Foto AFP

“Nunca hemos estado en una mejor posición para poner fin a la pandemia. Todavía no hemos llegado, pero el final está cerca”, aseguró la semana pasada Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud. No quiere decir que el covid-19 vaya a desaparecer, sino que podrá ser tratado como una epidemia más. Eso, en el mundo. ¿Y en Venezuela?

La pandemia ha sido letal para el mundo entero, que tiene equipos especializados en llevar los números de contagios y fallecimientos de una manera seria y eficaz. Se dice que al menos 6,5 millones de personas han muerto por covid-19, y eso es muchísimo. Sin embargo, hay grupos de investigación, como uno de la revista científica The Lancet, que asegura que la cifra de fallecidos puede ser más bien cercana a los 17 millones. Si entre científicos serios hay semejantes contradicciones, ¿qué queda para un gobierno que ha sido todo oscuridad en el manejo de la pandemia?

La OMS, a través de su director, insiste en que hay que mantener los esfuerzos para terminar de llegar a la meta. Todas las medidas de prevención deben estar vigentes, aunque ya en algunos países se ha relajado mucho el uso de la mascarilla. Pero hay que insistir, porque al covid-19 le queda vida, y se ha comprobado que es de fácil mutación. Las diferentes variantes del virus han echado para atrás varias veces el optimismo de los científicos, pues a  veces se vuelve más contagioso o más fuerte.

De acuerdo con información de la página web de CNN en Español, el recuento de casos semanales ha ido disminuyendo 28%. Las muertes disminuyeron 22% en la semana del 5 al 11 de septiembre con respecto a la semana anterior. Se reportaron disminuciones en 5 de las regiones de la OMS: 31% en la región de Europa, 25% en la región de Asia Suroriental, 22% en la región de las Américas, 11% en la región del Pacífico Occidental y 10% en la región del Mediterráneo Oriental. Hubo un aumento de 10% en las muertes en la región de África.

No obstante, sigue siendo un problema en las regiones de pocos recursos. Y al respecto, el equipo de The Lancet asegura que no son los únicos países que han respondido mal a la pandemia. Desde el principio costó mucho para que se activaran protocolos generalizados con el fin de frenar los contagios y es algo que debe ser revisado con el fin de prepararse para el futuro.

Y allí es donde cae Venezuela. Todos los días la vicepresidenta del gobierno de Nicolás Maduro “informa” sobre el número de contagios, que por lo menos en la última semana no han llegado a 50 por cada jornada. El país tiene el “récord” de 544.135 infectados desde 2020. Cada 24 horas se cuentan entre 1 o 2 muertos, y da vergüenza siquiera mencionar la cuenta general. Siendo así, la OMS o el equipo de The Lancet deberían estudiar el caso venezolano, pero no precisamente por exitoso, sino para que vean lo que es realmente un subregistro y cómo actúa la desinformación a la hora de tergiversar la verdad.

Todo lo que ha hecho el gobierno de Maduro con la pandemia es mentir y con eso ha expuesto aún más a la población. Pero ellos se llenan la boca diciendo que los resultados son gracias a “los tratamientos gratuitos que garantiza el gobierno bolivariano”. Ni siquiera se sabe cuántos vacunados hay. En fin, que el venezolano sigue a la buena de Dios, con o sin pandemia.


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