La informalidad supera la tercera parte del total de la actividad económica nacional y genera alrededor de 6 millones de puestos de trabajo. De hecho, es considerada una iniciativa privada, pues más de 1 millón de pequeños empresarios la conforman.
Se ha convertido en una solución social para las millones de familias que obtienen sus ingresos de esta actividad, destacándose entre los beneficios que reciben como propietarios o trabajadores de esas miniempresas un salario superior al promedio nacional. Se ha constituido en una alternativa a la poca oferta de empleos que hay en una economía estancada.
¿Por qué razones la actividad económica informal ha venido creciendo y se ha duplicado en los últimos años?
Las más importantes son: el aumento de los impuestos municipales y servicios públicos aplicados en los últimos cuatro años a las empresas privadas, con incrementos que han oscilado entre cinco y diez veces su valor inicial, siendo difícil para muchas de estas empresas sostener esos incrementos. Se considera como una de las principales razones para el crecimiento de la informalidad, al no tener estas actividades económicas que cancelar ni impuestos municipales (patente de industria y comercio), ni nacionales (IVA), ni servicios de electricidad, agua o aseo urbano. Lo cual les permite sostener sus actividades económicas a menores costos operativos.
La economía formal y la informal han logrado armonizar una relación que les permite que las dos opciones se adapten a la complejidad económica en la cual las empresas privadas tienen el reto de sostenerse y buscar los espacios para crecer.
La informalidad se mantiene como una solución social ante una economía que no logra superar las limitaciones que han venido implementando los actores públicos, los cuales han favorecido una mayor presencia y control del Estado en áreas vitales de nuestra economía, desplazando a los privados. La reducción de la actividad productiva pública limita a la economía nacional, con sus efectos en la complejidad social que nos afecta.