Ya no hay mucho tiempo que perder. Urge dejar de construir centrales generadoras de electricidad que sean alimentadas de carbón. Y reducir grandes proyectos movidos por petróleo de manera de tratar de alcanzar metas de neutralidad de carbono en 2050 y tratar, en lo posible, de que el calentamiento global no crezca 1,5 ºC. Si no hay una reducción de al menos 6% de ese tipo de actividades (anuales, hasta 2030) va a ser complicado reducir los GEI (gases de efecto invernadero). Neutralidad de carbono, o huella de carbono cero, se refiere a conseguir emisiones de dióxido de carbono netas iguales a cero.

Ello implica que para 2030 todas las plantas de carbón ineficaces deberían cerrar.

Adicionalmente, se debe parar la oferta (montaje) de motores a combustión para vehículos, debiendo tratar de llegar a la meta del año 2035 de dejar de venderse autos nuevos con motores de combustión. Y continuar con políticas de electrificación del transporte.

Esas dos medidas van a contribuir, significativamente, a bajar los GEI.

Poner a andar, nuevamente, el acuerdo de París será todo un desafío. Si algo “de bueno” trajo la pandemia COVID-19 fue la reducción temporal de emisiones.

Y volver a empujar el Acuerdo de París implicará, necesariamente, que cada país revise sus objetivos y metas a cumplir, sus denominadas NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional), para medir cuánto de su compromiso fue realmente cumplido en bajar GEI.

La Agencia Internacional de Energía indica que “…las inversiones en energías renovables podrían elevar el PIB mundial de 4% en 2050 respecto a las previsiones actuales…”, pero previamente se debe solucionar qué hacer con los grandes bolsones de desempleados y industiras que deberán mudar al reducir el uso de carbón y fósiles. Es un debate siempre delicado balancear esos dos aspectos.

Según la Agencia en 2050 “…los combustibles fósiles representarían solo una quinta parte del suministro energético mundial, frente a casi 4/5 actual. Además, 90% de la electricidad provendría de las energías renovables y el resto especialmente de la energía nuclear…” siempre y cuando se cumpla previamente la predicción de los expertos de esa Agencia que la demanda de petróleo toque techo en 2030, con 104 millones de barriles diarios (mbd).

China sigue siendo el gran responsable de emisiones de GEI. Y que nosotros sepamos tampoco cumplió a cabalidad sus propias metas y no es un agresivo jugador en términos del Acuerdo de París.

Veremos qué debaten y principalmente qué concluyen en la próxima cumbre COP26 de Glasgow (Reino Unido) de noviembre próximo.

Menos mal toda la Unión Europea, Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y otros 100 países están alineados en reducir sus GEI ajustando aún más sus propias prácticas internas.

Este tema dejó de ser un tema de estados, y ahora compromete a entidades subnacionales (municipios) e inclusive a cada empresa privada que debe adoptar sus propios planes de transición de fósiles a renovables para reducción de sus GEI.

Definitivamente la tecnología avanza día a día permitiendo mejores costos de construcción de plantas de generación renovable que reemplacen a las de carbón, sin lastimar la economía y sin tener altos costos laborales/sociales los denominados “costos humanos” de la descarbonización. De manera que generar electricidad desde renovables, en un punto dado, es ya más barato que generar desde centrales eléctricas de carbón.

Acciones inmediatas que algunos estados van a tener que adoptar: fin de los subsidios a fósiles (quizá los “gradualismos” ya no tengan tiempo de ejecutarse), nuevos impuestos a centrales de carbón, cero cargas impositivas a constructores de plantas de generación renovable, promoción para que banca privada haga préstamos a proyectos de renovables a mejores tasas que las comerciales, promoción a constante sinergia entre públicos y privados para definir el modelo de cálculo de las “huellas de carbono” y establecimiento de políticas municipales(locales) para mayor impulso a electromovilidad y reducción de GEI en industrias.

Colombia: desde abril 2021 tiene su Programa Colombia Carbono Neutral para reducción de GEI hasta 51% de emisiones para 2030 mediante modelos de eficiencia energética, utilización de fuentes no convencionales de energía, entre otros.

De todas formas los países “ricos” tienen la misión de destinar más de 100.000 millones de dólares anuales para financiar políticas climáticas de los países en vías de desarrollo (cambio de luminarias por LED, modelos de gestión en eficiencia energética, fin de subsidios, fin de construcción de centrales eléctricas de carbón, etc).

@BorisSGomezU


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