Ahora los gobiernos a todo nivel, municipal, regional y nacional, gustan de la apariencia. Son adictos a la pose. Hacen como si estuvieran haciendo. Muchos serán los ejemplos, pero en esta oportunidad hablaré del municipio Libertador (estado Carabobo). El alcalde de esta jurisdicción dio a conocer los detalles de la única obra pública desarrollada en la entidad en 2023: el asfaltado.

En nota de prensa, porque hace rato que no ofrecen entrevistas, titulada «Con más de mil toneladas de asfalto avanza recuperación vial en el municipio Libertador»  el gobierno local informó que «desde el inicio del 2023 la gestión liderada por el alcalde Oscar Orsini,  al frente del municipio Libertador, continúan las acciones del Plan de Bacheo y Asfaltado para la recuperación de las principales vías, y la gestión municipal ha colocado más de mil toneladas de asfalto en los primeros 5 meses y medio del año hasta la fecha». Cómo puede verse es una redacción regia, cualquiera a vuelo de pájaro podría decir que en los registros históricos del futuro quedará escrito con letras doradas el nombre de Óscar Orsini como «el constructor de ciudades» pero … veamos la letra chiquita.

Nuestros equipos técnicos, que si saben sacar cuentas, nos indican que un metro cúbico de asfalto representa 2,30 toneladas.  Con una calzada de 7,30, dos canales de 3,65 y un espesor de 10 cm, cada metro requiere 1,68 toneladas por metro lineal. Es decir, que con 1.000 toneladas se reasfaltan 595,24 metros. Es decir, la monumental y extraordinaria obra de casi seis cuadras de cien metros. En una entrega anterior, con datos proporcionados por las mismas notas de prensa y declaraciones públicas de los funcionarios, habíamos calculado que la administración municipal, a punta de voracidad fiscal, había logrado reunir una conservadora cifra de 7 millones de dólares anuales, ¿este es el resultado? ¿Esto era lo que prometió en campaña Oscar Orsini?. ¿Con estos resultados los contribuyentes están felices?.

Lo hemos dicho antes, y lo seguiremos diciendo, si no logramos un gobierno municipal transparente, que construya consensos y haga coincidir las necesidades de la gente con el gasto público solo cosecharemos fracasos y vergüenzas. Seguiremos teniendo el récord de ser el municipio donde todo alcalde o alcaldesa que termina su gestión muda su residencia fuera del municipio para nunca volver porque el desprecio público los acompaña como a la sombra.

Aún hay chance de corregir los entuertos, el alcalde debería tener la entereza de reunirse con la oposición y escuchar nuestras críticas, debería reunirse con los empresarios, con los trabajadores de la alcaldía, con los vecinos y no solo con su séquito personal compuesto por halagadores a sueldo. Necesitamos, más temprano que tarde, construir un gobierno de coalición que rescate la institucionalidad municipal, permita al Concejo Municipal ejercer el control político de la gestión y a la Contraloría Municipal fiscalizar el gasto público, exigir la rendición de cuentas, celebrar cabildos abiertos y asambleas de ciudadanos como lo ordena la constitución. Y, principalmente, debemos dejar de intentar manipular a la opinión pública con notas de prensa con datos engañosos y empezar a practicar la poderosa y deseable conducta de decir la verdad.

Si no ocurre eso ahora, pues, esperamos que sea la gente con su voto quien en las próximas elecciones imponga un nuevo gobierno que sí pueda tener un alcalde que salga de su oficina, que sí le dé la cara al ciudadano y que sí pueda explicar, con autenticidad, lo que hace y lo que no hace.

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@rockypolitica


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