Los 6 millones de venezolanos que se encuentran fuera del país, bajo distintos estatus migratorios en más de 30 países alrededor del mundo, indican que tenemos un éxodo masivo que representa 20% de la población, muchos de los cuales se sienten olvidados ante la falta de asistencia de los organismos internacionales que se ocupan de atender a los migraciones masivas que ocurren en distintos países del mundo.

Lo observado es que las organizaciones internacionales que tienen la responsabilidad de orientar y facilitar apoyo a los refugiados no demuestran ninguna disposición de asistencia a nuestros emigrantes, como lo hemos observado con los refugiados de otros países del mundo.

Muy triste lo observado con el fallecimiento de varios de nuestros migrantes al tratar de entrar a algunos de los países a los cuales desean ingresar, con la esperanza de comenzar una nueva oportunidad que les permita una mejor calidad de vida. Destaca el último incidente en aguas del golfo de Paria, donde un guardacostas trinitario disparó contra una embarcación de madera llena de migrantes venezolanos y acabó asesinando a un niño y causando heridas a su madre, lo que creó pánico entre el resto de los viajeros con riesgo de que se hubiera producido el hundimiento de la embarcación y un mayor número de fallecidos. Otro hecho reciente fue el deceso de la niña que se ahogó al intentar cruzar el Río Bravo con su madre, o los múltiples casos de muertos por falta de oxígeno o frío al intentar pasar los páramos andinos para ingresar a cualquiera de los países de Suramérica, o el de los que toman la difícil decisión de ir al norte por el paso del Darién y continuar hacia otros países centroamericanos con riesgo de morir, como le sucedió a algunos compatriotas.

Si analizamos las razones de esa masiva migración, es causada por la pérdida de empleos y la drástica caída del poder adquisitivo impulsada por los elevados niveles inflacionarios. Destaca el nivel de los salarios al compararlos con los percibidos hace 10, 20 o 30 años atrás. Se observan drásticas reducciones en valor real: salarios que hace 20 años su equivalente en dólares era por encima de los 1.000, hoy están por debajo de los 100. Su efecto mayor ha sido causado por el cierre total o parcial de empresas privadas que ocasionó la pérdida de aproximadamente 2 millones de puestos de trabajo.

Buena parte de esos migrantes son técnicos, profesionales y especialistas, lo que ha afectado a sectores como salud, educación y económicos. También muchos jóvenes han tomado este camino y para muchos de ellos se les ha dificultado lograr mejores oportunidades, incluso muchos han sido víctimas de sometimiento por parte de organizaciones que los explotan. Es triste decirlo pero la migración no ha resultado satisfactoria y de oportunidades para una buena parte de nuestros migrantes.

Hoy el principal reto para la nación venezolana es desarrollar una necesaria activación económica que permita la generación inmediata de empleos bien remunerados. Contamos con los medios para ello, está en manos de los que ejercen la conducción pública tomar las decisiones inmediatas y necesarias para de esa manera revertir el éxodo de nuestros compatriotas y lograr que nuestros migrantes no sean martirizados por algunos gobiernos que olvidan lo amistoso que fuimos los venezolanos con sus connacionales, cuando Venezuela era un país de inmigrantes.


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