Es un clásico de la izquierda buscar a toda costa cambiar la Constitución del país al que aspiren sus políticos y tiranos hacerse con el poder y el control absoluto. Algunos gobernantes se valen de los instrumentos de la democracia para ser elegidos, pero luego ponen en marcha las acciones que les permitan destruir y derribar las instituciones. La historia se repite. Quienes forman parte del llamado socialismo del siglo XXI siempre han perseguido el dominio de Latinoamérica. La carta magna de cada uno de los países de la región es el principal objetivo de los comunistas, buscan siempre crear una nueva; un traje hecho a la medida de sus ambiciones.
A pesar de los ejemplos caóticos y del fracaso de las naciones que optaron por elegir a gobernantes de izquierda en América Latina, el mapa del continente está casi en su totalidad teñido de rojo. Es evidente que todos los caudillos siguen un mismo esquema.
Hugo Chávez fue uno de los tiranos que cambió la Constitución para buscar la reelección indefinida y adueñarse de todo un país que no le pertenecía. Modificó cada aspecto a su conveniencia y logró mantenerse en el poder hasta el final de su vida.
Ecuador también vivió su proceso de cambio constitucional promovido por Rafael Correa, en el país suramericano se incluyó la reelección indefinida en esa nueva carta magna. A pesar de esa victoria temporal, Correa no se presentó a un tercer período en ese momento, todo apuntaba a que quería emular a uno de los referentes de la izquierda Mao Zedong, quien se apartó un tiempo de la política, para luego regresar con una propaganda que lo intentaba hacer ver como el gran salvador.
El empeño de Correa por cambiar la Constitución ecuatoriana; resultó ser un gran fracaso a largo plazo, su sucesor Lenin Moreno terminó realizando una nueva consulta popular que finalmente puso fin a la posibilidad de la reelección indefinida.
Mencionar todos los casos de modificaciones de constituciones sería materia de otro tipo de publicaciones, es digno trabajo de un ensayo. Para este artículo de opinión basta con advertir que en la actualidad medio mundo tiene los ojos puestos en Chile, país que libró este domingo un proceso histórico. Esta nación hasta hace pocos meses era la más estable y con mayor proyección de crecimiento de Latinoamérica. Hoy existe mucha incertidumbre sobre el rumbo que pueda tomar ese país.
Mientras escribo estas líneas las noticias reflejan que la mayoría de los chilenos rechazaron la propuesta de una nueva carta magna impulsada por el presidente Gabriel Boric. Su gobierno es constitucional y legítimo y no ha dado muestras de un carácter tiránico; sin embargo, su ideología, sus referentes políticos y su intento de cambiar la Constitución, hacen encender las alarmas de preocupación para que la trillada historia del autoritarismo y la continuidad no se repitan en el bravo, noble y educado pueblo de Chile.
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