El socialismo ha sido, es y será un modelo económico y político totalmente fracasado. Y Venezuela no ha sido la excepción de esta constante en la historia de la aplicación de esas tesis erróneas y erráticas.

El Socialismo fracasó en la extinta Unión Soviética, por tal motivo aquella nación desapareció; fracasó en Alemania y por eso se precipitó el Muro de Berlín; fracasó en Yugoslavia y este país dejó de existir. Fracasó en Cuba, por tal razón millones de personas han salido huyendo en una balsa de esa isla.

El socialismo fracasó en China, y esto lo evidenciamos en la vieja decisión de los jerarcas del Partido Comunista Chino de abrir sus mercados y productos al capitalismo. Aunque es cierto que el modelo político sigue siendo el mismo, ahora podemos observar a un McDonald’s en las cercanías de la emblemática Plaza Tiananmén de la nación asiática.

¿Cómo podía esperarse que el socialismo tuviese éxito en Venezuela? ¿Cómo esperar que Nicolás Maduro tuviese éxito donde hombres, mucho mejores que él, fallaron? Era una necedad pensarlo, solo digno del dogmatismo de los socialistas.

Lo cierto es que el socialismo en Venezuela fracasó. Y esto lo evidencia la crisis humanitaria, el nivel de venezolanos pasando hambre, la destrucción de la capacidad productiva del país, sino en la insinuada, o tal vez adelantada decisión de los usurpadores del poder en Venezuela, quienes ya empezaron a coquetear con la opción de la dolarización de la economía.

¡Sí! Pareciera que es un hecho que el usurpador tomará la medida de hacer circular, ya de forma legal y corriente, la moneda del “imperio” por todo el territorio nacional. Con lo cual admitirá que las políticas económicas, financieras y sobre todo, monetarias, ha sido un fiasco.

Las reconversiones monetarias,  las eliminaciones de los ceros al bolívar; quitarle y ponerle apellidos al símbolo monetario nacional han sido simplemente pancadas de ahogado; el régimen sabe que en la calle circula el dólar a diestra y siniestra y lo único que no está dolarizado son los sueldos y salarios de los venezolanos.

Maduro sabe que está, económicamente, contra las cuerdas. Él sabe que las sanciones emitidas por los Estados Unidos de Norteamérica los tienen asfixiados, ellos saben que no les queda más remedio que aplicar medidas diametralmente opuestas al socialismo para medio salir del foso en el cual sus alocadas acciones nos llevaron como nación.

El socialismo solo se puede medir en tumbas, días de hambre y fábricas cerradas; el socialismo solo se puede medir en el tiempo de alargue hasta llegar a su fracaso. No hay otra salida en este pensamiento político.

Ahora, frente al naufragio económico del régimen, todos los venezolanos tenemos que luchar para lograr el quiebre político y la salida definitiva de aquellos que usurpan el poder y nos condenan a la miseria. Es la hora venezolanos.


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