Sabia es la frase que dice: “Quien no conoce la historia no sabe de dónde viene y hacia dónde va”; y ella encierra una verdad que en el caso de Venezuela no puede ser más real, pues en los actuales momentos la ciudadanía se siente perdida ante la gran desinformación que existe sobre nuestro pasado.

Por tal razón, hoy en día es necesario hacer una reflexión sobre la necesidad que tienen los venezolanos de que se escriba una nueva historia de Venezuela que les permita reencontrarse con la verdad.

En tal sentido, no solo es importante que se concientice este problema a nivel de los intelectuales, sino que tiene que establecerse un plan de trabajo que al final del día permita presentar una nueva obra que satisfaga los requerimientos de la población, la cual por supuesto incluye de forma principalísima a las nuevas generaciones.

Para llegar a ese ideal nosotros proponemos tres líneas fundamentales para su reconstrucción:

La primera es que se le debe dar la importancia que se merece al período que podemos llamar prehispánico y colonial, el cual comprende más de 300 años de existencia y que a nivel de educación primaria, media y superior ha sido tocado de forma muy simplista y en donde prácticamente los jóvenes no tienen ni idea de todo lo que se hizo en esta tierra antes del inicio de la independencia.

El segundo aspecto de esta nueva historia es la desmilitarización, pues hasta la fecha se ha olvidado a propósito la participación de los civiles en todo el período de la Independencia de Venezuela y por supuesto la eliminación del viejo vicio de la mitificación de los personajes como Bolívar, quien ha sido víctima no solo de la enfermiza adulación sino también de la manipulación politiquera e ideológica que lo ha llevado hasta la desfiguración física del mismo.

Y el tercer aspecto que se debería incluir en esta nueva edición de la historia de Venezuela sería el de darle importancia vital a los llamados 40 años de democracia que las actuales generaciones no conocieron y que solo han visto el desarrollo de un período de oscurantismo, mediocridad y desinformación.

Para finalizar queremos expresar que todos los historiadores de este país que se encuentran en actividad tienen el deber fundamental de devolverle la verdad histórica a la nación construyendo una nueva obra que corrija los errores del pasado y que coloque en su justa dimensión y de manera objetiva todo lo sucedido en esta tierra de gracia desde el principio de los tiempos hasta nuestra época. Lo que en la práctica sería una verdadera cruzada por la recuperación de la verdad histórica del país.


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