Dedico, gracias a la deferencia que me permite El Nacional, con profundo respeto y sentido pésame el presente artículo a la familia de la teniente Olivero Turmero, quien supuestamente se suicidó en instalaciones cuartelarias en la Brigada Tomás de Heres» de Guayana. Pedimos apoyo a a organismos internacionales en derechos humanos a que asistan a sus familiares para el esclarecimiento de la verdad.

Ha sido muy difícil llegar a comprender tan duras realidades que viven nuestras jóvenes naciones de lo que fuera en otros tiempos el “Nuevo Mundo”. Tan duras como las que hoy le ha tocado vivir a la nación venezolana: el ejercer la libertad que nos viene de dentro de nosotros mismos, tanto como del derecho a nuestras vidas.

Sin precedente histórico en Venezuela, decenas de miles de familias optaron entre salir del actual país, otrora de caudillos militares, y que luego avanzó hacia auténticos líderes civiles, que supieron conducirnos hacia una oportunidad de unificación republicana y transición democrática.

Desde los años treinta del siglo XX pasado con hombres de uniforme:Juan Vicente Gómez, Eleazar López Contreras, Medina Angarita se estabilizó un país. Luego, en la era de lo que he llamado, nemotécnicamente, era de los nombres “R”: los dos Rómulos, Gallegos y Betancourt. Luego las dos «R»  de Raúl Leoni y de Rafael Caldera.

Para buscarse la vida en otras tierras, muchas de nuestras familias han hecho El camino de regresos (obra en proceso que actualmente escribo para ustedes). Hacia Europa y otras tierras como las suramericanas; Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina, fue la primera oleada de emigración del venezolano de pie. Ahora los más desposeídos pero osados han descubierto una ruta hacia el Norte, por las selva del Darién. Espero que, con el favor del Supremo Autor del Universo, podremos entregarles una nueva oportunidad de libertad y progreso que se inicie hacia fines de 2024 en nuestro país: para lo cual clamamos por que se nos escuche sobre la pertinencia de nuestro «Plan Miranda» específicamente desde Estados Unidos en cooperación especial para salvar a Venezuela y hacia Latinoamérica.

Enviar remesas a sus seres amados, a los que dejan entristecidos en la patria por la separación que, sin su compañía física, pero nunca alejados espiritualmente de sus madres, padres, hermanas y hermanos, sobrinos, ahijados, amigos entrañables, es la abrumadora mayoría del pueblo venezolano que ha decidido emanciparse del yugo castrista instaurado en Venezuela. Nosotros seguimos comprometidos sin que exista diferencia sustancial entre los sentimientos por recuperar y volver a tener una Venezuela libre y para todos los venezolanos de los que nos encontramos en el exilio. Nacidos en suelo venezolano, o como el caso de los millones de venezolanos que naciendo en otras lejanas tierras formaron en un tiempo luminoso a sus familias, y se hicieron venezolanos “a carta cabal”.

Ahora la decisión del pueblo en esta etapa dolorosa de la patria, entre optar por la lucha interna o la emigración debe reconocer este nuevo momento. Es preciso apoyar el nuevo liderazgo que ha asumido la mujer venezolana, personificada en ese sentimiento de madre, hija, esposa, hermana, en la figura de una auténtica líder que ha cubierto todas las expectativas de coraje, inteligencia y hermosura de gente que es nuestra Maria Corina Machado.

Aunque decenas de miles ya salieron, para huir de las condiciones de secuestro y violación continuada de sus derechos humanos, dentro de los cuales estamos quienes hemos sido y somos blanco seguro de encarcelamiento y/o eliminación por parte de la tiranía, somos una inocultable mayoría rebelde que está dispuesta a pelear “ hasta el final” pero lo que nos estimula a abrazarnos para la victoria e inicio de la reconstrucción es el amor y la esperanza. Dentro del territorio,  los que hoy luchan para conquistar la libertad, confían en nuestra lealtad venezolanista, para activarnos a cada paso crucial, que como es en sólo dos semanas, el domingo 22 de octubre daremos todos, dentro y fuera del territorio venezolano.

Nuestros hermanos deben saber que cuentan con decenas de miles de patriotas que desde el exilio, y en activa retaguardia les apoyamos. Debemos salir masivamente a elegir, y con nuestra consigna “ hasta el final”  debemos darle significado de  esperanza y que ha de comprobarse desde ya en los venideros quince días decisivos, de incansable esfuerzo de movilización para garantizar que el pueblo salga a la calle a elegir su futuro.

La libertad  y esperanza de reconciliación, con nuestro regreso que será “más temprano que tarde”, y mucho antes de lo que sembradores de odio esperan, para la reunión de la gran familia venezolana en el campo de siembra del renacimiento de esa gran nación de trabajo y de alegría que fuimos, y que volveremos a ser.

No pudo llegar la ayuda humanitaria de la mano de la liberación prometida para aquel 23 de febrero de 2019, no la hicieron posible los que así actuaron. Desde una relativa cercanía, he sido testigo de la ocurrencia de esa historia. Ella será contada por este servidor en otro momento prometido y pertinente. Ahora sólo estamos y pedimos a todos que estemos enfocados en la victoria del 22 de octubre de la mujer venezolana que es Venezuela.  La derrota del odio y de la traición que pretendan sembrar tipejos de cualquier orientación ideológica o intereses perversos nos encontraran de frente. Que no se equivoquen.

Desde nuestro legado como descendientes del que fuera llamado por Bolívar “el venezolano más universal”,  o también “el americano más universal”, “Generalísimo Francisco de Miranda” es para todos nosotros lección de claridad y propósito de vida en las actuales circunstancias que vive nuestra patria venezolana, que este próximo domingo 22 de octubre registremos la movilización popular más grande recordada en cada Estado, en cada ciudad, en cada calle del país. Como hemos dicho en alguna anterior ocasión desde nuestra “Cátedra Internacional por la Libertad Francisco de Miranda”, en él se dio la conjugación del pensador civil y del inigualable líder militar internacional que fue. Desde el siglo XVIII hasta nuestros días no existió otro como Miranda. Y con él, como amantes que somos del ser más excelso de la creación que es la mujer, en nuestro caso la preferida la mujer venezolana, honraremos el verdadero legado histórico de nuestra nación de civiles y militares de honor y de entrega por ellas a nuestra ¡Venezuela libre!


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