I

Hace relativamente poco, en marzo de 2023, El Ucabista dio a conocer los resultados del Monitor Global de Emprendimiento Venezuela 2022 (Global Entrepreneurship Monitor 2022).

El artículo, firmado por Pedro Pablo Peñaloza,  abre con el siguiente texto: «Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), 90% de los emprendedores lo hace por necesidad y la gran mayoría de sus negocios tiene poco impacto en la economía. El estudio señala la urgencia de crear una ‘hoja de ruta’ que incluya a empresarios y al Estado para hacer crecer este sector».

El artículo proporciona un hipervínculo para descargar el estudio y cuando uno lo hace y se va a la lámina 63 de 86, encuentra que 3,50% de los emprendedores abandonó su negocio en los últimos 12 meses y ese negocio no ha continuado.

Sin embargo y cuando uno revisa, láminas mas atrás, la 58 de 86 encuentra que, en el nivel de instrucción de los «emprendedores TEA», el 73% tiene educación secundaria o menor (es decir, básica o preescolar).

La Tasa de Actividad Emprendedora, o TEA por sus siglas en inglés (Total early-stage Entrepreneurial Activity), es aquella que mide todas las iniciativas emprendedoras de menos de tres años y medio que existen en un mercado y recoge, principalmente, las características persistentes de la dinámica emprendedora en un país. Por ejemplo, si la TEA es del 15,9% (el caso de Venezuela en 2022), significa que de cada 100 personas hay 16 que han emprendido en los últimos tres años y medio.

Uno se pregunta, ¿qué tiene que ver el grado de instrucción con el éxito de los emprendedores en Venezuela?

II

Los órdenes de magnitud se usan para representar y comparar de una forma simplificada o aproximada las distintas magnitudes de los objetos que existen en el Universo.

Los órdenes de magnitud se representan en notación científica, es decir, en potencias de base 10. Por tanto el orden de magnitud se representa por «10^n» o simplemente «n». Donde «n», el exponente, es un número entero positivo o negativo.

En consecuencia, el orden de magnitud de un número es la potencia decimal del valor relativo de su cifra significativa. Por tanto, se dice por ejemplo que dos números difieren 2 órdenes de magnitud si uno es 100 veces más grande que el otro.

El uso más extendido de describir los órdenes de magnitud es mediante la notación científica o las potencias de diez. Por ejemplo, el orden de magnitud de 1.500 es 3, ya que 1.500 puede escribirse como 1,5 × 10^3 y el orden de magnitud de 150 es 2 ya que 150 puede escribirse como 1,5 × 10^2.

III

Más allá (o más acá) del grado de instrucción, está el conjunto de atributos para el éxito que deberían tener los emprendedores. Es lo que hace Clariandys Rivera cuando lista 20 atributos importantes para el éxito, mismos que están integrados en tres dimensiones: conocimiento, habilidades y actitudes y valores (Clariandys Rivera-Kempis, «El emprendimiento y sus malentendidos«, Debates IESA, Volumen XXIII, Número 3, julio-septiembre 2018).

IV

Precisamente, con esos 20 atributos integrados en las tres dimensiones mencionadas, Rivera y colaboradores realizan una investigación para clasificar emprendedores utilizando «machine learning». La investigación logró clasificar tres grupos de emprendedores en una muestra de 6.649 individuos. El primero tuvo valoraciones muy bajas en los atributos medidos (5,47%). El segundo grupo, más grande (85,68%), presentaba brechas en muchos atributos. Finalmente, se identificó un grupo con altas puntuaciones en competencias emprendedoras (8,85%), al que se denominó «emprendedores de alto potencial» (Rivera-Kempis, C.; Valera, L.; Sastre-Castillo, M. Entrepreneurial Competencies: Using Machine Learning to Classify Entrepreneurs. Sustainability 2021, 13, 8252).

El caso es, estimados lectores -y esta no es una conclusión que aparece en la investigación de Rivera, ello en virtud del timing de las publicaciones- el orden de magnitud de los hallazgos de Rivera en torno al grupo que obtuvo las más bajas valoraciones de atributos medidos (5,47%) se corresponde con el orden de magnitud de los emprendedores que abandonó su negocio (3,50%) según GEM 2022.

Lo anterior, descartada la casualidad del hallazgo, abona en favor de la causalidad entre educación y éxito, respaldando todavía más aquella conclusión de Rivera que enfatiza sobre la influencia positiva y significativa del conocimiento en el comportamiento emprendedor, con temas que hay que adaptar todavía más al nivel de instrucción que exhiben los emprendedores venezolanos.

De hecho, decisiones como reducir el margen de ganancias para estimular la demanda, caracterizada la misma en la actualidad por su bajísima capacidad adquisitiva en un entorno de todavía persistente y alta inflación, requiere de conocimientos como, a modo de ejemplo, el punto de equilibrio, en conjunción con la situación de ventas actuales con relación a dicho punto.

 


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