Después de 22 largos años el régimen continúa en el poder. Lo más grave, es que un pueblo que estuvo presente en toda protesta política anterior, ahora parece aletargado. La oposición a su vez luce menos cohesionada y más atomizada, aunque las primarias que se vislumbran pueden ser un factor galvanizador. De cualquier manera, Maduro hará todo lo que esté a su alcance por evitar su salida del poder. Es evidente que unas elecciones medianamente competitivas lo pondrán fuera de Miraflores. Más de 80% de la población quiere un cambio, pero para capitalizarlo hay que moverse con pies de plomo. El régimen terminó a duras penas concediendo la derrota en Barinas, hubo que ganarle en sendas oportunidades para lograr que aceptaran la derrota. Para el régimen Venezuela no es Barinas y saben que si sueltan el poder podrían terminar su vida política en prisión. Recordemos que las violaciones a los derechos humanos no prescriben y sobre ellos recaen acusaciones por los al menos 30 asesinatos del 4 de febrero, y los cientos de crímenes que han cometido durante más de 22 años de desgobierno.

El 28 de abril el oficialismo llevó a Manuel Piar al Panteón. Se dicen bolivarianos y le conceden los más altos honores a uno de los más enconados enemigos del padre de la patria y a quien tuvo que fusilar. Invito a mis lectores a leer el manifiesto y proclama, donde Bolívar imputa a Piar y lo define como un: monstruo, cobarde, avaro, ladrón, traidor, sedicioso e instigador de una guerra civil, basada en soliviantar o levantar a los pardos contra los blancos criollos por odios raciales.

Las contradicciones con la doctrina bolivariana han sido manifiestas, El Libertador fue hijo de la Ilustración y defendió en sus etapas estelares el Estado liberal, con independencia y separación de poderes, la libertad de prensa y las libertades públicas, la alternancia, el pluralismo y la propiedad privada. Carlos Marx denigró del padre de la patria, por esto, y por tener un origen mantuano. Es un contrasentido ser marxista y bolivariano, y ser bolivariano y llevar a Piar al Panteón. También Bolívar junto a Miranda fue admirador de Colón, a tal punto que Colombia la denominó de esta manera para honrar al almirante genovés. El oficialismo le ha caído encima a Colón, al punto de derribar incluso sus estatuas. Lo increíble es que se llaman bolivarianos, solo porque saben del amor que el pueblo le tiene al Libertador.

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@OscarArnal


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