El régimen de Maduro y su gobierno militar no está conforme con el alcance de su dictadura, al parecer siguen expandiendo su terror y lo que se avecina es la total represión del pensamiento, que no es otra cosa que aniquilar la capacidad de discernir y debatir públicamente en los venezolanos. Ya hemos visto cómo esta tiranía hace uso del engendro de su sistema judicial para encarcelar a opositores y periodistas; ahora, en esta nueva etapa, la policía política ha fijado su interés en los opinadores y columnistas de periódicos, pues el objetivo de Maduro es generar miedo en estos grupos de intelectuales para que nos autocensuremos y escribamos medias verdades o miremos para otro lado mientras la verdad se nos cruza por el frente.

La detención del colega politólogo Nicmer Evans por parte del régimen de Maduro alegando que estaba instigando al odio, cuando en realidad denunciaba la cruel realidad que viven los venezolanos, es reflejo de esta operación de aniquilamiento del libre pensamiento; es parte de esta estrategia fascista de Maduro, que últimamente por cierto lo veo bastante nazi más que su acostumbrado perfil comunistoide. Sin duda, detrás de esta nueva retaliación están los militares venezolanos, que de por sí son suficientemente nazis y esa es la razón del porqué estén tan obsesionados en darle la bienvenida en sus cárceles a estos intelectuales de la izquierda como son Nicmer y Javier. Los menciono a ambos porque suponíamos que dada la tendencia oficial del régimen socialista podía tolerar a estos críticos de la izquierda, pero ya vemos que no es así, nadie está salvo de este criminal de Miraflores.

El problema radica en que Maduro está desatado sembrando terror en todos lados. La detención de  Nicmer es muy posible que evolucione hacia otros personajes de la izquierda vinculados con Chávez, apuntando claramente al grupo de críticos encabezados por Héctor Navarro, Jorge Giordani y compañía.

En lo personal, como politólogo egresado de la Universidad Central y en nombre de la Federación Venezolana de Politólogos, quiero expresar nuestro rechazo a la detención del colega Nicmer. Sabemos la difícil situación que debe tener y esperamos que se abra una puerta de oportunidad para su liberación; sin duda, es necesario mantener la presión sobre el régimen de Maduro. Independientemente de la orientación política, todos tenemos que estar unidos en contra del tirano, denunciando estos atropellos y crímenes.

Es inaceptable que, en medio de un proceso de distención producto del COVID-19 y de un supuesto diálogo entre diferentes actores que dicen ser representantes de la oposición con el régimen de Maduro, estemos viendo cómo este incrementa los atropellos y cercenamiento de las libertades. Bien, eso es lo que podemos esperar de los nuevos representantes de los partidos políticos de la secuestrada oposición: silencio y obediencia a su patrón de Miraflores.

La violación de los derechos humanos, las acciones de persecución judicial producidas contra dirigentes políticos y sociales, la estrategia de criminalización de la disidencia y la judicialización de la política es una constante con la que estamos enfrentados al régimen de Maduro. Desde la academia hemos mantenido una postura diametralmente inflexible contra estos actos que socavan los principios fundamentales estipulados en la carta de los derechos del hombre de las Naciones Unidas e incluidas en la Constitución chavista.

Si es que alguna vez la ha habido, Maduro ha pateado toda forma democrática en el chavismo, ahora solo le queda su fondo absolutista y dictatorial, los venezolanos no nos dejaremos intimidar por estos ataques a la libertad de pensamiento y de expresión, seguiremos escribiendo al mundo denunciando al dictador y a su camarilla.

Quiero manifestar que la oposición de los venezolanos al régimen ha sido efectiva y alentadora. Naturalmente que ha tenido dificultades, habida cuenta de que estamos luchando contra un dictador apoyado por las riquezas de Venezuela, el poder militar de Rusia, la policía cubana y los bancos de China. En este sentido, los venezolanos estamos haciendo realmente un acto heroico sin dimensiones, tan solo quiero comentarles como comparación que en el pasado hubo países como la República Democrática de Alemania, Hungría, los antiguos países del Pacto de Varsovia, que tuvieron que esperar decenas de años hasta que se cayó el muro de Berlín para lograr su liberación. Nosotros, en cambio, tenemos una lucha activa con presencia política en los principales organismos multilaterales haciendo suficiente presión para lograr el mayor porcentaje de sanciones posibles con el fin de arrinconar al régimen de Maduro hasta llevarlo a su irremediable remisión, así que no perdamos la esperanza y sigamos en la lucha por la libertad. Me despido invitándolos a seguir leyéndonos en una próxima oportunidad en El Nacional.

@estebanoria

 


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