Algunos aspectos asociados a la ética: posibilidad de escoger, opciones, libertad, decisión, condición humana, no deriva de la razón, código de comportamiento, cambio, moral, cualitativo, derechos humanos, respeto a la vida, respeto al medio ambiente, normas, acción gerencial contiene acción ética, colectivo, coherencia, regulador, dialogante, encuentro, tolerancia, comunicación, responsabilidad social, elección.

La ética como acción de gobierno exige transparencia en la ejecución de las políticas públicas, el mandatario que se aísla de las necesidades reales de sus ciudadanos imbuidos en sus lujos y diversiones para llenar su ego, tarde o temprano sufrirá la furia de la fuerza del pueblo, como pasó recientemente en Sri Lanka.

La toma de decisión encierra elementos de dos claves, elementos de hecho y elementos de valor, o sea que tiene un contenido ético y táctico; y las proposiciones fácticas no pueden derivarse de las éticas por ningún proceso de razonamiento, ni las proposiciones éticas pueden compararse directamente con los hechos, ya que afirman deberes más que hechos.

Las decisiones de un administrador no pueden ser apreciadas por medios científicos, todo lo contrario, afirman que existe un elemento ético en toda decisión, no equivale a afirmar que las decisiones impliquen únicamente elementos éticos, las mayorías de las decisiones éticas van mezcladas.  Las decisiones en la dirección privada, como en la dirección pública, deben adoptar como premisas éticas los objetivos que se han establecido para la organización.  El proceso de validar una proposición fáctica es completamente distinto del proceso de validar un juicio de valor.  El primero es válido por su conformidad con los hechos; el segundo por el principio de autoridad, el hecho y el valor están relacionados con los medios y los fines, la jerarquía de medios y fines es tan característica del comportamiento de la organización, como de los individuos.

La tarea de decidir consta de tres pasos:

1) la enumeración de todas las estrategias alternativas,

2) la determinación de todas las características que siguen a cada una de ellas,

3) la valoración comparativa de estas series de consecuencias.

Los individuos están dispuestos a aceptar su condición de miembros de la organización cuando su actividad dentro de ella contribuya, directa o indirectamente, a sus propios fines personales.  Esa contribución es directa si las finalidades de la organización tienen para el individuo un valor personal directo.  La mayoría de las organizaciones se hayan orientadas hacia alguna finalidad u objetivo que les proporciona el propósito hacia el cual se dirige las decisiones y actividades de la organización, los valores son normas legislativas y socialmente determinadas en cuanto a apariencia.

La organización señala un papel, especifica valores, los hechos y las alternativas particulares sobre las que deben basarse sus decisiones dentro de la organización.  Una sociedad establece determinados valores muy generales por medio de su estructura básica institucional y trata de conseguir una conformidad entre estos y los valores organizativos de los distintos grupos que existen dentro de ella, así mismo una estructura de organización es socialmente útil en la medida en que el modelo de identificaciones que crea produce una correspondencia entre los valores sociales y los valores de la organización.

Desde que los hombres viven en comunidad, la regulación moral de la conducta ha sido necesaria para el bienestar colectivo. Según Platón, la virtud humana descansa en la aptitud de una persona para llevar a cabo su propia función en el mundo. El alma humana está compuesta por tres elementos: el intelecto, la voluntad y la emoción, cada uno de los cuales posee una virtud específica en la persona buena y juega un papel específico. La virtud del intelecto es la sabiduría o el conocimiento de los fines de la vida; la de la voluntad es el valor, la capacidad de actuar, y las emociones es la templanza o el autocontrol.

Aristóteles, discípulo de Platón, consideraba la felicidad como la meta de la vida, definió la felicidad como una actividad que concuerda con la naturaleza específica de la humanidad; el placer acompaña a esta actividad, pero no es su fin primordial.  Para alcanzar la felicidad una persona ha de desarrollar dos tipos de hábitos: los de la actividad mental, como el del conocimiento, que conduce a la más alta actividad humana, la contemplación, y aquéllos de la emoción práctica y la emoción, como el valor.

Las virtudes morales son hábitos de acción que se ajustan al término medio, el principio de moderación. Aristóteles define el término medio como el estado virtuoso entre dos extremos de exceso e insuficiencia; así la generosidad, una virtud, es el punto medio entre el despilfarro y la tacañería. Para Aristóteles, las virtudes intelectuales y morales son medios destinados a la consecución de la felicidad, que es el resultado de la plena realización del potencial humano. La filosofía del estoicismo se desarrolló en torno al 300 a.C. durante los períodos helenístico y romano. En Grecia los principales filósofos estoicos fueron Zenón de Citio, Cleantes y Crisipo de Soles.  En Roma el estoicismo resultó ser la más popular de las filosofías griegas y Cicerón fue, entre los romanos ilustres, uno de los que cayó bajo su influencia.  Sus principales representantes durante el período romano fueron el filósofo griego Epíteto y el emperador y pensador romano Marco Aurelio, según los estoicos, la naturaleza es ordenada y racional, y sólo puede ser buena una vida llevada en armonía con la naturaleza.

Los filósofos estoicos, sin embargo, también se mostraban de acuerdo a razón de que como la vida está influenciada por circunstancias materiales, el individuo tendría que intentar ser todo lo independiente posible de tales condicionamientos. La práctica de algunas virtudes cardinales, como la prudencia, el valor, la templanza y la justicia, permite alcanzar la independencia conforme al espíritu de lema de los estoicos, argumenta y renuncia, de allí que la palabra estoico haya llegado a significar fortaleza frente a la dificultad.

Los seres humanos hemos construido sociedades para lograr entendernos y entender lo que nos rodea.  La sociedad es lo que nos hace socios, partícipes y actuantes, también lo que permite delinear un futuro colectivo.  Las sociedades, entonces, para poder funcionar establecen la ley y principios morales que definen la calidad del comportamiento dentro del entorno social.  La identidad personal depende de la interacción social y la socialización.  La socialización es la adquisición de las pautas sociales y culturales necesarias para convertir a un individuo en un ser social.  La identidad personal depende de la identidad social, y ésta de la socialización.  A través de la socialización se efectúa la construcción social de la realidad, referida al modo en que los individuos construyen su propia realidad en el mundo social.

La cultura aparece como un producto humano constituido por elementos tanto simbólicos como materiales.  De ella forman parte las instituciones con su conjunto de normas y leyes. Las ideas, conocimientos, creencias, valores y objetos materiales, incluyendo la técnica. Ese conjunto de modelos o pautas de comportamiento adquiridos por los seres humanos no es otra cosa que la cultura. Dado que se trata de un estilo de vida adquirido por un grupo de personas, lo cual incluye las pautas de pensamiento, sentimiento y acción, habrá una correspondencia entre sociedad y cultura, puesto que aquella constituye el marco de producción y transmisión cultural.

Es en el juego que establecen los agentes sociales, en sus múltiples relaciones e interacciones donde ella se genera y expande.  Se distingue, pues, lo cultural de lo social en que aquel es una esfera constituida del conjunto del mundo de la vida, herramientas, ritos, técnicas, vestidos, costumbres familiares, etc.; mientras que lo social es el sistema de relaciones sociales establecidas entre los individuos de una cultura. La cultura es un sello indeleble en la experiencia de los individuos. Ella dota de sentido la existencia de las personas desde su nacimiento aportando los elementos necesarios que otorgan identidad a los individuos.

En la cultura se puede distinguir aspectos diversos: cognitivo (conocimiento, creencias, valores), institucional, material (objetos y técnicas). Dispositivos simbólicos, conocer el conjunto de mitos, ritos, relatos de áreas, ideologías sobre ella; o el modo en que las instituciones contribuyen a la transmisión de normas y pautas de comportamiento. La cultura se produce a partir de la objetivación y sedimentación de la experiencia humana en forma de tradición, lo que hace transmisible y apta para el aprendizaje; además, esas experiencias se institucionalizan y legitiman mediante universos simbólicos.

Por tanto, la ética social viene a jugar un papel más importante que la ética intersubjetiva en lo que llamamos lo organizacional o institucional.  Así, la ética debe estar basada en un diálogo celebrado entre todos los afectados por las normas, códigos que satisfagan los intereses de todos; tomando así resonancia la ética discursiva, comunicativa, dialógica desarrollada por Jürgen Habermas y Kart-Otto Apel.  Utilizando la ética dialógica el educador puede educar en valores para establecer las bases de una moral abierta ambientalista, este proceso estaría dirigido a formar valores éticos, modos de actuación y conductas a favor del medio ambiente, la humanidad es un agente de cambio en la naturaleza, y puede contribuir activamente a su conservación y mantenimiento.

La moral ecologista podríamos entenderla como la correcta y consciente interpretación de la norma que nos impone la naturaleza en nuestra relación con ella.  Los seres humanos tenemos la obligación de ser ecológicamente morales.  Esto se fundamenta principalmente en que nuestra permanencia felizmente en este planeta depende del equilibrio con el cual nosotros nos relacionamos con los recursos que nos brinda la naturaleza y apreciar así esa naturaleza profunda que nos acaba de iluminar el telescopio Webb.

La moral de los seres humanos, que es el resultado de los hábitos y costumbres adoptadas por la mayoría de una sociedad determinada, la cual posteriormente se convierten en leyes impuestas y obligatorias para todos, bajo penalidad a quienes no los respetan.  La moralidad es intrínseca al ser humano y por consecuencia a la congregación.  La moral es la piedra angular de la convivencia social, para que el conglomerado se conduzca en forma segura y ordenada.  La moral es cuestión básica y anterior a la ley. Relega y excluye a quienes faltan a esa norma no escrita pero una vez convertida en ley, castigan a quienes la infringen o no la cumplen, la moral ecologista no se deriva simplemente de la relación entre los seres humanos, es algo que trasciende y se nos impone por ordenamientos que no se desprende de ella, sino de aquellos que gobierna los elementos naturales, incluyendo obviamente a nuestra especie.

Esperamos que nuestro sentido de conservación colectivo vaya cobrando fuerza en el futuro inmediato, en función de la capacidad de organizar y aglutinar lo que ahora está disperso, y que ésta sea la forma de llegar a constituir la base para el reordenamiento de valores y la reorientación de rumbos por los que la humanidad y quienes la conducen se convenzan que la situación actual nos presenta un mundo lleno de grandes interrogantes sobre nuestro desarrollo humano, entendido como el proyecto más inquietante de la naturaleza en que nosotros somos los principales actores, los únicos depositarios y por consecuencia los únicos afectados.

El término ética normalmente se refiere a las reglas o principios que definen una conducta buena o mala.

Existen tres perspectivas diferentes sobre la ética en los negocios:

. Punto de vista utilitario de la ética: las decisiones se toman únicamente sobre la base de sus resultados o consecuencias. La meta del utilitarismo es proporcionar el mayor bienestar para el mayor número de personas posible. El utilitarismo alienta la eficiencia y la productividad, y es consistente con la meta de obtener el máximo de utilidades. Sin embargo, puede dar como resultado una errónea asignación de recursos o que se ignoren algunos de los derechos de poseedores de intereses.

. Punto de vista de los derechos de la ética: se preocupa por respetar y proteger las libertades y privilegios del individuo, incluyendo sus derechos a la privacidad, libertad de conciencia y ser sometido a un juicio justo. Esta concepción tiene un aspecto negativo en las organizaciones, puede presentar obstáculos a la alta productividad y eficiencia al crear un clima de trabajo más preocupado por proteger los derechos del individuo legalmente que por realizar el trabajo.

. Punto de vista de la justicia de la ética: requiere que los gerentes pongan en práctica las reglas con equidad e imparcialidad. Protege los intereses de aquellos que no estén bien representados o que carezcan de poder; pero pueden alentar un sentido de derecho que podría hacer que los empleados reduzcan su capacidad de asumir riesgos, la innovación y la productividad.

Que un gerente actúe con ética o sin ella es resultado de una interacción compleja entre la etapa de desarrollo moral del gerente y distintas variables moderadoras que incluyen características individuales, el diseño estructural de la organización, la cultura de la misma y la intensidad del problema ético. Las personas que carecen de un fuerte sentido moral son menos propensas a hacer cosas malas si se las restringe con reglas, políticas, descripciones de puesto o normas culturales poderosas que desaprueben tales comportamientos. Individuos muy moralistas pueden corromperse por una estructura y cultura organizacional que permita o aliente prácticas carentes de ética.

Toda persona entra a una organización con una serie de valores firmemente establecidos. Estos valores representan convicciones básicas acerca del bien y del mal. Los gerentes de una organización con frecuencia tienen valores personales muy diferentes. Aun cuando los valores y la etapa de desarrollo moral puedan parecer similares, no lo son.

Hay dos variables de personalidad que influyen en las acciones de un individuo, la fuerza del ego y el locus de control. La fuerza del ego es una medida de personalidad de la fortaleza de las convicciones de una persona. Las personas que obtienen una alta calificación en fuerza de ego podrán resistir impulsos y seguir sus convicciones en mayor grado que aquellas que poseen una fuerza de ego baja. El locus de control es un atributo de personalidad que mide el grado en el que las personas creen que son dueñas de su propio destino. Las personas con un locus de control interno tal vez asuman la responsabilidad por sus consecuencias y dependerán de sus propios estándares del bien y del mal interno para guiar su comportamiento.

El diseño estructural de una organización ayuda a conformar el comportamiento ético de sus gerentes. Los diseños estructurales que minimizan la ambigüedad y que continuamente recuerdan a los gerentes lo que es ético, probablemente impulsarán un comportamiento ético.

Las reglas y reglamentos formales reducen la ambigüedad (descripciones de puesto y códigos de ética escritos). El comportamiento de los superiores es la influencia más fuerte en el comportamiento ético o no ético de un individuo.

Cuando los gerentes son evaluados sólo por sus resultados, habrá una creciente presión para hacer «lo que sea necesario» para mostrar una buena imagen en las variables de resultados. Estrechamente relacionada con el sistema de evaluación del desempeño está la forma en cómo se asignan las recompensas.

Las estructuras también difieren en la cantidad de tiempo, competencia, costo y presiones similares colocadas sobre los ocupantes del puesto. A mayor presión, es más probable que los gerentes lleguen a comprometer sus normas éticas.


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