El ritmo de la negociaciones en México para la búsqueda de una salida democrática después de más de un año, no le veo resultados concretos. Inicialmente, la firma de la declaración en defensa del Esequibo es una cuestión de perogrullo, no hay un venezolano que se oponga a ello; luego, el oficialismo le dio un palo a la lámpara por la no participación del colombiano Saab como parte de la delegación; ahora, con una carta debajo de la manga, el oficialismo llevó a la demostradora madame Fabri como defensora de los derechos humanos, esperando que el Sr Blyde se retirara por tal falta de respeto al pueblo de Venezuela

En estos momentos, finalmente tenemos un acuerdo para la creación de un Fondo de Ayuda a Social con los recursos congelados y sujetos a las sanciones, acuerdo que por su redacción pareciera una entrega de soberanía del gobierno y de un cogobierno de la oposición.

La metodología de cómo se va a estructurar el fondo representa una pérdida de soberanía considerando que los recursos son del Estado venezolano, teniéndose en cuenta los antecedentes de corrupción, amiguismo y favoritismo durante estas últimas dos décadas y han contribuido a la actual crisis humanitaria que se vive en el país

La loabilidad de los fondos de desarrollo o de ayuda son indiscutibles, sin olvidar que son pasto de la corrupción y del mal manejo de los recursos que los alimenta, por lo cual se requiere un total control y supervisión, no se pierdan en el gran océano de la corrupción.

Durante el transcurso de la guerra de Irak, las Naciones Unidas (el Consejo de Seguridad de la ONU) crearon el Programa Petróleo por Alimentos (OIP 1995), por el cual autorizan a Irak a que vendiera petróleo en el mercado mundial a cambio de alimentos, medicinas y otros necesidades. Con este plan, Irak atendería las necesidades de su pueblo. Pero sobre él se generaron fuertes cuestionamientos sobre la administración de Kofi Annan y aunque el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, salió ileso en el informe final liderado por Paul Volcker, expresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, sí determinó en el Sr. Annan «mala administración del programa Petróleo por Alimentos» al no advertir las relaciones y tráfico de influencia de su hijo Kojo Annan, quien reconoció haber conducido a su padre a conclusiones erróneas con respecto a su relación con la compañía suiza Cotecna, encargada de certificar las importaciones, junto a unos bolichicos de gran calado a quienes les retiraron su inmunidad diplomática: el exdirector del programa Benon Sevan, acusado de recibir sobornos por 120.000 euros, y Alexander Yakovlev, quien asignaba los contratos.

Más cercano a nuestros lares e intereses, otro fondo pasto de la corrupción fue el Programa de Petrocaribe con la ex colonia inglesa de Guyana, con el intercambio de “Petróleo por arroz”, una negociación en la cual se entregó un producto de alto valor como es el petróleo, por un producto accesible en las bolsas cerealeras.

El Programa de “Petróleo por arroz” marcó la relación entre ambos países durante 6 años, a pesar de haber sido descaradamente oneroso para los intereses de Venezuela, al transarse con un alto sobreprecio calculado en unos 100 millones de dólares, según fuentes guyanesas. De acuerdo con cálculos de la investigación del “Petrofraude», basados en el análisis de reportes de la estatal Junta de Desarrollo del Arroz de Guyana, el gobierno venezolano pagó en ese periodo al menos 100 millones de dólares por encima del precio promedio.

Según esas mismas fuentes, Caracas aceptó la cotización de 700 dólares por tonelada, mientras que los compradores de la Unión Europea adquirían la misma cantidad por 224 dólares menos. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo, publicado en 2016, incluso plantea perplejidad por la inclinación de las autoridades venezolanas a negociar un producto de gran valor de intercambio como el petróleo en condiciones semejantes por otro de menos valor como el arroz, donde el ministro de Agricultura del citado “petrofraude” hoy es el ministro de Relaciones Exteriores de la ex colonia británica, Robert Persaud, quien en días pasados pidió a Twitter eliminar los mapas en los que aparece la zona en reclamación para atribuírsela a su país. Esperemos que este fondo no se convierta en otro barril sin fondo, considerando que en algunas oportunidades los fondos humanitarios representan un objetivo para enchufados y bolichicos en todas partes.


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