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Mi querida A,

Voy a hablarte como le hablaría a una de mis hijas. Empiezo por decirte que, porque te quiero, no puedo quedarme callada ante lo que te escuché decir ayer, de manera irresponsable, porque ni lo pensaste y fue frente a mucha gente: que el nuestro es un «piazo de país de mierda»…

No puedo aceptar que digas eso. No puedo aceptar que pienses eso. Menos aún puedo aceptar que sientas eso… Que no te gusten quienes nos gobiernan, ¡eso no tienes que explicármelo! Ni a mí, ni a quienes escucharon tu irresponsable afirmación. La situación que hoy vivimos, enfrentamos y sufrimos -que tampoco me la tienes que explicar, porque la conozco mucho mejor que tú- no toca la esencia del verdadero ser de nuestra patria. El chavismo-madurismo es un proceso ajeno a nosotros: fue importado por Chávez de Cuba, donde igualmente fue entrenado Nicolás Maduro. Que aquí hay muchos sinvergüenzas que han avalado, apoyado y aupado ese exabrupto, es innegable. Pero ellos no son Venezuela. La verdadera Venezuela es la que está fuera de esos círculos.

Este «piazo de país de m…», como tú lo llamas de manera tan desenfadada e irreflexiva, le abrió las puertas a tus antepasados, que, como los míos y los de muchos otros, llegaron aquí en busca de lo que la vida les negaba en otras partes y lo encontraron como no lo hubieran encontrado en ningún otro lugar. No todos los países están abiertos y dispuestos a recibir extranjeros… Eso lo han sufrido en carne propia muchos de quienes han abandonado Venezuela en las últimas dos décadas. En este «piazo de país de m…», quienes llegaron pudieron trabajar, pudieron soñar, pudieron amar como cualquiera de los nacidos aquí. Este «piazo de país de m…» les dio el regalo de sentirse seres humanos, ni inferiores ni superiores a nadie. ¿Y sabes por qué?…  Porque en este «piazo de país de m…», gracias al mestizaje, somos parejeros, simpáticos, solidarios, fraternales, amistosos. ¿Por qué crees que les gusta tanto a los extranjeros que vienen, a pesar del desgobierno, la inseguridad y la frágil situación de la economía?… ¿Por qué crees que esos 7 millones de inmigrantes extrañan la Venezuela que tuvieron que dejar, a pesar de sus muchos problemas y defectos?

Este «piazo de país de m…» acogió a un número importante de judíos que no aceptaron en otras partes del mundo por miedo a Hitler. Cuando el presidente López Contreras consultó si los recibíamos con las instituciones venezolanas de diversa índole -Iglesia, academias, gobierno, militares…-, por unanimidad preferimos asumir las consecuencias de decir que “sí”. ¡Pregúntale a cualquier extranjero cómo lo recibió este «piazo de país de m…». Que te digan lo que sienten por este «piazo de país de m…».

Vamos a suponer, por un segundo, que el nuestro fuera, como dices, un «piazo de país de m…»: si eso fuera verdad, tú tendrías el deber de hacer algo para que dejara de serlo. Tú, que tanto has recibido, tienes la responsabilidad de dar en retribución lo mejor de ti.

Piensa en los momentos más felices de tu vida y verás que las alegrías y las cosas bellas, el amor y la generosidad tienen tierra y esa tierra tiene nombre: se llama Venezuela.  Piensa en lo que dices, cómo lo dices y a quién se lo dices. Yo me sentí herida por tus palabras. ¡A mí no me vuelvas a hablar así de Venezuela! ¡Eso no te lo acepto!

@cjaimesb

 


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