En la antigua Roma, en muchas ocasiones los senadores tenían que vestirse y armarse para la guerra. De sus asambleas emergían líderes, pero definitivamente no todos podían ser Cicerón. Así funcionó hasta que el Senado desapareció bajo el yugo de los dictadores, léase reyes, nobles, papas, curas y toda clase de linajes. Fue una espera larga y oscura hasta que los destellos de la Ilustración dieron vida a los primeros movimientos revolucionarios en el siglo XVII. Se comenzó a cuestionar el poder absoluto, la divinidad de los reyes, empezaron las guerras de autodeterminación que generaron las primeras constituciones de hombres libres, precisamente en Estados Unidos, desde donde les escribo, para luego expandir su alcance al resto del mundo. Fueron ejemplo de esto Francia con su revolución y América Latina con Bolívar y otros próceres en su gesta de independencia en el sur.

Efectivamente, todo empezó en los parlamentos, congresos y asambleas. Fue a partir de esta vieja concepción del Senado romano desde donde los pueblos construyeron nuevamente las repúblicas y consecuentemente la abolición de las monarquías. Esta fue la venganza por miles de años de ostracismo, así que en gran parte del mundo occidental se levantaron esas banderas de la libertad, del empoderamiento de la gente común, pero lo que deseo destacar es que nada de esto fue producto del discurso, sino de su unión en la batalla. Lo cierto es que esas victorias de la humanidad estaban precedidas de guerras entre países e incluso entre nacionales que defendían intereses  contrarios, en esos primeros escenarios nos referimos a la lucha de bandos entre monárquicos y liberales.

Pero las circunstancias no son inmutables, cambian constantemente, y los sistemas políticos no son perfectos, y menos los hombres que los dirigen, así que al modelo de libertad emergido de la Ilustración le surgieron dos fuerzas contrarias, la primera se basaba en las diferencias de razas y nos referimos a los nacionalistas y sus teorías de las razas dominantes o superiores, es el caso de Hitler, Mussolini, Hirohito; y la segunda fuerza contraria se basaba en la igualdad y su base de apoyo eran los excluidos, los proletarios, los pobres, los que quedaron por fuera en la revolución liberal, a este grupo de actores se les llamó socialistas o comunistas. Aunque la humanidad ya ha vivido el conflicto a gran escala entre estas fuerzas, aún no descansa de la vuelta de los conflictos alimentados por viejas tentaciones.

Podemos decir que el modelo de la libertad ha podido prevalecer en un mundo donde no hay uniformidad y sí inmensos espacios donde sobreviven nacionalistas, racistas, comunistas, integristas y toda forma política contraria a la libertad.

Esta breve introducción solo pretendo recordarle que la libertad es una condición que se adquiere, bien porque se ha nacido en un país que goza de Estado de Derecho y por lo tanto le asegura su libre autodeterminación, o porque estando en una tiranía o dictadura usted entiende que tiene derecho a ser libre y lucha por ello.

La historia nos ha enseñado que cuando no se tiene, la libertad se conquista a base de cañones, metrallas, caballería, artillería y paren de contar armamentos, y esto es así porque no hay un discurso que desaliente a un tirano.

La libertad que disfrutan muchos países en el mundo, incluido ese en el que estoy ahora, Estados Unidos, es el producto de la voluntad de luchar por obtenerla, es el sacrificio de la sangre de sus ciudadanos por alcanzar la libertad y protegerla. No se conoce libertad en la historia que haya sido concedida gratuitamente por un tirano.

Después de esta larga introducción, prometo no extenderme más allá de lo que pienso comunicar y es precisamente mi preocupación por el futuro de la Asamblea Nacional. Pienso que los diputados nunca entendieron su rol y momento histórico, y ahora todos los venezolanos estamos pagando las consecuencias. Creo que los ciudadanos no obtuvimos nada de ellos como parte de un proceso de liberación de una nación, que es realmente para lo que fueron votados y apoyados masivamente.

La gente les pedía a gritos a estos parlamentarios que lideraran una revolución política para liberar a Venezuela con su propio ejemplo y sacrificio personal, pero esta gente entendió otra cosa y naturalmente, como dijo Rómulo, el miedo es libre. Así que nuestros diputados se ausentaron  por completo de su compromiso con los principios de libertad, cedieron al miedo y se rindieron ante la tiranía.

En muchas ocasiones he protestado la falta de coraje de esta gente, sin embargo, tengo que hacer un  paréntesis en esta catarsis para reconocer el trabajo del señor Guaidó, a mi parecer el único que ha mostrado su voluntad de enfrentar al tirano de Maduro, exponiendo incluso su propia integridad; y claro, además de sus virtudes, habrá que agregar sus faltas y desaciertos por todos reconocidos, producto precisamente de esta mezcla de factores diversos y disociados en la que se convirtió el gobierno interino.

Pero lo cierto es que no se puede ser tan irresponsable en la vida como para pretender que un solo hombre haga el trabajo de 200 y eso era lo que aspiraban estos diputados, peor aún, que el presidente Trump hiciera el trabajo de los soldados venezolanos y ahora insisten en pedírselo a Biden, quien ni siquiera ha sido investido formalmente.

Pero es que realmente nuestros parlamentarios no tienen idea del gravísimo problema en el que están metidos y metieron a todos los venezolanos. Ellos ahora no pueden ir a negociar nada con Maduro a no ser entregar la libertad de Venezuela, ese es el significado de participar en las elecciones del 6D.

Repito, en diciembre de 2015 nosotros, los venezolanos, elegimos unos diputados para que dieran la pelea por la libertad y nada de esto sucedió. De eso se trata la introducción de este artículo, de mostrar que una Asamblea Nacional tiene diferentes escenarios que dependen de las circunstancias, que hay tiempo y espacio para los Cicerones o amantes del discurso y también tiempo y espacio para los cónsules como Julio César, dispuestos a ir a la batalla, y nosotros elegimos fue gente dispuesta a batallar. Entonces, ¿dónde están esos Césares por los que votamos?

La situación de la AN se ha convertido al final en una gran calamidad. Definitivamente, junto con Maduro y su régimen, a estos diputados también les podemos cargar la responsabilidad de los más de 5 millones de migrantes que están huyendo de la dictadura de Maduro.

Quiero referirme a las sanciones económicas y que algún diputado me explique por qué no afectan a Maduro y sus cercanos, a quienes ven gastando millones de dólares, llevando una vida de sibaritas en los Emiratos Árabes, en Dubai, en España, en Suiza, mientras la gente común muere de hambre y sin medicinas.

Los diputados no deben sentirse ofendidos por mis comentarios, pues ellos saben muy bien que nunca tomaron en serio su encomienda. Salieron en las listas de los partidos políticos de la cuarta república que Chávez dejó con vida en medio de una estrategia política, ellos estaban los tarjetones y les votamos y eso fue lo que obtuvimos. Les dimos 5 años de protagonismo a estos Cicerones y lo único que hicieron fue adueñarse de las redes sociales, son los campeones del Twitter con millones de seguidores; pero nosotros, los ciudadanos comunes, ni siquiera obtuvimos una ley de  resarcimiento de las víctimas de la Lista Tascón, tampoco una ley de protección a las victimas de los crímenes de Maduro, ninguna ley que establezca precedente para llevar juicios internacionales contra grupos como los colectivos y menos aún leyes que establezcan precedentes para exponer a los criminales de lesa humanidad. Ellos nunca convocaron mesas de testigos ni víctimas, pero sí convocaron agendas parlamentarias totalmente disociadas atendiendo problemas que son rutinarios en países normales, pero que no tienen sentido en una Venezuela bajo dictadura.

Finalmente, el escenario que observo es de rendición. La gente que vote el 6 de diciembre estará entregando totalmente su soberanía y libertad; pero no los voy a criticar, entiendo perfectamente cuál es la situación. Simplemente están solos en Venezuela y ahora mismo no hay manera de protegerlos.

Sobre los números, de acuerdo con el último reporte de Datanálisis puedo inferir que habrá una participación electoral de menos de 20% del padrón electoral. Podríamos tener una relación de 14 – 6, o sea 14% Maduro y 6 % oposición. Posiblemente el tanque de pensamiento de Maduro le aconseje elegir a un opositor dócil en la presidencia de la AN, quizás Henri Falcón, Timoteo Zambrano o Claudio Fermín, flanqueado por 2 vicepresidencias del PSUV. El único objetivo de esta camarilla sería derrumbar el piso político de lo que queda de oposición de Guaidó, pero además trabajar en la reducción de las sanciones, recuperación y acceso de fondos retenidos, ventas de activos y avanzar en el reconocimiento internacional. Maduro desarrollará probablemente el modelo de economía ruso, creando una boliburguesía obediente del gobierno; se deshará de sus viejos aliados de la izquierda ultrosa y acogerá a los nuevos sectores de la derecha, gestándose un nuevo gobierno Frankenstein muy al estilo ruso, con una economía dolarizada. Por cierto, ya algunos empresarios hacen sus propios planes para entrar en la superestructura, y siempre lo he dicho, Maduro es parte de un proyecto global del nuevo neonacionalismo, cuyo centro metrópoli se encuentra en la vertiente Moscú-Pekín. No hay ninguna sorpresa si les digo que probablemente Guaidó tenga  que salir exiliado rumbo a España o Estados Unidos.

Nos leemos en una nueva entrega, en El Nacional.

@estebanoria


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