Consulado de Irán en Damasco fue bombardeado por las Fuerzas de Defensa de Israel el primero de abril

El pasado 9 de octubre de 2023, en un artículo extremadamente ponderado, ya anticipábamos que, si Israel respondía de forma salvaje e indiscriminada al ataque rabioso de Hamás, Irán podría acabar interviniendo en el conflicto. «Entonces tendremos servida la Tercera Guerra Mundial –concluíamos–. Y el culpable será Occidente, que ha tolerado que los palestinos sean tratados como perros sarnosos por un Estado –creado artificialmente para acallar su mala conciencia– que ha ejercido durante décadas un poder omnímodo y brutal al margen de la ley».

Nada nos entristece tanto como acertar en nuestros presagios funestos. La respuesta salvaje e indiscriminada de Israel, perpetrada con el apoyo de Estados Unidos y la pasividad lacayuna de las colonias del Pudridero Europeo, ha desbordado todas las expectativas. Mientras eran masacrados, los palestinos apenas han obtenido apoyos retóricos entre las naciones árabes, temerosas del poderío bélico israelí; y sólo las milicias de Hezbolá y los hutíes han lanzado, seguramente en connivencia con Irán, ataques contra Israel, más aspaventeros que dañinos. Israel, en cambio, no ha vacilado en bombardear el Consulado de Irán en Damasco (que es tanto como bombardear suelo iraní), asesinando a siete personas.

Irán ha respondido a ese bombardeo, invocando el derecho a la legítima defensa, de forma muy limitada, después de que su ira fuese atemperada por sus aliados chinos y rusos. Además de no provocar víctimas, el ataque había sido anunciado teatralmente «urbi et orbi» y descrito al detalle en sus diversas fases por el órgano oficial Tehran Times, para que las defensas israelíes pudieran interceptar fácilmente todos los drones y misiles. La Misión Permanente de Irán en Naciones Unidas, citando el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas, ha declarado que con este lanzamiento de drones y misiles el incidente queda por su parte zanjado; pero también ha advertido que, si el régimen israelí lanza un ataque de represalia, la respuesta iraní la duplicará en fuerza destructiva y mortífera.

Ignoro si Irán posee la bomba atómica; pero, desde luego, posee capacidad para infligir a Israel un daño infinitamente mayor, si Netanyahu responde como lo ha hecho en Gaza. Que estalle la Tercera Guerra Mundial dependerá, a la postre, de Estados Unidos, una potencia fiambre gobernada por un pelele decrépito dispuesto a sepultar el mundo entre escombros, con tal de mantener ocultos sus crímenes familiares y seguir enriqueciéndose, a la vez que enriquece al complejo industrial-militar denunciado por Eisenhower. La Unión del Pudridero Europeo tiene una oportunidad para rebelarse contra su triste destino de colonia actuando contra la escalada belicista; pero las declaraciones de los alfeñiques que la gobiernan, siempre dispuestos a lamer las almorranas del Tío Sam, hacen presagiar que no la aprovechará. Acabaremos siendo la carne de cañón que esos alfeñiques psicopáticos ofrenden a sus amos.

Artículo publicado en el diario ABC de España


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