La adopción y transformación digital es el mayor desafío contemporáneo de la educación universitaria, por lo que el desarrollo de las habilidades digitales es fundamental para las universidades, especialmente en la Universidad Central de Venezuela cuya capacidad tecnológica es cultivada en sus facultades de fortaleza reconocida en el área científica dura. El acceso a la comunidad universitaria debe de ser prioridad, especialmente frente a la significativa baja en la inscripción de estudiantes, limitaciones financieras y las necesidades cambiantes de la fuerza laboral.

Frente a este panorama, dentro del marco de la necesaria transformación universitaria propuesto por los aspirantes a la gobernanza universitaria se destaca el tema que los egresados universitarios por lo general no tienen las competencias requeridas para hacer el trabajo que solicitan las empresas y emprendimientos cuya demanda es creciente en actividades y tareas que no están en los planes curriculares universitarios. Se deriva de este planteamiento la necesidad de abrir una ventana a la juventud mediante programas alternativos que permitan sistematizar las actividades de formación y de adquirir las habilidades gerenciales y administrativas dentro del contenido de un buen diseño curricular que se adapte a las condiciones académicas de la institución, por supuesto, considerando la obsolescencia de los conocimientos que tienden a cambiar con la dinámica laboral y el uso de nuevas tecnologías lo cual sugiere adoptar la flexibilidad necesaria,

La educación universitaria actual está totalmente reglamentada, es rígida, lo cual es un obstáculo para el aprendizaje personalizado, aun a pesar de los programas de educación continua que no tienen validez académica, pero que los programas de Diplomados o Cursos de Ampliación sí lo tienen y pueden insertarse en los planes formales de estudios académicos, obviamente si responden a un diseño curricular adecuado, de esta manera concebir a la educación como un ecosistema y por ende permite ofertas, plataformas y demandas especializadas para salvar las barreras interinstitucionales.

Para alcanzar la accesibilidad se requiere un modelo multimodal de aprendizaje presentado en distintos formatos para el entrenamiento, ajustando los perfiles a las habilidades y tareas requeridas. Las certificaciones diseñadas en un plan de estudios enmarcado en proyectos personalizados de aprendizaje usando técnicas adecuadas permite estimular las iniciativas incluyendo métodos disruptivos accesibles y ágiles para estudiantes formales y no formales dentro de un modelo a lo largo de la vida que apoye a quienes no pueden alcanzar altas cualificaciones o que simplemente desertan. El desarrollo de programas de formación y de capacitación para contribuir con la fuerza de trabajo mediante credenciales alternativas es una posibilidad, ajustar su complejidad y finalmente reconocer los créditos académicos correspondientes. La velocidad con que responda la UCV a estos retos requerirá de un cambio y transformación en los enfoques de la dirección universitaria.

Es necesario destacar el tema que corporaciones o instituciones ofertan al mercado estudiantil cientos de miles de programas de formación donde buena parte de ellos son dictados por organizaciones calificadas y personal idóneo en los procesos de formación profesional. Estos programas dinámicos son ofrecidos dentro de una dinámica de cambio con aplicaciones importantes y muchos de ellos, son de corta duración, baratos y de gran calidad concluyendo con certificaciones que permiten trabajar.

Destacan en ese portafolio las nuevas tecnologías informáticas y de desarrollo del capital humano, incluso, la construcción de redes académicas que posibilitan el intercambio, la investigación y por supuesto de experiencias comprobadas. Ello sugiere la selección profesional de esos programas, evaluación e integración con el sistema formal de la educación superior y su reconocimiento mediante la tradicional alianza mediante convenios, que deben de dejar de ser propaganda de las instituciones y darles practicidad a sus contenidos reglamentarios los cuales privan la accesibilidad y la instrumentación de programas y cursos, de manera que es necesario incorporar una visión incluyente a lo largo de la vida que guíe a un desarrollo personal y profesional pleno y en constante actualización y del desarrollo de una política de internacionalización de la formación profesional..

Tomando en consideración la visión interna de la universidad, las facultades, direcciones y departamentos sus unidades tradicionales especializadas deben abrirse a la transversalidad, muy especialmente hacia los programas básicos que toman al menos dos años de carrera para centrarse en sus propias competencias usando modelos pedagógicos de equipos combinados, es decir en línea y presenciales incluyendo o combinando la ciencia dura con las humanidades y ciencias sociales sin dejar de lado  el emprendimiento y sus resultantes de formación en dirección y gerencia técnica. Si a este enfoque lo articulamos dentro de los lineamientos universidad-comunidad-empresas públicas o privadas, la interacción estudiantil e incluso docente en el campo de acción de esa relación permite una contribución directa a la productividad y por supuesto crecer en las aplicaciones profesionales.

Una extraordinaria propuesta que debería ser considerada por nuevas autoridades universitarias que permita la formación regular,  limite las clases tradicionales mediante la inserción de sus estudiantes que involucran trabajo directo en empresas y comunidades las cuales contribuyan con el desarrollo de la investigación y la innovación en ciencia y tecnología con aplicaciones directas e impactantes. Es claro que el tema no deja de inducir al cambio y a la resistencia interna, pero todo hoy en día evoluciona, incluyendo las grandes corporaciones que mutan no solo en su visión, sino misión y objetivos, lo cual no es óbice para que la universidad como pionera en materia profesional y de investigación experimente transformaciones de gran alcance.

Este enfoque comienza a tomar forma en las propuestas que hemos leído de algunos candidatos a autoridades universitarias en las elecciones universitarias dentro del marco de una universidad para el futuro. Sus carreras requieren de una formidable revisión curricular, acortamiento de su duración y la imposición de esquemas flexibles basados en proyectos que incluso permitan obtener beneficios importantes para liberarse del control oficial que por su condición de proveedor de recursos se siente con el derecho de intervenir en su autonomía universitaria.

Cada día aparecen nuevos  esquemas que favorecen un cambio de paradigma ajustado a los nuevos tiempos y de importantes cambios tecnológicos en una sociedad cuya complejidad social es creciente y de avances en la ciencia inimaginables hace poco tiempo y que incluso han logrado democratizar la investigación mediante la construcción de redes de investigación que han provocado un filtro de trabajos inútiles o repetitivos por nuevos enfoques cuya sinergia ha potenciado la investigación acelerando las innovaciones y el avance de la ciencia y sus aportes a la sociedad.

La universidad necesariamente debe reforzar los posgrados y programas de actualización y extensión como instrumento de desarrollo, innovación y transformación incluso para ella misma, con credenciales que permitan el reconocimiento de los sectores oficiales y empresariales  cuya inserción  en proyectos colaborativos aborden los problemas reales no solo de las organizaciones sino  de la misma sociedad con soluciones de gran impacto que les permita a su vez crecer en todas las dimensiones, cognitivamente, social, ética y  personal.

Sabemos por experiencia que la universidad tiene una larga trayectoria, incluso impersonal por su tamaño, burocrática en el sentido weberiano, con rígidas estructuras organizacionales y división departamental, con jerarquías meritocracias  exigentes, con regulaciones altamente restrictivas, pero su capital humano, especialmente docente y de investigación lucha contra la racionalidad burocrática infundiendo  creatividad, y un sentido de formación y de la investigación que va más allá de proveer educación para alcanzar un  título o diploma para sus estudiantes, e incluso para ellos mismos. Esa poderosa fuerza de cambio comienza a gestarse con miras al futuro de nuestra alma mater.


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