A propósito de la celebración del aniversario de la Federación Venezolana de Politólogos, tuvimos la oportunidad de fijar posición acerca de las sanciones. Debatimos sobre la situación y posibles soluciones, lo que nos llevó a la conclusión de que la comunidad internacional debería enfocarse en aumentar la presión al régimen de Maduro mediante un uso efectivo de las sanciones para obligarlo a aceptar condiciones electorales dentro del estándar internacional.

Lo cierto es que el régimen de Maduro no tiene un plan para aceptar elecciones transparentes, eso no funciono en el pasado y no va a funcionar en el futuro, ellos seguirán robando elecciones y ganando tiempo, así que este tema de las negociaciones en México es parte de este juego de normalizar la dictadura, la otra realidad es que internamente en Venezuela no hay forma de obligar a Maduro a reconocer y hacer valer el derecho de los venezolanos consagrado en la constitución nacional de darse su propio gobierno, dada cuenta el régimen de tiene su propia interpretación de democracia y para ello se sirve del ejército para imponer el modelo lo que en la práctica es someter al pueblo venezolano y obligarlo a aceptar su gobierno de terror, tampoco una guerra no es el camino para los venezolanos, dada cuenta no hay condiciones ni existe el liderazgo para llevar a cabo una restauración del orden constitucional por la vía armada, lo que queda son las sanciones como la única arma que tenemos los venezolanos para enfrentar al régimen de Maduro.

Los escépticos sostienen que las sanciones no tienen efecto y ponen a Cuba como ejemplo, a diferencia de Cuba, Venezuela es un territorio continental con fronteras internacionales terrestres, que tiene un enorme gasto público que alimentar para sus numerosos funcionarios públicos, en la medida que el régimen se vea limitada su liquidez esto afectara en gran medida el funcionamiento de su burocracia, sin duda que serán los funcionarios los primeros en reclamarle a Maduro. A pasado en el pasado y seguirá ocurriendo en el presente y futuro.

Así que para que tengan un real efecto, el impacto de las sanciones tiene que sentirse en la capacidad de compra de la estructura burocrática del régimen principalmente aquellos que dependen del ejecutivo nacional, específicamente los ministerios, gobernaciones y alcaldías dominadas por el PSUV y principalmente de los miembros del ejército.

Las sanciones tienen que ser mucho más quirúrgicas para que alcancen además de los ministros, también a funcionarios de la administración publica a nivel de viceministros, directores generales, directores sectoriales, los asesores de estas oficinas y a los familiares directos de estos funcionarios.

Las sanciones tienen que afectar a los funcionarios de Maduro electos en la fraudulenta Asamblea Nacional, también a los miembros del Consejo Nacional Electoral, y a los principales funcionarios del sistema judicial, que incluye principalmente a las oficinas del Tribunal Supremo de Justicia, en la figura de todos sus miembros, así como los jueces en los diferentes niveles, del mismo modo los fiscales.

El sistema burocrático venezolano es particularmente extenso, pero estos funcionarios públicos a los que he hecho referencia pertenecientes a los diferentes niveles del sector público son identificables, la idea es que se tome conciencia de la importancia de no colaborar y prestar servicio a un régimen dictatorial.

La maquinaria de terror de Maduro se alimenta del presupuesto nacional, así que el dinero del erario nacional es para pagar la nómina de los colectivos, que son los grupos terroristas que mantienen secuestrada la paz de los venezolanos, están encargados particularmente de silencia a la sociedad, de eso se trata, que las sanciones lleguen a estos sujetos para que no reciban ni un dólar, del mismo modo sucede con los militares y la policía, principalmente con todos los escalones desde los máximos cargos tales como los generales, coroneles, capitanes y continuar en la escala de cargos hasta llegar a los sargentos, todos estos funcionarios tienen que sentir el peso de las sanciones.

Y se trata de encontrar una forma racional de hacer que nuestra sociedad reaccione a los fines que entiendan la necesidad de hacer lo correcto, y eso significa no vincularse con el régimen de Maduro, ni prestarse para legitimar una estructura de poder cuyo único objetivo es la dominación y subyugación del pueblo venezolano.

Entendiéndose que la mayoría de los funcionarios no son responsables de las acciones del régimen de Maduro, es importante que las sanciones sirvan de disuasivo para que la gente evite mezclarse con la tiranía de Maduro, es fundamental que podamos lograr disminuir la capacidad de movilización de la burocracia de Maduro, ya que ha sido gracias a estos funcionarios que el sistema de dominación del régimen se ha podido mantener en el poder.

Maduro ha podido crear un estado policiaco de vigilancia permanente usando el dinero de los venezolanos, con ese dinero paga la nómina de sus empleados públicos, pero además de esclavizar a los venezolanos pretenden que le den las gracias normalizando su gobierno, gestionando maniobras a nivel internacional para legitimarse aprovechando las oportunidades que están creando el bloqueo internacional al crudo de Rusia, insistimos a la comunidad internacional que no se puede desviar la atención y concentrarse en retomar las sanciones contra el régimen de Maduro, incrementarlas, expandirlas a niveles que impacten la estructura burocrática.

Las sanciones tienen que mantener su foco en el sector de empresas y empresarios que surten y proveen para alimentar la estructura logística del régimen de Maduro con el régimen, principalmente en las industrias del Estado que son estratégicas y que le permiten obtener los fondos financieros que alimentan la estructura burocrática.

No olvidemos que el régimen de Maduro es el dueño de los activos del país, eso incluye Pdvsa, el oro, los puertos, las industrias de hierro, acero, los muelles, la distribución de los alimentos, las empresa de telecomunicaciones Cantv, prácticamente las principales industrias de Venezuela, así que son miles de funcionarios los encargados de sostener la maquinaria de terror de Maduro, toda esa gente tiene un apetito feroz por dólares, así que hay que la mejor forma de ayudar a Venezuela es con sanciones que les cierren los mercados y las vías de financiamiento. La solución no es fácil, pero sin duda es la que esta disponible, hay que presionar para aumentar las sanciones, es la mejor forma y única vía capaz de hacer retroceder al régimen de Maduro y llevarlo a un espacio donde pueda funcionar la estrategia de negociación.

Finalmente, queridos hermanos venezolanos, me despido deseándoles libertad, e invitándolos a leernos en una próxima ocasión aquí en El Nacional.


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