La cata es la apreciación organoléptica de las cualidades de un vino a través de sentidos como la vista, el olfato, el gusto y el tacto; para conocerlo, describirlo, juzgarlo y disfrutarlo. En este proceso se suelen cometer errores que interfieren en la interpretación y disfrute del vino; para evitarlos aquí les comparto las siguientes sugerencias.

No se deben utilizar copas de tamaño pequeño, talladas, difusas, de cristal no incoloro, de vástago corto y de cáliz muy abierto. Se prefieren copas  grandes, anchas en el primer tercio del cáliz y algo cerrada en su boca; de manera que se pueda ver correctamente el color y la tonalidad del vino. Solo debemos servir un tercio de vino en la copa, para que se desarrolle la fase gaseosa en los siguientes dos tercios de la misma; además, para que el vino pueda girar internamente sobre la superficie de la copa, sin derramarse al momento de su agitación.

No debemos agitar el vino sin antes olerlo; lo ideal es hacer la primera observación olfativa antes de agitarlo, para apreciar los aromas que el vino desprende de manera espontánea. A continuación, debemos agitar la copa en círculos para mojarla toda internamente y así aumentar la superficie de evaporación y estimular el desprendimiento de las partículas odorantes; inmediatamente, podemos apreciar los aromas del vino, con mayor intensidad; es un error continuar agitando todo el tiempo la copa, lo cual es muy agradable y elegante, pero lo que estamos haciendo es sacándole los aromas al vino, sin apreciarlos.

No debemos probar el vino sin antes disfrutar sus aromas; al hacerlo, la apreciación gustativa interfiere la correcta apreciación olfativa.

Hay que tomar la copa por el vástago y no por el cáliz, porque calentamos el vino con nuestra mano, le marcamos los dedos a la copa y finalmente es muy poco elegante.

Al llevar el vino a la boca no debemos ingerirlo inmediatamente, es muy importante pasearlo sobre la lengua e impregnar lo suficiente la mucosa bucal, para percibir sabores y sensaciones táctiles, típicas de cada vino.

Podemos catar la primera copa de cada botella, para asegurarnos de que el vino esté correcto, teniendo cuidado de no incurrir en los errores señalados con anterioridad; lo cual es válido para la degustación del vino durante toda nuestra velada, donde cada copa se cata con todo el placer posible, para hacerle al vino el honor que merece y disfrutarlo al máximo. ¡Salud!

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