Vaya este artículo que difundo gracias a El Nacional, así como cada palabra, cada gesto, cada acción que podamos expresar, todos y cada uno de nosotros ciudadanos libertarios del mundo, en infinito e inolvidable repudio frente a la negación, en cualquier lugar del planeta que ocurra, de los valores fundamentales de defensa de los derechos humanos.

No solo contradictorio con el informe documentado que se origina hace apenas poco más de un mes en el mismo organismo mundial, con participación de expertos bajo la dirección de la alta comisionada para los Derechos Humanos, ex presidente de Chile, doctora Verónica Michelle Bachelet Jeria,  sino que la elección de Venezuela para formar parte de su “Consejo de Derechos Humanos” en el pleno de las Naciones Unidas, con un régimen de comprobado récord de atrocidades cometidas contra su indefensa población que ha escapado en masa a muchos territorios para salvar sus vidas, es la declaración formal de una guerra encubierta que se viene librando en contra del restablecimiento del Estado de Derecho y la justicia por parte de una conjunto de países con regímenes de desvalores similares a los existentes hoy en Venezuela. A través de esos tipos de gobiernos, pescadores en río revuelto a costa del secuestro, la tortura y desaparición física o exterminio de disidentes a conveniencia de la tiranía, es que más que valores humanos prevalecen nuevamente premeditados y calculados inmediatos intereses.

Se sacrifica el propósito fundamental de la Organización de las Naciones Unidas, como es ser un foro concertador de soluciones para un mundo más pacífico y más efectivo en la atención de las necesidades de la especie humana. De su entorno social mundial, expresados en naciones. De aprovechamiento de sus territorios, su biodiversidad y de las oportunidades para encontrar caminos de progresos conjuntos.

Las irreflexivas posiciones, más otras cargadas de una putrefacta fragancia delincuencial, nos deja un clima enrarecido que hay que atacar de inmediato cubiertos con máscaras antigases descargados por estos “antihumanos” que los esparcen con sus venenosos y fétidos olores, en total flagrancia frente a la historia que los recoge a todos y cada uno como responsables de ese voto traición.

La humanidad está saturada, como tierra en diluvio, del embate de tanta hipocresía de burócratas presentándose frente a las audiencias sin responder por sus actos y posturas. Ha llegado la hora de los ciudadanos libertarios, para que nos expresamos con claridad y responsabilidad hacia las generaciones en crecimiento, y por las generaciones por venir, para que presionemos la auténtica representatividad de los mandatarios de los países, frente a los organismos nacionales e internacionales tan vitales como aquellos que establecen un comportamiento civilizado en cualquier lugar del planeta.

Orgullosos de nuestras raíces, ejemplificadas histórica y magníficamente por Francisco de Miranda, pensamientos y acciones en pro de la defensa de “los derechos universales del hombre”, reclamamos la más enérgica protesta frente a las fragancias putrefactas que se despiden de tal decisión para que sea revisada y revertido de inmediato para completar “la flagrancia del delito de lesa humanidad por complicidad con tal desafuero de la Organización de las Naciones Unidas”.

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