Iván Márquez y Jesús Santrich

Como resultado de una defensa “blandengue” del territorio venezolano, en 21 estados de Venezuela hay presencia de guerrilleros colombianos. Esa información la dio Javier Tarazona, director de la ONG Fundaredes, quien parece estar más enterado del asunto que el propio Ministerio de Defensa rojito.

Y cuando se dice que la defensa del territorio ha sido casi nula es pintar el asunto bonito, porque la verdad es que la guerrilla colombiana actúa a sus anchas en el país gracias al apadrinamiento que le ha hecho el régimen desde la época del comandante muerto. Sin embargo, no hay nada que explique lo que sucede en el estado Apure. Los ciudadanos no tienen claro quién pelea contra quién ni mucho menos quién defiende a quién.

Como resultado, además de las lamentables muertes, hay en la actualidad ocho militares secuestrados y tres desaparecidos. ¿Quién es responsable por este hecho? La explicación que da la disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia es que los tomaron como prisioneros de guerra porque quieren que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana deje de atacarlos. ¿Piden misericordia? ¿Están asustados? ¿Necesitan una medida tan extrema porque ya no aguantan tantas arremetidas de soldados venezolanos?

Si las respuestas a esas preguntas son positivas entonces, ¿cómo se explica que la FAN mande un helicóptero no artillado (no pierdan este detalle) con 30 soldados y los reciban 300 guerrilleros armados hasta los dientes? ¿Quién está en desventaja? ¿Quién debería pedir misericordia? La interpretación que hacen del supuesto video enviado al ministerio rojito no puede ser la correcta, porque los que deberían estar “pidiendo cacao” son los venezolanos. ¿No será que así es como quieren contar el cuento desde el fuerte Tiuna?

Lo cierto es que esta guerra con la guerrilla no es nuestra. Venezuela no tiene por qué estar mandando a sus soldados como carne de cañón a un enfrentamiento del que ni siquiera se conocen las motivaciones. De que es una situación grave, lo es, porque el país no está en condiciones de pelear con nadie y mucho menos bajo la dirección de un ministerio al que poco le preocupa el bienestar de los venezolanos.

Eso es lo que deben meterse en la cabeza todos los soldados, del rango que sean, cuando les llegue la mala noticia de que deben trasladarse a Apure. Este conflicto armado nada tiene que ver con Venezuela y no es justo que peleen ellos las causas turbias de los que usurpan el poder. Si ellos ni siquiera se molestan en explicar a la ciudadanía lo que realmente pasa en esta zona fronteriza, mucho menos están interesados en el bienestar de los secuestrados.

A las familias de estos pobres soldados y de todos los que reciben órdenes de trasladarse a la zona lo que les queda es rezar, porque ni explicaciones creíbles son capaces de dar los jefes del régimen.


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