Y lo hace con el simple deseo de hacer evidente política; un gobierno responsable o serio hubiera privilegiado un método que beneficie a las dos partes sin menoscabar a ninguna.

Sobre el cuarto aspecto, la suspensión del cobro de los servicios de telecomunicaciones, en claro privilegio para que los ciudadanos tengan Internet en casa mientras se cumple la cuarentena, es una sentencia de muerte a un sector económico que ya venía padeciendo de restricciones que han limitado su funcionamiento.

Y el quinto, con la suspensión del crédito bancario lo que hace es enterrar a la banca privada y producir un desequilibro económico aún más grave en el aparato financiero de Venezuela.

Todas son medidas incorrectas que solo buscan tapar un hueco abriendo otro más grande, que traerán como consecuencia el aumento del dinero virtual o del circulante de divisas, dejará en la calle a aquellos que viven de sus arrendamientos, terminará de quebrar a las empresas de telecomunicaciones y dejará herido de muerte al sistema bancario privado de Venezuela.

Las medidas anunciadas por el usurpador pudieran resumirse en el viejo refrán popular: «Pan para hoy y hambre para mañana», pues el aniquilamiento económico de Venezuela será una mezcla de la parálisis producida por el coronavirus y de la ineptitud de quienes usurpan el poder.

Hoy los venezolanos tenemos que luchar contra el virus chino y el virus del socialismo; tenemos que unirnos para sobrevivir al uno y al otro. Sin duda, quienes secuestran el poder en Venezuela causan y causarán más desgracias que mil enfermedades pandémicas.

Venezuela tiene que despertar, tiene que unirse para lograr cesar a la usurpación. Tenemos que unirnos y optar por la Ruta del Coraje para que el mundo entienda la necesidad de venir a ayudarnos contra un régimen populista, antidemocrático, con vinculos con el narcotráfico y el terrorismo.

Lo que viene es joropo. Y la responsabilidad de que el país sufra más hambre y más miseria será de los usurpadores, de aquellos que sostienen a la usurpación y de aquellos que se queden con los brazos cruzados ante esta tragedia.

La tarea para todos es sencilla: cuidarnos del covid-19 y eliminar el virus del socialismo. ¿Así o más claro?


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