La estrategia de control social que tratan de imponer las autoridades de Nicolás Maduro a través del miedo y el castigo contra quienes exigen un cambio es repulsiva, humillante, sometedora… Su gobierno se está ensañando con la gente más empobrecida que dice defender, ya los estratos populares no creen en el discurso del primer mandatario nacional, su capital electoral en este momento histórico se mueve en apenas 17%, según la encuestadora Hercon Consultores. Venezuela vive desde hace años una profunda crisis de violaciones masivas de derechos humanos, ante la escasez de alimentos, medicinas, hiperinflación, violencia y represión política, y que ha obligado a más de 7,5 millones de personas a huir del país desde el año 2015.

El ciudadano en 85,4% se identifica cada día con un escenario de cambio del gobierno central, a través de la vía democrática y constitucional; es una opción para resolver la problemática política inmediata, frente al discurso ideológico trasnochado, sin visión de futuro, que se desliza en lo aburrido y repetitivo, que encuentran rechazo casi unánime por parte de 83,8% de la gente, es decir la mayoría de los venezolanos. La situación de Venezuela está conectada a una crisis económica en ascenso por ahora indetenible, como consecuencia de un modelo económico reconfigurado sobre la base de un incomprensible socialismo del siglo XXI, articulado en su dinámica a la ingobernabilidad y la corrupción, teniendo como consecuencia inevitable el fracaso en lo económico y social.

El actual jefe del Estado como un candidato a la reelección se encuentra en sus niveles máximo de impopularidad. La realidad concreta le arrojan números de desesperanza ante un escenario de reelección como inquilino de Miraflores. La lógica apunta a que Maduro ya no es la persona que puede asegurar una reelección del proyecto del chavismo / madurismo. La población percibe la urgencia de un cambio de la figura central presidencial. Para nadie es un secreto que existe un agotamiento de parte de un gobierno de naturaleza dictatorial, situación que se reveló en las inscripciones de los candidatos a la Presidencia de la República, el CNE eligió prácticamente a los aspirantes que competirán con Nicolás. Sin duda, el líder de la revolución bolivariana está en un callejón sin salida, solo le quedaría la fórmula del blindaje electoral, apoyándose con posturas y acciones de dictador.

En su laberinto, el primer mandatario nacional sigue gravitando nacional e internacionalmente en busca oxígeno a través de diálogos, lobby, renunciando a ver el “bosque” de la crisis económica y política que transita el país…lo grave el futuro Venezuela está abstracto, Maduro prefiere seguir siendo interpelado negativamente por millones de ciudadanos, no se inmuta, mantiene la anti postura democrática en vez de hacer una comprensión final, objetiva de la naturaleza de la magnitud de la crisis que convoca la urgencia elecciones presidenciales limpias y competitivas, como alternativa inmediata para ir a una transición, mirando la refundación del país…Venezuela tiene que salir de este abismo… cada minuto, hora, día, mes, cuenta en las reconfiguraciones y actitudes que pueda tomar un ciudadano abrumado por una situación política y económica que perturba su paz y equilibrio emocional. Sin embargo, Maduro se aferra al poder, utiliza la sinrazón y olvida por su propio interés la sustancia de la democracia.

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