Un extracto de la comunicación entregada formalmente al senador estadounidense Marco Rubio en mayo del año 2018:

“La crítica situación que padecemos en Venezuela debido a una gestión de gobierno contradictoria y alejada del proceder pragmático, dejó de ser contingencia para transformarse en una cuestión de supervivencia, producto del afianzamiento sostenido y sistemático de la emergencia compleja nacional, con afectación directa en la dimensión humana, particularmente a lo que refiere a la destrucción o ruptura del sistema de salud y a la persistencia del poder adquisitivo negativo. En síntesis, es un hecho público y notorio el estado de quiebra, descapitalización patrimonial y pobreza crítica en que se encuentra el venezolano.

Existen sobrados indicios ciertos y comprobados, que Venezuela se encuentra inmersa en una irrefutable “emergencia compleja” y sufre además los rigores de una “guerra” originada en esencia por la implantación e implementación de un modelo contradictorio y absurdo de gestión gubernamental nacional, que incluso ha sido así oficializada y catalogada por ellos mismos como “económica” a través de su política comunicacional. Muestra de ello el desabastecimiento de alimentos (casi el 100%), de medicinas e insumos médicos (superan el 90%) que agravaban los niveles críticos en desnutrición y casos de fatalidad humana por falta de atención médica calificada y colapso del sistema de salud nacional. Con el agravante de la masiva emigración a otros países de jóvenes talentosos y personal formado-capacitado.

Esta situación trágica la padecemos la mayoría de los habitantes e instituciones venezolanas, pero en particular me corresponde citar una que es fundamental para el desarrollo de cualquier país, que lamentable y tristemente está en franca agonía y decadencia. Esta institución a la que me refiero es la Universidad en su conjunto. Importante recordar que ella tiene como misión esencial formar a los profesionales y generar los productos innovadores-tecnológicos que requiere el Estado venezolano.

Pero contradictoriamente la Universidad ha sido abandonada a su suerte, se le han negado los recursos requeridos para potenciarse y contribuir a la reactivación del país. Con el agravante que toda su comunidad (estudiantes, obreros, administrativos y docentes) ha sido duramente golpeada, constantemente maltratada y hasta despreciada. Hoy en día sus trabajadores están pasando por un terrible estado de pobreza y miseria que les impide vivir dignamente y cumplir con la misión establecida en la carta magna y la Ley de Universidades (y que por el contrario les obliga a emigrar o dedicarse a otro oficio en perjuicio de la misma Universidad y Venezuela)”.

Ahora bien: cualquier estudioso del padecimiento complejo de carácter humanitario de los venezolanos, no le será difícil comprender que la “flexibilización” de algunas sanciones económicas contra Venezuela por parte del gobierno de Estados Unidos, persiguen satisfacer ciertos intereses económicos y políticos de los sectores en conflicto, pero en poca o nula valía beneficiar a la honesta familia trabajadora y estudiantil de nuestro país.

Tanto es así por ejemplo, que para el caso de los venezolanos integrantes de la población económicamente activa (PEA) más los jubilados y pensionados, que además dependemos exclusivamente de un salario o renta fija, los mayores niveles inflacionistas por razones endógenas y por efectos multicausales del exterior, hacen arreciar con fulminante impacto nuestro estado de pobreza, arrojándonos incluso a un nivel muy por debajo del crítico internacional: recientemente el Banco Mundial ubicó este estadístico, conocido como “línea internacional de pobreza”, en los 2,15 dólares diario.

Sea oportuno ilustrar, que en términos del infravalorado “salario mínimo” oficial en Venezuela, es decir 130,00 bolívares o 26,80 dólares, es viable identificar el estrato social que define el perfil para cada grupo familiar, y por ende cada quien ubicar su situación particular. Entonces: La clase A y B se caracterizan por poseer “holgura” económica. La clase C en general tienen vivienda propia y sus ingresos familiares mensuales pueden llegar a superar en mínima magnitud apenas 876,22 bolívares o los 180,70 dólares. Para el caso de la clase D estos se encuentran entre un rango que oscila entre los 262,60 bolívares. o 54,10 dólares y los 525, 20 bolívares o 108,30 dólares. Y en lo que respecta a la clase E, apenas redondea un monto alrededor de los de los 130,00 bolívares o 26,80 dólares.

En forma análoga podríamos aseverar que: i) La clase C por día recibe una remuneración de: 6,02 dólares; ii) La clase D diariamente obtiene un ingreso entre: 1,80 dólares y 3,61 dólares; iii) La clase E devenga por día: 0,89 dólares. Preciso puntualizar en este momento, que más del 90 % de los venezolanos estamos por debajo o en el umbral del estado de pobreza crítica al que hace referencia a la línea internacional de pobreza. Más evidente aún es que mientras el salario mínimo oficial se ubica en los 130,00 bolívares o 26,80 dólares (y en franco deterioro a diario debido al proceso incontrolado de la megahiperestanflación y la exponencial devaluación), el salario mínimo vital  (establecido como mandato constitucional en el artículo 91) debería alcanzar en este mismo día el monto aproximado a los 6.754 bolívares o 1.500 dólares.

Por otra parte, no se debe olvidar la suma superior a los 900 mil millones de dólares que le han ingresado al país por ventas de petróleo en los últimos 20 años (superior a cinco Plan Marshall), tampoco las exageradas donaciones, subsidios y financiamiento a otros países por un monto mayor a los 35.000 millones de dólares, o los extraordinarios “ahorros” en cuentas de la banca suiza por el orden de los 12.000 millones de dólares.

Pero asimismo, en función de las sanciones económicas a Venezuela, existe un acumulado que supera con creces los 100.000 millones de dólares (en activos financieros, así como activos fijos tangibles e intangibles) que están retenidos por gobiernos extranjeros y la banca internacional, siendo los mismos pertenecientes de forma soberana, no al régimen que “gobierna” a Venezuela desde el año 1998, sino a la nación y Estado venezolano.

Bono salarial humanitario

Después de casi cuatro años de haber entregado formalmente una comunicación al  senador estadounidense Marco Rubio, además de haber insistido personalmente a propósito de las actividades académicas programadas para el año sabático en el Estado de Florida (USA) durante el período de agosto a diciembre de 2019, hemos recibido de este honorable legislador un par de correos electrónicos con fecha del 24 de febrero y 6 de mayo de 2022:

“Estimado Sr. Morales. Dado que se comunicó previamente con mi oficina, quiero asegurarme de que sepa que mi personal llevará a cabo en las próximas horas una  oficina móvil virtual en su área. Mi personal estará disponible para ofrecer servicios a los electores en temas tales como pagos del Seguro Social, problemas con el IRS, reclamos federales por desastre y beneficios para veteranos, así como para escuchar sus inquietudes y sugerencias…” (Contenido completo de la comunicación en: https://bit.ly/3Mex1Vs )

Estas “inquietudes y sugerencias” se refieren en concreto con el siguiente enunciado y solicitud que se presentan  con el mayor respeto al honorable  Senador Marco Rubio:

La propuesta de “Ley de Ajuste Venezolano” así como lo ha sido el “Estatus de Protección Temporal” (TPS),  son de oportuna y pertinente  solidaridad humana para aproximadamente 400.000 venezolanos que se encuentran en el territorio de los Estados Unidos de América, pero de la misma forma es urgente una protección y resguardo humanitario para más de 20 millones de venezolanos que residen en Venezuela. Por consiguiente se exhorta que inicie un similar proceso, pero en este caso para lograr que el gobierno de Estados Unidos. libere nuestros recursos, y en un tiempo perentorio se puedan realizar las transferencias mensuales respectivas bajo la figura de ayuda monetaria o bono salarial humanitario por un monto superior a los mil quinientos dólares (1.500 dólares), en este caso,a los trabajadores que residen en Venezuela: todos ellos bajo la categoría de población económicamente activa e incorporando igualmente a los  jubilados y pensionados.

Finalmente, se solicita la buena voluntad de toda aquella persona que se sienta identificada con esta petición (sea venezolano o de otra nacionalidad), para que pronuncie su apoyo comprometido y solidario a esta gestión,mediante el llenado del formulario muy breve que se halla en: https://forms.gle/QA52NVYWuApkzy4YA

Atmósfera espiritual

“La peor diligencia es la que no se hace” (sabiduría popular proveniente del Espíritu Santo). Por muy complicada y hasta imposible se presente en apariencia cualquier situación, la fe y esperanza permanente en el amor y misericordia infinita de Dios, implica confianza, perseverancia, compromiso, fidelidad… para su solución y logro favorable definitivo.

No solamente es vivir por vivir, sino el secreto para una vida exitosa radica en conocer el propósito de la existencia y generar buen fruto. Jesucristo: “Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará” (Juan 15, 1-8)

Referencias:

Morales, P. (15-05-2022). Este debería ser el salario del personal obrero, administrativo y docente. Publicado en El Nacional,  Venezuela. https://bit.ly/3PwyLeo

Morales, P. (08-05-2022). ¡Bono compensatorio a los jubilados equivalente al salario mínimo! Publicado en El Nacional, Venezuela. https://bit.ly/3MAIApV

Morales, P. (01-05-2022). ¿Se sabe cuál debe ser el monto del salario mínimo? Publicado en El Nacional, Venezuela. https://bit.ly/3yLuePr

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2022.Pedro Morales. Postulante a Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET)

[email protected] @tipsaldia. WhatsApp: +584168735028


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